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Una campanilla anunciaba un cliente al frente de la tienda, faltaban pocos minutos para el cierre del medio día y Taehyung planeaba visitar a su abu y su tarta como cada tarde para comer con ellas y ver si necesitaban algo, y de paso llegar por el amuleto de la señora Jung por el que pasaría esa tarde cerca de las 6, Taehyung suspiro profundo, esperaba que fuera una visita rápida de un cliente y no retrasara su día.

Al salir por la cortina de cuentas se encontró con un hombre alto, de hombros anchos, su postura era desgarbada pero brillaba, su aura era atrayente y colorida, un suéter azul cielo y unos jeans lo hacían ver acequible pero había algo en él que no permitía acercarte, miraba curiosamente unos libros y parecía inseguro de estar ahí, cuando escuchó las cuentas giró para ver quién salía y pedir una consulta, Taehyung solto un pequeño suspiro al ver el rostro del chico, era hermoso, sus facciones eran delicados y simétricos, y su boca era un pecado incipiente.

- eh, hola - y le dirigió una sonrisa chiquita y tímida, - mm quisiera una consulta, pero, no sé realmente como sea esto, ¿es por cita? Podría ser para hoy por la tarde, tengo aún un compromiso pero no pude evitar venir a preguntar.

Taehyung lo miro curioso, no es el típico cliente que llega a su tienda, suelen ser señoras espirituales, adolescentes enamoradas o personas espirituales del medio, la tienda de Tae es de las mejores en surtido y pócimas gracias a su tata y abu que llevan tanto dedicándose a las artes antiguas y conjuros.

- mm no es con cita, pero agradezco que lo hagas para guardar un espacio para ti, ¿puedo preguntar si tienes algún interés específico en alguna de mis lecturas? - preguntó Tae tratando de indagar un poco sobre lo que realmente hacía una maraña mental en el bello hombre, a primera vista sabía que su nombre sonaba como una sílaba corta, algo como Jim, y podía ver que hoy le pasaría algo importante, pero no, no era eso lo que le quitaba la paz.

Jin agachó la mirada, y parecía de repente algo nervioso -bueno, tengo ahora una cita de trabajo que bueno, no sé aún qué saldrá de eso, p-pero mi consulta es sobre ya sabe, el amor y eso - Jin odiaba titubear y las cosas que lo hacían sentir inseguro, solía ser resolutivo y sensato, ni siquiera sabía que hacía ahí y porque le había puesto atención a la estilista sobre que debía si o si pasar por una lectura.

Tae lo miró pensativo, aun tenía tiempo para una lectura rápida pero solía evitarlas puesto que muchas veces se alargaban si el cliente tenía dudas, sin embargo, algo en Jin le hacía sentir empatico con su situación.

- okay, puedo verte a las 5 para una lectura de cartas y podría hacerte una lectura rápida de tu mano y decirte que puedes esperar de tu cita de trabajo, esa va por la casa, ¿qué te parece? - subió sus hombros y estiró su mano respirando la respuesta del alto chico al frente.

El rostro del chico se iluminó - oh, ¿de verdad? Por favor, me ayudaría mucho, estoy tan nervioso - estiró su mano derecha, Tae hizo una pequeña negación sonriendo y un ademán pidiéndome la otra mano.
Una vez inició la lectura de mano pudo ver un futuro brillante e intrincado para Jin.

- tu cita de hoy es muy importante para tu futuro, tu línea de vida marca un suceso definitivo y sutil, puedo ver que de lo que decidas hoy depende mucho tu felicidad, verás, tu vida marca que terminaras en pareja y tranquilo pero me inquieta el peso de esta decisión, ¿crees que puedas hacer algo para que tomes la decisión un poco más tarde? Luego de la lectura con cartas y que podamos quizá ver más claramente el peso de tus opciones, por lo pronto sólo puedo decirte que estés tranquilo, hay brillo y estabilidad en tu vida, así que puedes ir y averiguar que te propone ese Moreno alto.

Jin suspiró de alivio y quedo de volver, se dirigió al café convenido sintiéndose algo tonto y supersticioso, desde ya sabía que no debió haber ido, el agente que lo contacto para la cita de trabajo era bajo, de piel más clara que él, y gordito, no era ni de broma un Moreno alto, aun así quizá sería divertido pasar por la tarde si no tenía nada que hacer, quizá le diría que hay una mujer rubia y una morena en su vida y que tendrá tres hijos, se rio para su mismo y acomodo su ropa antes de entrar al café.

Tae cerró su tienda apresurandose para llegar a casa, recoger el amuleto y bajar a comer con sus titas, ellas le convencieron de vivir aparte y como el no quería dejarlas solas, decidieron dividir la casa, en la parte de arriba quedó un departamento pequeño donde ahora vivía Tae, y abajo en la casa grande sus abus.

Aún viviendo arriba, Tae se la vivía con su abu y su tata, les ayudaba en lo posible y siempre estaba al tanto de sus necesidades, ambas viejecitas lo empujaban a decidir su camino y vivir su vida, sentían que lo limitaban cuando el prefería trabajar en la tienda y cuidarlas que acudir a la universidad con chicos de su edad, pero él siempre se negaba, sus viejitas eran su familia y prioridad.

Magia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora