Magia de Amor

06

Lágrima de Luna

Jin decidió tomar en cuenta la sugerencia del chico de la tienda, lo dejo tan descolocado con lo que le dijo de su tía que sólo había podido pensar en eso desde el día anterior, por primera vez en casi 8 meses tuvo la valentía de entrar en la habitación de su tía, esa que tenía cerrada y tal como la había dejado, se sento en su cama y acaricio su colcha, miró el cuadro de ambos en la graduación qué tenía sobre su buro, y después de llorar un poco y un par de suspiros pesados y llenos de nostalgia se dispuso a buscar detrás de la cabecera en la ventila, había una caja de bambú, pequeña y muy bonita, con un grabado al frente "lágrima de luna" en letra cursiva.

Al abrirla había dentro una ostra y dentro una hermosa perla en tonos tornasol como dije central en una fina cadena de oro blanco.

Bajo la cajita una carta.

Jin abrió la carta colocando con cuidado la caja en su pierna, la bella letra cursiva de su tía decía

"Mi pequeño amor, cuando vi aquella vez de pequeño que llorabas por unas calcetas y como eras reprendido por ellas me recordaste a la leyenda de las perlas, son llamadas lágrima de luna pues representan el dolor de una ostra, cuando es herida por algo externo, la ostra se defiende atrapando lo que lo daña, cubriéndolo con capas de nácar y creando algo hermoso en su interior, tú mi pequeño, lograste eso, te vi formarte en algo hermoso no sólo en tu exterior sino incluso más en tu interior, el día en que te lleve a comprar tu primera prenda de color rosa y vi el brillo de tus ojos al usarla pedí que se hiciera este regalo para ti, una perla cultivada sólo para ti mi hermoso bebé, vivimos juntos tantas aventuras, mi tiempo está terminando pero sólo me adelantare, recuerda que siempre fuiste mi joya, mi dije favorito, mi hermoso Jinnie, siempre brilla, te amo."

Jin sintió su pecho cálido y como si un abrazo le fuera otorgado, y lloró, se permitió llorar por su tía luego de tanto tiempo, mientras sostenía la carta cerca de su pecho, aún le dolía tanto su ausencia pero sabía que al final siempre tendría a su tía que siempre lo amo incondicionalmente y lo incentivó a seguir sus sueños y a ser valiente.

Se colocó la cadena y mientras acariciaba la bella perla susurro un
- gracias tía, también te amo -.