Magia de Amor

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Jimin llevaba un par de días charlando con Yoongi, luego de lo de esa noche, ambos evadiendo el tema y casi actuaban como si no hubiera sucedido, pero, era obvio que algo había cambiado.

Aún charlaban de todo y Jimin estaba seguro que Yoongi ni recordaba nada y la incomodidad en el aire sólo era de parte de él, por sentirse tan expuesto con el mayor.

Pero en realidad, no podía estár más equivocado, en los últimos dias, Yoongi poco a poco había ido recordando cada detalle de esa noche.

Recuerda que, para cuando Jimin llegó al estudio, Yoongi llevaba rato que había percibido el aroma en celo de la chica, sus glándulas olfativas eran muy sencibles y eran indirectamente las culpables de algunos de sus problemas para socializar, debido a algunas situaciones que vivió de pequeño.

Luego de unos minutos de haber captado el celo, Yoongi se vio obligado a ceder a su forma animal, aunque trató de quedar conciente, aún si era sólo como espectador en su inconciente, su sencitiva naricita de minino lo torturo aún más al ser mucho más sencible que en su forma humana, y el pálido productor aunque trató de evitarlo busco como salir de su estudio, cegado por el llamado de celo.

Cuando se vio encerrado sólo atinó a esconderse bajo una mantita que colocaba para cuando cedía a su forma animal y jugaba un poco en su estudio, para de algún modo sentirse menos expuesto y frustrado.

Cuando llegó Jimin a buscarlo, reconoció su olor como familiar, cercano y reconfortante, un molesto dolor se instalo en su vientre y trataba de liberarlo apretando sus garritas en la acolchonada tela, hasta que el chico lo descubrió y su parte gatuna empezó a maullar por atención y mimos, su conciente le hizo sentir tan expuesto y vulnerable y fue de lo último que recordaba, el rostro del trainnie cerca y mimandole, si fuera humano en ese momento estaba seguro que tendría un severo caso de sonrojo y querría esconderse bajo una piedra.

Su dulce vocesita, su olor y sus delicados mimos le sabían tan bien al pequeño gato que quería más pero en su conciencia humana se sentía incómodo por ello y su última acción conciente fue morder al chico para que lo soltaré y dejará de hacerlo sentir "raro", luego de eso Yoongi perdió poder sobre su forma animal, quedando sólo como un espectador con sopor, viendo entre pesados parpadeos lo que pasaba.

Vio con temor pero también un poco de morbo como el chico se deshacía de sus ropas y daba paso a un pequeño gato cálico, se acercó reconociendo su olor y vio el juego de color en sus ojos, ambos de color diferente, exactamente el mismo que el tenía pero como si fuera complemento.

Su forma animal lo reconoció, y cuando el otro gatito se colocó para recibirlo el pequeño gatito negro no pudo pensar más allá del momento, y empezó a estimular a su compañero con mordiditas y lamidas en su cuello, embistes simulando coito y gruñidos, el gato cálico aceptaba su cercanía, y toleraba sus estímulos, Yoongi no podía creer lo que estaba pasando, su gatito sabía que el otro era macho pero poco le importaba, le reconoció como par, y siguió hasta tomar al pequeño gato cálico que para sorpresa de Yoongi aceptaba y respondía al calor del gato negro.

Yoongi se sentía confundido y al mismo tiempo enternecido por lo que hizo Jimin, no sabía cómo sentirse al respecto y su gatito negro sólo lo ignoraba juguetonamente desde ese día, satisfecho y con sensación de tranquilidad, los últimos días había estado menos arisco que de costumbre y tenía al pálido productor aún más confundido por su cambio de actitud.

Jimin actuaba cómo si no recordará nada pero Yoongi sabía que eso no era posible, si el chico había escrito la nota y no parecía haber cedido su conciencia a las hormonas ni al calor del gatito negro sino hasta que fue estimulado, además estaba el hecho de que era obvio que había terminado algo lastimado, y Yoongi quería disculparse por ello, se sentía culpable pero al mismo tiempo no sabía cómo tocar el tema.

Sin embargo, siguieron su rutina como siempre, Jimin entrenaba hasta tarde y Yoongi le acompañaba al finalizar su trabajo, se sentaban a charlar un rato mientras comían algo y al terminar el productor muchas veces llevaba a Jimin hasta el departamento de Jin.

Jimin jamás espero la bola curva que le lanzaría Yoongi.