Magia de Amor

20

Tae abría la tienda

Cuando un pequeño chico de la preparatoria, lo supuso por el uniforme que portaba, choco contra él cayendo hacia atrás al rebotar en el torso de Tae y perder el equilibrio.

Tae le ayudó a levantarse preocupado y el chico sólo murmuraba lo siento una y otra vez mirando al suelo apenado por su distracción.

Cuando levanto la vista y y encontró la mirada del chico de la tienda, este pudo ver los ojos rojizos y brillosos por lágrimas.

Si puedes ayudar hazlo, quizá seas la diferencia

Le decían siempre sus abus, Tae es empático por naturaleza y de sólo ver a ese chiquillo con sus ojos a punto de fluir por un derrumbe emocional se sentía abrumado por la tristeza ajena.

- hey tranquilo, ven pasa, te prepararé un té

El pequeño lo miró con desconfianza, el lo había empujado, bueno, técnicamente había chocado con él y este en cambio, le ofrecía té.

Una risa divertida salió de Tae quien le mostró una bonita y sincera sonrisa cuadrada, achicando sus ojos hasta simular un par de líneas y contagiandole en seguida de ternura ganando su confianza, al menos lo suficiente para pasar a su tienda.

- vamos, no lo tomes si no quieres pero pasa, te diré que, te disculparé de chocar conmigo si me ayudas a acomodar unos estantes, necesito terminar unas cosas que no tardan en recoger y no quiero que lleguen y vean esos estantes desordenados.

Jimin asintió con un poco de duda, al entrar vio a Tae moverse por su tienda como si estuviera en su casa, se quitó sus zapatos en la entrada y caminó descalzo por la duela, fue a la parte trasera a pasos rápidos y trajo una caja con varios productos, se la entrego a Jimin y le dijo, - van en esos estantes, vuelvo enseguida - empezó a caminar de regreso a la parte trasera cuando se detuvo abruptamente como si acabará de recordar algo importante - oh, y gracias - dijo con su voz aterciopelada y siguió su camino.

Jimin suspiró cansado e inició su tarea, aún le faltaban un par de horas para ir a la agencia y su tarea la adelantó en los descansos, así que al menos se entretendría unos minutos y dejaría de pensar en todo lo que lo abrumaba últimamente.

Al cabo de unos 15 minutos salió Tae del fondo, con un par de tazas humeantes y una caja que dejó sobre el mostrador cerca de los libros.

Encontró a Jimin sentado frente al estante, acomodando lo último de la caja en el peldaño más cercano al suelo.

Tae se sentó comodamente a su lado, entregándole una taza y tomando un poco de la suya - woao terminaste rápido, venía lo más pronto para ayudarte, en fin, ¿qué te tiene tan distraído? O ¿chocar con extraños es tu pasión?

Jimin soltó una pequeña risita, como la de un niño luego de hacer una travesura - soy Jimin, no es mi pasión aunque si he estado demasiado distraído estos días - extendió su mano al más alto.

Tae estrecho su mano sin mirarlo, tomaba un sorbo de su té - lo sé, tu pasión es el baile, ¿eres bueno?

La cara de sorpresa de Jimin era una escena de comedia, sus ojos abiertos y su boca en una perfecta o, Tae rió un poco y volteo sus ojos en blanco, siempre sorprendía a las personas con esos comentarios - no lo adiviné, bueno sí, pero no por visiones sino por tu brazalete - aclaró señalando el brazalete que llevaba, se lo había regalado su mamá en su última visita para celebrar su inicio en este nuevo ciclo, llevaba un dije de una pareja de bailarines de ballet.

Ambos rieron - si, lo soy, o al menos lo era en Daegu, aquí hay muchos mejores que yo - respondió finalmente con algo de nostalgia.

- por ahora, Jimin, pero te ves como esas personas que no tiran la toalla así que pronto verán a quien se enfrentan realmente, tu brillo no es fácil de opacar, tu aura es muy bonita.

Jimin sonrió con un pequeño sonrojo, necesitaba palabras bonitas.

Siguieron hablando de tonterías y Jimin descubrió que había conseguido un nuevo amigo.