Magia de Amor

38

— ¿Se conocen? — preguntó Tae curioso y sorprendido.

— Sí, bueno, yo sí lo conozco, es el chico del que te hablé, el chico prometedor de Namjoon, sólo que aún no he tenido oportunidad de trabajar con él. — se acerca dando un beso suave en el cabello a Tae, quien cierra los ojos y se deja mimar con una sonrisa tenue.

— Mi nombre es Hoseok, puedes llamarme Hobi, él es Taehyung, es mi luna — ambos se miraron con cara de enamorados y sonrisa boba, Jungkook los observaba con la boca abierta y el corazón latiendo rápidamente.

— Tú... Tú eres el coreografo genial que también rapea... Eres amigo de Namjoon hyung... — los ojitos del adolescente brillaban haciéndolo ver como un niño cuando ve un superheroe.

Tae suelta una risita por la escena, ve a su Hobi todo sonrojado y al mismo tiempo orgulloso, sabe que ese comentario del pequeño hace sentir lleno de emoción a su lobo y esto le hace sentir cálido el corazón.

Es extraño, no sé nada de ti, conejito y sin embargo, siento que eres una parte importante de mí, siento lo mismo que sentí cuando conocí a mi solecito... 

Después de algunos comentarios más, dejaron al chico en la habitación por si quería tomar una ducha o dormir, después de todo, ahora sabían que debía descansar un poco y ambos necesitaban hablar.

— Hobi... ¿Lo sentiste también? Cuando estábamos en nuestra forma animal... — le pregunta Tae desde la barra mientras Hoseok le sirve una taza de té, esté parece pensar un momento antes de contestar, deja la tetera en su lugar y coloca su mano suavemente sobre la mano del castaño.

— Sí, nuestros animales, se reconocieron... Yo... B-bueno, sabes que te amo bebé, y aún no entiendo por que él me hace sentir...

—... Como cuando nos conocimos — dijeron los dos al mismo tiempo, mirándose directo a los ojos.

— Pero... Tú y yo, Hobi, ¿Podremos manejar esto?

— No lo sé, no sé qué hacer...

— Además, es casi un niño, ¿y si él no se siente como nosotros?

— Pues tampoco es como si le lleváramos tantos años, por lo pronto, sólo queda esperar, ¿no crees? No sabemos aún como se siente él, pero, prometamos algo, seamos transparentes, entre tú y yo, aún si tememos lastimar, siempre es mejor decirnos todo.

— Sí, lo prometo, Solecito.

— Es una promesa entonces, bebé.
Ambos se dieron un beso suave, dulce, y caminaron de la mano a la sala donde se acomodaron para mimarse mutuamente mientras charlaban, armaron el picnic en la sala y comieron entre risitas y cariñitos, sin darse cuenta de que Jungkook había escuchado todo desde el pasillo y también se preguntaba qué era lo que estaba sintiendo, quienes eran estos amistosos cambiaformas y porque se siente tan confiado y cálido en su interior al estar ahí con un par de desconocidos que lo hacían sentir en casa.

Luego de unos minutos, Jungkook se animó a acercarse, y ellos le incluyeron en su pequeña burbuja, comió algunas moras y les habló de cómo había conocido a Jimin y que ahora se quedaba con él y su primo Jin, lo escuchaban atentos, y Tae lo animaba a seguir hablando cuando la timidez le ganaba.

Se hizo tarde, Tae le dijo que si quería, podía quedarse, siempre que no hubiera problema con Jin y no interfiriera con sus estudios.

Jungkook no cabía de emoción, se sentía muy bien estando ahí.