Treinta y nueve P2 (+18)

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Me separe lentamente de él y lo mire a los ojos brindándole una sonrisa— Extraño a mis bebecitos—hice pucheros

—Hoy que los lleve al colegio me pidieron ir a tu departamento —dijo.

—Son bienvenidos —sonreí.

—Los llevara Bob, yo tengo una cena de negocios —dijo alejándose un poco de mí.

—Diviértete —dije solamente

—Me divertiría más estando dentro de tu apretado coño —me miró fijamente

—Michele...—reproche intentando callar sus palabras.

— ¿Qué? —su tono de voz sonó cargada de gracia.

—Te puede escuchar alguien—dije apenada.

—Le pago a esta gente para que haga su trabajo, no para que escuche atreves de las paredes

—Tú y yo tenemos una plática pendiente, sobre los videos de tu oficina —lo mire mal

—Rio roncamente— No los eliminare Tessa... —me tomo de la cintura pegándome a su cuerpo, mientras hundía su nariz en mi cuello—no sabes lo excitante que es verte en una pantalla, te pones como toda una gatita —beso y mordió lentamente mi cuello— podría apostar que estas mojada de solo imaginarnos follar por toda esta oficina —susurro en mi oído, sentía mis piernas débiles y la sensación en mi centro se sentía cada vez más incómoda, él tenía razón podía imaginarnos follando en diferentes posiciones por toda esta gran oficina, ¿Qué me estaba haciendo?

—Me gusta corromper tus pensamientos piccola...—una de sus manos acariciaba mis muslos subiendo por mi falta hasta apretar mi cu*lo — dime... ¿lo puedes imaginar? —pregunto mientras hacía a un lado mi lencería y comenzaba acariciar mi centro, mis ojos estaban completamente cerrados imaginando todo lo que él podría hacerme, solté un jadeo de placer—no te escucho piccola..

—S..s..Si—mis palabras apenas podían salir de mi boca, mi garganta se sentía pesada.

Sus manos subieron mi falda y fue cuando abrí mis ojos los cuales pesaban mas de lo normal.

—Piccola tus ojos son dos pozos negros—sonrió malicioso— desabrocha mi pantalón pequeña—con mis manos temblorosas desabroche su pantalón bajándolo junto con su bóxer, dejando libre su gruesa e hinchada erección. Su mano guio ala mía para poder acariciar su falo, mordí mi labio al sentirlo asi por mi.

—Ven aquí—me giro de un solo movimiento ocasionando que mi espalda quedara pegada en su la mitad de su pecho y vientre, tomo mis muslos y me alzo para después con un ágil movimiento hacer a un lado mi tanga y poder hundirse profundamente en mí, tire mi cabeza en su hombro reprimiendo un gemido por tan atrevida invasión, espero un momento para comenzar el vaivén de sus movimientos, duros y precisos— ¿así lo imaginabas? Con migo hundido en tu caliente coño deseoso de mi —susurro en mi oído sin dejar de moverse, yo solo podía soltar pequeños gemidos, era tan exquisito lo que podía hacerme sentir— dímelo gatita... ¿te gusta follar duro verdad? Te gusta que te folle duro por ese travieso coño —su voz taladraba en mi interior— contéstame piccola—advirtió.

—S..si... follame —gemí—más duro—ni yo misma me conocía, era como si otra persona estuviera dentro de mí. Levante mi mirada y pude ver nuestro reflejo por el vidrio de la ventana, el soportando mi peso con sus firmes brazos, mis piernas completamente abiertas y su ver*ga completamente ensartada en mí, era lo más excitante que mis ojos podrían ver. Michele pudo notar hacia donde veía y se acercó un poco más al vidrio para que pudiera ver mejor como su dura polla se enterraba en mí.

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