cuarenta y uno

1.3K 73 17
                                        

2 Meses después:

Estos meses han sido una montaña rusa, miles de emociones y decepciones. Aun no me convencía lo cruel que las personas pueden ser. Mi embarazo. Mi pequeño secreto.... Sigo sin poder creerlo, el primer mes estuve en una especie de shock, me negaba a estar embarazada y en algunos momentos culpaba al ser que crecía dentro de mí de todas mis desgracias. con la ayuda de Koko me di cuenta que no era así, esta personita que crecía no tenía la culpa de la irresponsabilidad de su madre y lo estúpido e idiota que su padre podría llegar a ser. Por lo que llegue a la conclusión que Michele no tiene por qué enterarse, él no quería más hijos. No veo por qué debería importarle un ''bastardo'' sé que será difícil ser mama soltera, pero no veo nada de imposible, Koko me acompaña a mis citas y aparte me cumple mis antojos, realmente no sé qué sería de mi vida sin ella. Tal vez yo ya hubiera intentado una estupidez. Dimitri insiste en que le diga a Michele y yo me niego rotundamente. El solo hecho de pensar que me obligue abortar, me aterra... esos pensamientos no me dejan dormir por las noches. Siento que mi bebe siendo un secreto está a salvo.

Después de firmar la renuncia Dimitri me hizo una oferta, un amigo canadiense acababa de abrir un negocio grande financiero y buscaba una practicante como ''asistente financiera'' yo acepte de inmediato, no planeaba volver a casa embarazada y darle más problemas a mis padres. Así que acepte trabajar para Joseph Cannata. Un hombre muy amable, alto, 39 años, educado. En pocas palabras el sueño de cualquier mujer, pero no el mío. Si era atractivo, pero no volvería a cometer el mismo error.

—¿Por qué tan pensativa señorita? —una voz me saco de mis pensamientos, mi jefe.

—Disculpa, pensando en el pasado. —suspire

—Muchas veces es el mismo pasado el que no nos deja avanzar hacia el futuro.

—Definitivamente... algunas veces siento que estoy estancada y que el pasado volverá.

—¿Tessa puedo hacerle una pregunta? — solo asentí, temía por cuál sería la pregunta. — ¿estas embarazada? —me atragante con mi propia saliva, tarde unos minutos para incorporarme.

—¿Por qué me pregunta eso señor? —intente verme desconcertada.

—No, solo... me recuerdas mucho a mi esposa, cuando estuvo embarazada.

—Oh!... no sabía que ud...—no me dejo terminar.

—Ella murió... Murió dando a luz a nuestra hija... sabes... ser padre era mi más grande sueño, ella no podía quedar embarazada y tuvimos que recurrir a la ciencia, fue muy difícil. Hasta que lo logramos, los dos estábamos muy emocionados, pero lamentablemente ella falleció junto con nuestra bebe.

—Yo... no sé qué decir —mis ojos se llenaron de lagrimas

—No digas nada Tessa, tampoco sientas lastima. Como te digo, me costó años aprender a vivir en el presente y no preocuparme por el pasado ni el futuro.

Ahora entendía por qué hacia esa alta donación mensual a la casa hogar.

—Tengo 2 meses—susurre y baje mi rostro— es mi pequeño secreto, porque tengo miedo de que si alguien se entera pueda perjudicarlo.

—a alguien te refieres ¿al padre? —pregunto interesado

—Si... bueno digamos, que él no quiere ser padre otra vez y yo tampoco quiero obligar a nadie.

—Todo estará bien Tessa, ¿por qué no te tomas el día? Hoy solo tengo una junta y no es necesario que te quedes... puedo solo. Es un viejo amigo asi que no te preocupes.

MÁS QUE ESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora