MÁS QUE ESO

Cuarenta P1

tessa

Jamás me imagine que esto terminaría así, para ser sincera nunca imagine como terminaría...  encariñarme con las personas ha sido un total problema para mí, Desde que comenzó mi adolescencia la escuela y la vida no ha sido nada fácil, comenzando por mi aspecto físico hasta lo emocional, me di cuenta que la gente juega contigo sin importar tus sentimientos, sin importar que tan fuerte puede dañarte. Burlas por aquí burlas por allá... y ¿por qué? ¿Por no tener un cuerpo apetecible para los hombres? ¿Por no ser del grupo de porristas? ¿Por ser de distinta sociedad o diferente color? ¿Quién da el derecho de juzgar a las demás personas por su aspecto? Nadie... absolutamente nadie, pero es algo que cuando eres joven no lo notas... solo sientes que tu mundo se derrumba o que la vida no importa, prestas atención a los malos comentarios, a falsas amistades y todo empeora cuando entras a la secundaria. La Jungla de los pubertos. Todo empeoro... comencé a tener desorden alimenticio, mis compañeros me hacían cada vez más daño... hasta que Koko se mudo a la ciudad, ella que sin importar mi aspecto o mi popularidad se acercó sonriente a saludarme, eso para mí fue una luz en el camino... ella me defendía, era como mi voz cuando yo ni siquiera podía hablar. Mi mente era tan débil que sin pensarlo creía todo lo que mis compañeros me decían.

Cuando pensé que todo sería normal ya que gracias a mi trastorno alimenticio logre bajar mucho de peso, todo fue peor. Los niños que antes me decían cosas dolorosas ahora solo decían cosas vulgares e intentaban tocarme. El momento que detono completamente mi ansiedad fue el ultimo día de clases en bachiller... ese grupo de niños que me molestaba me encerró en un salón de clases gritándome miles de cosas empujándome uno tras otro tratándome como un trapo viejo, cuando menos pensé todos comenzaban a bajar sus pantalones, por mi cabeza pasaron miles de cosas... yo estaba completamente asustada el miedo me impedía respirar y pensar con claridad, por más que gritaba no querían detenerse, me sentía tan impotente. Caí desmayada en el piso a causa del mismo pánico que sentía... cuando desperté estaba en el cuarto de hospital con mis padres y Koko preocupados.

Meses después con la primera persona que hable sobre esto fue con Koko, ella sin mi autorización hablo con mis padres,  molestos exigieron a la escuela las cámaras de seguridad, fue ahí como pudimos darnos cuenta que no fui abusada sexualmente, ellos solo me vieron desmayada y se fueron. Mis padres procedieron legalmente, pero por desgracia la sentencia dicto servicio comunitario.

Por esta razón y muchas más mi ansiedad fue progresando, deje de hablarle por algún tiempo a Koko, hasta que mis padres me llevaron a terapia y pude salir ¨adelante¨,  entre a la universidad y por primera vez en la vida pude sentir que era una niña de verdad... recuerdo que siempre renegaba y mientras vomitaba en mi baño tratando de sacar toda la comida de mi estómago, recriminaba el hecho de ser mujer. Odiaba ser mujer y tener que pasar por este maltrato, veía a las demás niñas y me sentía inadaptada no tenía lo que ellas tenían, mi cabello era un asco, mi cuerpo era un asco, mi cabeza era un asco en ese momento, odiaba los meses de menstruación, odiaba sentir los cólicos invadiendo mi cuerpo. Hasta que Koko volvió a buscarme, ella realmente fue una terapia para mí, me ayudo su vibra tan despreocupada, me ayudo su actitud positiva y logre salir nuevamente ¨adelante¨, ella me enseño que si hay algo en mí que no me gustara, lo podía cambiar, que todo tiene solución y sus palabras estaban llenas de razón... tiempo después comencé a cambiar mis hábitos, mis rutinas, cambie mi aspecto, mi cabello era de otro color, llevaba esmalte en las uñas, mi cuerpo era cuidado por el gimnasio y entrenador, mi dieta era algo estricta, mi guarda ropa era diferente... al fin me sentía viva y me sentía bien conmigo misma.

¿Por qué recordar todo esto?... Cuando Michele llego a mi vida, todo fue un caos, podría decir que recaí en lo que jure sepultar, pero a la misma vez, me sentía otra persona, me sentía otra Tessa, alguien deseada, alguien bella a los ojos de otra persona, alguien perfecta... la manera en la que el me tocaba, como sentía que su cuerpo me necesitaba, tener el poder de darle placer a un hombre fue para mi una experiencia inolvidable, simplemente me sentía mujer.