Treinta y Siete

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Tessa.

Mi cabeza daba vueltas y solo escuchaba bastantes gritos por toda la habitación, no sabía dónde estaba ni tampoco quien estaba a mi alrededor, solo escuchaba un zumbido acompañado de gritos, trate de enfocar la vista pero no pude, solo veía siluetas, mi cuerpo sudaba helado, no sabía qué demonios me estaba pasando, trataba de recordar lo que había pasado pero nada venía a mi mente. Lo único que recordaba era que, me aliste para salir con Enzo a la fiesta de sus amigos, las hermanas de Michele también nos acompañaban, por alguna extraña razón se portaban lindas conmigo, enzo me prometió que no iba a ser  nada grande. Me había molestado un poco al llegar al lugar y descubrir que si era una súper fiesta, con mucho alcohol y música alta, no era mi tipo de ambiente aparte no conocía a nadie. Me costó un poco adaptarme con sus amigos, pero al final de la noche termine pasándola bien.

—Tessa... piccola —escuchaba los murmurios a lo lejos, abrí y cerré mis ojos y pude ver a un Michele demasiado borroso.

—Mich...—apenas podía hablar...

Abrí mis ojos ya podía ver mejor, pero lo que observe no me gustaba para nada, recorrí con mi mirada toda la habitación, tenía colores claros y era bastante amplia, con algunos sillones en el costado. Los sonidos de los artefactos conectados a mi pecho, me ponían nerviosa, intente moverme y fue cuando me di cuenta que tenía una aguja incrustada en mi vena, no me gustaban los hospitales... ¿Cómo había llegado hasta aquí? La puerta se abrió y Michele entro con paso decidido, parecía lanzar humo por la nariz, estaba demasiado molesto, me miro y su rostro no cambio incluso podía decir que se enojó aún más.

—Como puede ser que seas tan malditamente descuidada Tessa—dijo con voz firme

—No sé de qué hablas—dije débilmente, mis labios estaban demasiado secos, parecía que no producía saliva.

Se separó de la camilla y pasó una mano por su frente caminando de un lado a otro—Encontraron GHB en tu sistema, Joder Tessa.

— ¿Qué? —Pregunte algo preocupada— no puede ser... yo... yo solo tome agua en la fiesta—lo mire desconcertada.

— ¿Te acuerdas de lo que paso? —intente recordar, pero era inútil. Solo negué con mi cabeza haciéndome chiquita en la cama— ¡ENTONCES COMO DEMONIOS ESTAS TAN SEGURA QUE NO TOMASTE NADA!—grito, mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas. Él tenía razón, no podía estar segura de nada si no recordaba— No puedo creer que seas tan estúpida—apretó la mandíbula— ¡TE DIJE QUE TE ALEJARAS DE ESE HIJO DE P*TA!... pero no, como siempre Tessa decide hacer lo que se le pega la gana.

—No planeaba quedarme sola, aparte tus hermanas fueron con nosotros. —Trate de que mi voz no se quebrara— y no creo que él me allá querido drogar... Tal vez tome un vaso equivocado o no sé, Enzo ha sido muy lindo conmigo... más de lo que has sido tu—me miro directo a los ojos y se acercó a mí

—Te prohíbo que vuelvas a salir con el Tessa y espero que esta maldita vez me hagas caso.

—Tú no eres nadie para prohibirme nada.

— ¡JODER!... ¿dormir en mi cama no es suficiente? ¿Qué es lo que quieres Tessa? ¿Ponerle nombre a lo nuestro? Para que así me hagas caso ¿es lo que necesitas?

—NECESITO ¡MÁS QUE ESO!Me quede callada unos segundos tratando regular mi voz— pero sé que es algo que jamás poder obtener de ti...—deje de mirarlo y limpie mis lágrimas girando mi rostro al otro lado de la habitación, él se quedó totalmente callado sin quitar la vista de mi rostro. El doctor entro y comenzó a hablar Italiano con Michele yo no entendía nada de lo que estaban diciendo.

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