Treinta y Cinco

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Treinta y cinco.

Tessa

Apenas me estaba acostumbrando al cambio de horario, así que desperté más temprano de lo normal, me duche y aliste para bajar. Extrañaba preparar mi propio desayuno, no era que comiera la gran cosa, estaba impuesta a casi siempre desayunar pura fruta o avena, incluso puros licuados, era solo que me incomodaba a cierto punto tantas atenciones. Antes de ir a la cocina, decidí pasear un poco por el hermoso Jardín... esta mansión tenia las flores más hermosas que alguna vez haya visto, el pasto tenía un color vivo de seguro tenían mantenimiento diario ya que se veían en perfecto estado.

—Buen día corazón—gire mi rostro para encontrarme con Ára, en sus manos llevaba una taza de Té,

—Buen día Ára—me acerque a ella con una sonrisa en el rostro.

— ¿Qué haces despierta tan temprano? —pregunto, dando un sorbo a su Te.

—Nada... solo, me estoy acostumbrando al jet lag —rei.

—si... en New York aun estuvieras dormida...

—Buona giornata, la colazione è pronta... —Nos interrumpió un mayordomo.

—servirlo in giardino...per favore—contesto Ára, el mayordomo solo asintió y volvió a la mansión—Tessa, acompáñame a desayunar, ven —tomo mi mano para dirigirnos a una hermosa mesa, que estaba en el lado Izquierdo del Jardín trasero, una hermosa vista adornaba el lugar.

—Roma es hermoso...—sonreí viendo la vista.

— ¿es tu primera vez en Roma? —Asentí— pues... aun no has visto nada querida, me gustaría llevarte a conocer varios lugares, desde la muerte de mi marido casi no salgo... mis hijos se fueron y la mayoría del tiempo la paso aquí en casa... algunas veces amigas vienen a visitarme pero no es lo mismo

—Debe ser duro para usted estar en esta mansión sola...—podía notar la tristeza en sus palabras.

—Bueno... Michele no vivía aquí... pero mis nietos pasaban todo el día conmigo, mientras él trabajaba y los recogía por la tarde.

—Oh...—el mayordomo volvió sirviéndonos una taza de Té y dejando un plato con diferentes frutas a cada una

—Cuéntame sobre ti Tessa... que te gusta hacer.

—Estoy en mis últimos semestres de Finanzas, me gusta mucho pasar tiempo con los pequeños... antes de que ellos llegaran a mi vida yo no tenía nada interesante que hacer realmente... —rei un poco—tengo 22 años

—Oh vaya... aun tienes una vida por delante Tessa... créeme estas en los mejores años de tu vida... yo disfrute tanto mi juventud —me miraba nostálgica.

Seguimos platicando por un tiempo, mientras tomábamos el desayuno, pasaba un agradable momento con ella, cuando Michele aparece haciendo el momento un poco incómodo. El día de ayer, trate a toda costa mantenerme alejada distrayéndome con los niños, jugando con ellos y viendo películas... me sentía confundida con su cambio hacia mí, era algo complicado de entender. Tenía que aprender a controlarme, tan solo con verlo sentía como mi sangre se congelaba y como mi corazón comenzaba a latir con locura, su rostro por las mañanas era la cosa más sexy que podría alguna vez haber visto, su pelo mojado por la ducha perfectamente peinado hacia tras, sus lentes de sol cubriendo sus hermosos ojos, este día llevaba puesto un pantalón y polo de color negro, el aroma de su perfume impregno mis fosas nasales. Todo parecía estar en cámara lenta frente a mí.

—Buongiorno—Tomo asiento, frente a mí en la mesa, de estructura rectangular.

—Buenos días, hijo... ¿dormiste bien? —el mayordomo se acercó de nuevo a la mesa sirviéndole una taza de café negro, era como si ya supieran lo que le gustaba.

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