MÁS QUE ESO

Treinta y Ocho

Tessa.

El regreso a NY fue bastante cansado, yo aún estaba algo débil por lo que sucedió, aunque no era nada de lo que no me pudiera recuperar, por otro lado era bastante frustrante aun no recordar nada de ese día, a pesar que ya pasaron 15 días, eliminarlo de mis recuerdos y pensar que nunca paso fue la mejor opción.

El día que regrese a New York, Koko y yo no dormimos en toda la noche, por tantas cosas que teníamos que hablar, era bastante lindo verla tan feliz con su nueva relación, por lo menos ella si estaba teniendo lo que todas en este mundo queremos... alguien en quien confiar, un hombro en el cual llorar si las cosas no están bien, un amigo, un confidente, un amante, una relación formal. Algo del cual yo no tenía nada. Dimitri y ella realmente hacían una hermosa pareja, en sus ojos se notaba el amor y el cariño que sentía uno por el otro, podía sentir mi corazón encogerse al imaginarme que Michele algún día pudiera verme de esa manera.

Todo entre Michele y yo comenzó como algo que en el fondo sabía que no terminaría bien, un juego en el cual no se podía retroceder. Mi corazón me dio una mala jugada y termine totalmente enamorada del hombre que esta frente a mí durmiendo como si no pasara absolutamente nada dentro de su cabeza, ese hombre tan oscuro pero a la vez transparente, ese ogro que se enoja y arremete contra todos. Era difícil tratar de explicarme a mí misma o a mi corazón que no debíamos tener sentimientos hacia esa persona, pero es imposible. Michele llego a mi vida y ocupo un lugar en mi corazón que pensé que jamás abriría ¿cómo sucedió? ¿En qué momento? Era algo imposible de descifrar, solo sé que siento una sensación única, algo que no se puede explicar. ¿El que siente por mí? Absolutamente nada. Yo quiero saber un poco más de él, saber lo que piensa o que siente, pero el simplemente se cierra a compartir conmigo más allá del sexo.

Estos quince días sirvieron para darme cuenta las emociones que este hombre despierta en mi con tan solo una mirada o un toque, nunca hablábamos sobre una relación, los dos solamente no podíamos estar en un lugar sin besarnos o acariciarnos yo sabía y sentía que merecía más pero, tampoco quería forzar las cosas y que él se alejara de mí o más bien era yo la que me sentía segura y protegida en sus brazos, era difícil conciliar el sueño en las noches cuando no estaba con él, sentía que algo me faltaba y pasaba parte de la madrugada despierta.

— ¿Qué haces despierta Tessa? —Murmuro con su voz ronca, abriendo lentamente sus ojos.

—Nada... No puedo dormir—susurre, me separe un poco de su pecho desnudo y me senté sobre la cama recargando mi espalda en la cabecera acolchonada. Gire mi rostro al sentir su profunda mirada siguiendo cada uno de mis movimientos—Michele... tu y yo...

—Tessa...para...—me interrumpió inclinando su cuerpo para poder sentarse sobre la cama dándome la espalda.

— ¿Por qué? ¿Por qué siempre que trato de hablar sobre esto me interrumpes y no me dejas terminar? —estaba comenzando a molestarme...

—Tessa...—Amenazo con su voz profunda.

—No... Tessa nada, ahora me escuchas. —me levante y camine hasta estar frente a el— Es muy cómodo para ti tener solo un "Coño" el cual follar, pero para mí no lo es... y si tú piensas seguir así, pues tendrás que seguir solo, no pienso seguir aquí estancando mi vida con alguien que no sabe lo que quiere, Tal vez estés acostumbrado a que las mujeres te den todo sin tu dar nada... pero yo no soy así. Muchas veces estoy como ahorita, a media noche intentando entender que tengo de malo para que nadie me tome enserio—mis ojos se llenaron de lágrimas— Todo esto es una jodida mierda y lo peor es que yo sabía que tú no me darías más. Cuando llegamos de Italia pensé que algo entre nosotros cambiaria, pensé que me tomarías enserio...