Treinta

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Treinta

Tessa

Sábado por la mañana, había decidido levantarme un poco tarde era como si la cama fuera la cosa más deliciosa de este mundo, las sabanas frescas, la comodidad de tenerla solo para mi definitivamente no quería salir de ella y no planeaba hacerlo en todo el día, Koko no estaba había pasado la noche en casa de su mama y yo había estado sola hasta la madrugada que se fue Stephen, realmente pasamos una tarde interesante vimos películas y lo conocí un poco más, de verdad todo lo que conocía de él me gustaba... pero por una extraña razón no podía permitir más que una amistad, había momentos en los que me sentía incomoda y un remordimiento nacía dentro de mí al estar abrazados o tomados de la mano. Unos golpecitos en la puerta principal invaden mis pensamientos, me levanto de mi preciosa y cómoda cama para ir abrir, no me había fijado quien era antes de abrir, sonreí y me puse como loca al ver a mis principitos en la puerta, llevaban la ropa que les había comprado, sentía demasiadas ganas de llorar, dios mío estaban tan hermosos Marcus con su cabellito más largo y sin un diente y mi pequeño Bruno también con su cabello más largo, me puse a su altura y los abrace a los dos, apretándolos.

—Dios, los extrañe tanto—lo decía de verdad, no había notado cuanto los había extrañado hasta que los vi.

—Nosotros a ti más Tessa—dijo el pequeño Bruno.

—Michele acepto que vinieran a pasar la tarde contigo, así que los traje, estaban impacientes por verte—dijo Dimitri sonriendo mientras nos veía abrazados, me levante para tomar las cosas de los pequeños.

—Claro yo encantada de que pasen un día estos dos hermosos conmigo. Pasen peques ¿ya desayunaron?

—Tessa, son las 11:00 am, claro que ya desayunaron—el tono gracioso de Dimitri me hizo reír un poco.

—Lo siento me acabo de despertar, Stephen se fue en la madrugada y me dormí tarde—reí.

— ¿van enserio? —pregunta alzando una ceja.

—No sé, es complicado.

—Bien... me tengo que ir, tenemos una junta con unos japoneses.

—Nos vemos después—le regale una sonrisa y el igual, cerré la puerta, camine hasta la sala que teníamos y puse las cosas de los niños ahí— Que les apetece hacer pequeños, podemos ir al cine o ¿al golf? Mmh... tal vez podemos ir al zoológico, oh deberíamos ir, es muy interesante o también al acuario —estaba bastante emocionada.

Ambos aceptaron ir al acuario les puse una película y les hice un poco de palomitas para poder yo alistarme, entre a mi habitación y busque la ropa adecuada para la situación, un short negro totalmente entallado, una blusa manga larga color blanco que era tipo crop top blanco entallado igual, mi lencería y mis Nike blancos, después de la ducha me maquille en la sala junto con los peques mientras terminábamos de ver Shrek 2, era agradable tenerlos de compañía, mi madre dice que tengo alma de niña así que era agradable divertirme con ellos. Cuando termine el maquillaje, fui a mi habitación a guardar mis cosas, desconectar mi celular del cargador, tomar mi bolso que podía colgar por mis hombros y ponerme un poco de perfume.

—Bien niños ya podemos irnos —sonreí, fui a la cocina para tomar un poco de agua y llenar las botellitas de los pequeños.

— ¡SI! vámonos—dijo Bruno sonriendo, yo reí le puse a cada uno su mochilita para irnos, bajamos en el ascensor hasta el estacionamiento privado, Subimos las cosas de los peques y los ayude a ponerse el cinturón.

Maneje hasta el acuario, mientras los peques me contaban como era su vida sin mí y cuanto me extrañaban, al llegar estacione mi auto en un lugar libre, baje yo primero y después ayude a los niños.

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