MÁS QUE ESO

Dos

Michele 

El clima ya se sentía helado en NY, sabía que a los niños les iba a encantar este clima y más cuando la nieve cayera. Una range rover nos esperaba para llevarnos a nuestro siguiente destino, la verdad me gustaba tener todo controlado y bien establecido, abrochando el saco del smoking baje del avión, una vez en el carro volteó a ver a mi mano derecha Dimitri que comenzaba a hablar.

— Fue un vuelo largo tal vez sería mejor llevarte a la mansión y después a la oficina no crees? — sugirió mirándome— No prefiero dejar el asunto de la empresa resuelto de una vez — dije firmemente mientras apretaba mi mandíbula — ya abra tiempo de ir a descansar— mencione mientras fijaba mi vista por la ventana—

El trayecto fue largo, pero llegamos a la empresa, una vez fuera del auto mire a Dimitri —que traigan mi auto a la empresa y que organicen todo para la llegada de Marcus y Bruno— dije mientras entraba ya al elevador y marcaba mi piso— me comentaste que la niñera no podrá venir a vivir con ellos verdad? — Suspire sacando un poco de aire de mis pulmones — no vendrá, así que busca otra — antes de entrar a la sala de juntas me gire a verlo — ha, ya sabes las características — sonreí y le guiñe el ojo, Dimitri solo negó riéndose. —

Una vez arreglado lo de la junta, me fui a mi oficina, este cambio nos sentaría bien a todos. Italia me estaba asfixiando, todo me recordaba a Irina y a lo que le hizo a mi familia, por eso tome la decisión de venir a vivir a NY con mis hijos, no soy el tipo de hombre que huye de las cosas, pero un respiro no le hace mal a nadie.

Concentrado en contratos de algunos convenios que se habían logrado cerrar, escucho que tocan la puerta, — señor, su auto ya está abajo — dijo mi secretaria— pedí que me avisaran por teléfono— aclare mientras sentía como mi mandíbula se tensaba, no me gustaba que me desobedecieran— lo siento señor. — dice apenada y se retira.

Deje que el amargo sabor del whisky quemara mi garganta mientras contemplaba la gran manzana, tener mi empresa justo en el corazón de NY era complicado, más por el tráfico, por eso mi oficina la diseñe a prueba de ruido, me gustaba el silencio. Sentí mi pantalón vibrar, saque el celular y la pantalla se ilumino al detectar mi rostro.

''Sé que has llegado a NY ¿Nos vemos donde siempre guapo?'' — leí detenidamente el mensaje de Nicollet, respire profundamente y deje el aparato móvil sobre mi escritorio, tome un sorbo de whisky, terminando todo el contenido de mi baso, me puse mi saco y tome mi celular para salir de mi oficina — hasta mañana señor — dijo mi secretaria un poco tímida, no respondí nada solo entre al ascensor privado que tenía para mí. Vi mi auto estacionado rápidamente uno de los de mi seguridad se acercó a darme la llave del Audi R8, subí en el desabrochando mi saco, mire el volante y saque el aire de mis pulmones, tome mi celular — '' se puntual, no me gusta esperar''— fue lo único que conteste.