Quince

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tessa

Lunes por la tarde, había traído a los niños al parque por un helado, Dimitri acepto que los trajera con la condición, de que la seguridad de Michele tenía que venir con nosotros — son unos niños increíbles—le dije a Rob, uno de los de seguridad. — Sí, están llenos de energía— sonrió — ¿tienes hijos? — Pregunte mirándolo mientras comía de mi helado— no... yo, no estoy tan viejo como piensas — ríe, me sentí apenada— tengo 28.

— Oh... estas joven, yo tengo 22—

— Somos jóvenes aun— reí por su comentario y asentí

Llegamos a la mansión Rossetti, había varios autos de lujo en la entrada, ayude a los pequeños a bajar y tome sus cosas, — el señor tiene una junta de trabajo, me pidió que no lo molestaran —dijo Abigail, la ama de llaves, cuando entramos a la mansión— oh, disculpa, escucharon niños vamos arriba. — tome las manitas de los pequeños y subí a su habitación, les puse sus pijamas y también una película, mientras yo iba por un poco de galletas y leche tibia.

La cocina estaba repleta de comida, todo se veía deliciosa, vaya que habían hecho un banquete, puse un poco de leche a calentar, mientras ponía unas galletas sobre un plato — ya pueden servir...— Michele entro a la cocina dando las ordenes, no lo había visto desde lo que paso entre nosotros y esta noche lucia extremadamente guapo, su smoking negro resaltaba las facciones de su rostro, su barba limpia y su cabello perfectamente peinado hacia atrás— amor, ¿porque tardas tanto? — una figura rubia diminuta digna de ser una modelo, se acerca a Michele, acaso acababa de decir ¿amor?, vi cada movimiento de sus manos, como acomodaba su corbata y descansaba las manos en pecho, con bastante confianza, Michele solo la miro y de vez en cuando me miraba a mí, yo seguía en shock, el sonido del microondas hizo que saliera de mi transe, Michele caminaba tomando a esa mujer de las caderas, iban de vuelta al comedor, mi estómago comenzaba a sentir esa extraña sensación, era como si un remolino se formara dentro, como cuando estas en una montaña rusa y llegas a la parte de la caída libre, sacudí un poco mi cabeza y prepare los vasitos para los niños, tome el plato con las galletas y subí con ellos.

Los niños se habían quedado dormidos a la mitad, con cuidado me levante de la cama, los arrope y baje las escaleras, Dimitri se despedía de algunas personas que estaban por irse — hola, ¿ya se durmieron los niños?

— Sí, yo estaba por llamar un taxi, para irme a casa. — no había llevado mi auto, ya que la seguridad de Leonardo fue por mí a casa— oh no tienes de que preocuparte, yo te llevo —se ofreció amablemente, dude un poco, pero después acepte, ya era noche y me daba miedo ir con un desconocido — está bien, solo voy por mis cosas — camine hasta la habitación de los niños y tome mis cosas, Leonardo me había pedido alejarme de Dimitri, pero si él no me hablaba, ¿cómo quería que hiciera mi trabajo?, revisaba mi celular mientras bajaba las escaleras, levante mi vista al escuchar la risa de una mujer, ahí estaba esa tipa cara de Botox a un lado de mi Michele. — buenas noches— dije solamente — llevare a Tessa a su casa — Dimitri se despidió de ambos, Michele miraba a su amigo y después a mí, por su mirada pude ver que no estaba para nada contento.

Salimos de la residencia, el trayecto fue un poco incómodo ya que ninguno de los dos hablaba. — la... la mujer que estaba con Michele... ella... ¿es mama de los pequeños? — pregunte necesitaba saber quién era esa mujer— ¿Nicollet?... oh no ella es... como decirlo, solo una muy buena amiga de Michele— su vista siguió en el camino— ¿Por qué lo preguntas? — la luz del semáforo se puso en rojo y el me miro— duda solamente...— me sentía pequeña dentro del auto. No volvimos a decir ni una palabra cuando llegamos a casa me despedí de él.

Ala mañana siguiente llegue a la universidad, estaba cansada, de todo lo que pasaba con Michele, tanto que estaba considerando renunciar. — ¿Estás loca amiga?, ese trabajo puede traer consigo muchas cosas —que cosas iba a traer ese trabajo, lo único que me ha traído son malos recuerdos— la pasantía es una de ellas — la mentada pasantía me tenía loca— ¿No entiendes?, por la forma en la que esa mujer lo tocaba, es obvio que tienen sexo —estaba un poco triste, quien diría que me llegue a ilusionar— Bueno, supongamos que si tienen sexo, ese hombre te beso y te dijo que te quería follar, tú te estas alejando y ella te lo está ganando, bravo Tessa Bravo

— y ¿qué sugieres que haga? — pregunte desesperada— darle lo que él te pide, asi lo tendrás de la palma de tu mano y no tendrá que ir detrás de esa Nicollet — creo que koko tiene razón...

No sé por qué razón estoy haciendo esto, pero no hay vuelta atrás. Después de la universidad decidí ir a la oficina del sr. Rossetti, le daría de una vez por todas lo que él quería y a quien engaño yo también lo quería.

— Buenas tardes, la oficina del señor Rossetti?, soy la niñera de sus hijos — dije a la persona que estaba en la recepción de plata baja, ella me dio un gafete con mi nombre y me dijo que era el último piso, subí al elevador y presione el número 30, el piso era muy amplio, lujoso y moderno. — hola vengo con el señor Rossetti —dije a una mujer de mediana edad— El señor Rossetti, está ocupado ¿Quién lo busca? — esa mujer me miro de pies a cabeza— soy la niñera de sus hijos — estaba nerviosa, la mirada interrogante de esa mujer no ayudaba espere un momento — me senté en uno de los sillones, la puerta que estaba a mi izquierda se abre y pude ver a Dimitri salir con unos documentos— ¿Tessa?, ¿Qué haces aquí? — me saludo con una sonrisa, mis nervios crecieron aún más— yo... venía a hablar con Michele—mis nervios estaban de punta, estaba loca, no debí venir— aah... mmh... está bien... Laura ¿Por qué no has hecho pasar a la señorita? —Dimitri se giró para ver a la mujer que me miraba mal— disculpe señor, es que el sr. Rossetti, está ocupado con la señorita, Williams — ¿señorita Williams?, ¿quién demonios era esa? — bien, Michele va a tardar, esta con Nicollet, no sé si lo quieres esperar o... si ¿quieres venir conmigo a mi oficina? — sentí como mi corazón se paraba cuando escuche que estaba con Nicollet, pero ¿que esa mujer no lo dejaba en paz? — ¿tienes mucho trabajo? — su escritorio estaba lleno de papeles, por lo que pude ver eran estados de finanzas. Miraba los mensajes que me mandaba koko, no pude evitar mirar lo que Dimitri hacía, pero si estaba haciéndolo mal — estás haciéndolo mal— dije inconscientemente, el me miro— ¿disculpa? — me miro— perdón, soy una entrometida. — guarde silencio por unos segundos— es que... haces mal la cuenta — dejo la pluma en el escritorio y me miro— hazla tu — dijo dándome los papeles, tome la pluma y en menos de 2 minutos lo saque— ¡wow!, se te dan los numero — dijo sonriendo yo le explique donde estaba mal, los dos reíamos cuando la puerta se abre, dejando ver a un para nada feliz señor Rossetti — a mi oficina ahora — dijo solamente y salió dando un portazo, yo me levante apenada y Salí detrás de él, pero si era bruto, ¿por qué esta de malas? — cierra la puerta — me adentre a la oficina y cerré la puerta detrás de mí, él estaba parado a un lado del mini bar, lo mire de pies a cabeza, después mire a los alrededores, era una oficina impresionante, todo estaba perfectamente acomodado y de colores neutros, le hacía falta un poco de color— ¿Qué haces aquí? —hablo después de estar un rato viéndome detenidamente, me acerque a él con pasos lentos y pequeños— yo... yo quería hablar con usted —este hombre me hacía sentir demasiado pequeña— bien, te escucho que sea rápido, tengo una junta en 5 minutos— dijo mientras tomaba un trago de whisky y se sentaba en la silla frente a su escritorio, camine hasta ponerme frente a su escritorio, respire hondo, lo que voy decir es una completa locura— ¿vas hablas?, sabes no tengo tiempo para niñerías— dijo, algo serio, yo levante mi rostro y lo mire a los ojos, sentía mis cuerpo sudar helado— yoo... yo también quiero que me folle...

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