Tessa
Mi despertador sonó, eso quería decir que eran las 9:00 AM, me levante y estire un poco mi cuerpo, mire mi habitación, necesitaba limpiarla con urgencia, a pasos lentos y con mucha flojera, entre a la ducha, Utilizaría algo cómodo ya que estaría con los niños todo el día y aparte nos meteríamos a la piscina.
Comí algo ligero en el desayuno y platique con mis padres sobre como estuvo mi primer día, mi padre estaba más que feliz, el piensa que así podría conseguir más rápido la pasantía.
Los guardias de seguridad en la mansión Rossetti me dejaron entrar cuando dije mi nombre, baje del auto y le di mis llaves al guardia para que él lo moviera, tome el bolso de ropa extra que traía, Dimitri estaba sentado en la sala tomando café, — hola, buen día — sonreí amablemente, Dimitri si me caía bien— buen día Tessa, ¿qué tal tu primer día ayer? — Tomo un sorbo de su café— los niños son hermosos, y cariñosos... — deje de hablar cuando escucho que baja un señor gruñón, con una vestimenta menos formal que otras veces, pantalón de mezclilla azul oscuro y una polo negra, está de más decir que todo era de marca.
— Subiré a despertar a los pequeños — mencione antes de subir las escaleras, al parecer estos flojitos aun dormían, bueno, eso creí hasta que los vi que se movieron — ¡bhoo! — Trataron de asustarme, saque mis dotes de actriz y me hice la asustada, ellos rieron a carcajadas— pero que malos son — hice pucheros — es solo una pequeña broma Tessa — Marcus no podía hablar de la risa, la cual nos contagió a su hermano y a mí — bien, les tengo preparado un día genial, así que levántense que les pondré su traje de baño—entre a su guarda ropa, ellos venían tras de mí. Una vez ya listos, entre yo al baño para alistarme y bajar junto con ellos, íbamos bajando las escaleras cuando veo a Dimitri y Gruñón parados en la puerta, la mirada de los dos, se dirige automáticamente a mi cuerpo, vaya tenían que ser hombres, — ¿por qué están vestidos así? — El rostro de Don gruñón era épico— vamos a desayunar y después llevare a los niños a la piscina, señor. — estaba sonriente este día, aunque aun recordaba el suceso de la noche anterior — buongiorno papa —los pequeños hablaban perfectamente en italiano con su papa y con Dimitri, yo me sentía fuera de lugar, no entendía absolutamente nada de lo que hablaban....
Ya había pasado una semana de que estoy cuidando a los pequeños, la verdad al principio si fue difícil con Marcus, era al que le costaba adaptarse al cambio, por otro lado Bruno, era totalmente diferente, para sus dos años, es bastante inteligente y me encantaba como me decía Tessa, con su acento italiano, es precioso, Don gruñón es afortunado de tenerlos, lamentablemente no los aprovecha, trabaja todo el día, cuando se da tiempo para verlos, los niños están dormidos, yo no tengo contacto alguno con él, siento que me odia, me ve y me hace mala cara o me ignora, es difícil, pero gracias a Dimitri, que era su mensajero he podido tener cierta comunicación con él.
Todo en la universidad va de maravilla, me he podido adaptar al cambio de estar todo el día ocupada, lo lamentable es que, he descuidado el gimnasio, eso me ponía triste, no quiero retroceder, dentro de la mansión había uno, pero era la parte de la casa que Dimitri menciono que no debía entrar, pero ¿quién se daría cuenta?, nunca hay nadie aquí, solo las de limpieza y cocina, que por cierto son muy lindas, me he hecho de muchas amigas, todas hablamos mal del jefe, es muy divertido.
Dimitri llamo a mi celular muy de mañana, al parecer el jefe gruñón saldría por tal vez todo un día o dos, así que necesitaba que durmiera en la mansión, por mí no había ningún problema era viernes y en fin de semana no tengo universidad, hice una pequeña maleta empacando lo necesario, me dirigí a la cocina, para buscar a mi madre, la cual hacia la comida — mmh, ¿paella? —Ella asintió, le di un abrazo, mientras olía lo que cocinaba— ¿ya te vas hija?, ¿quieres llevarte un poco? — Dejo la cuchara con la que revolvía la comida y se giró para verme — está bien, solo un poquito— reí, ella me sirvió bastante en un plato, les compartiría a todos en la mansión, era mucho para mi sólita.
Ese día se fue volando, todo marchaba increíble me divertí mucho con los niños, les di paella y les encanto, hicimos unas galletas y pintamos, al siguiente día me levante muy temprano, hoy utilizaría el gimnasio, de verdad mi cuerpo me lo pide, media hora de cardio, después me puse hacer mi rutina, estaba haciendo unas sentadillas con peso, cuando escucho que alguien se aproxima, dejo la pesa donde estaba y salgo corriendo, para esconderme detrás de una pared, alguien entra al gimnasio, asomo mi cabeza un poco, mie*rda es don gruñón, lo miro detenidamente, dios, mi cuerpo comienza a hiperventilar más de lo normal y mi corazón comienza agitarse, veo como quita su camisa de tirantes, dejando a la vista su perfecto torso tatuado, esto debería ser pecado, comienza hacer pesas mientras se ve en el espejo.
He perdido la noción del tiempo, no se cuento tiempo llevo aquí, Don gruñón ha utilizado algunas máquinas para hacer musculo, me estaba cansando, en un descuido dejo caer mi celular, —mie*rda— susurre, rápidamente levante mi celular, me pegue sobre la pared, mi cuerpo automáticamente comenzó a temblar, sentía que me daría un infarto, escucho como pasos se aproximan a donde estoy, realmente estoy muerta, miles de pensamientos pasaban por mi cabeza, era tonta, ¿Por qué tenía que meterme al gimnasio?, Dimitri fue muy claro con las reglas, pero, ¿que no esté idiota debería estar en Londres?, los pasos se acercan, pero algo los detiene, al parecer el celular del señor gruñón me ha salvado, escucho que habla en italiano, dios su voz tan ronca pone mis pelos de punta, después de un corto tiempo, vuelvo a revisar, me doy cuenta que no hay nadie en el gimnasio y dejo escapar todo el aire que tenía comprimido en mis pulmones, con una mano en mi pecho, salgo de ahí, me gire a cerrar la gran puerta del gimnasio, cuando siento la presencia de alguien tras de mí, cerré mis ojos y comprimí el aire, sabía que estaba en problemas.

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MÁS QUE ESO
RomanceSINOPSIS La vida de los dos es totalmente distinta, ella sumergida en sus malas decisiones y el en su mundo más oscuro que la noche. Ninguno de los dos estaba preparado para lo que venía, o ¿tal vez si?, como dicen, las cosas salen como menos te las...