once

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Tessa

Salí de ese despacho seguida de Dimitri, quien me miraba apenado — sabía que te conocía de algún lado, tú eres quien  ayudaste a levantarme, cuando tropecé con ese señor —lo mire — ¿por qué no simplemente me lo dijiste? — pregunte mientras aun lo miraba con los brazos cruzados. — porque, sabia que no aceptaras el trabajo y los niños necesitaban a una niñera con urgencia — me miro apenado — mira, solo dale tiempo, Michele es así, solo no lo hagas enojar y todo saldrá perfecto — yo lo mire ¿hacerlo enojar yo?, si él es quien se enoja por todo yo solo rodé los ojos y camine a su lado mientras me explicaba todo lo de la casa, me enseño los lugares donde no debo ir, ni tampoco entrar, también me dio un horario de actividades para los niños, vaya a don enojón sí que le gustaban los horarios, finalmente me llevo a la habitación de juegos, ahí estaban los niños, sonreí automáticamente cuando los vi  — tío Dimitri — corrieron hacia él, para darle un abrazo, yo no podía dejar de sonreír, eran hermoso, uno tenía el cabello más oscuro que el otro, los ojos de estos niños deberían ser un delito, son hermosos— ella, es su nueva niñera, Tessa— sonreí me puse a su altura y los salude— hola, soy Tessa ustedes ¿como se llaman? pequeños— sonreí mientras ellos se presentaban— hola yo soy Bruno, eres muy bonita, más bonita que Nella— sonrió el pequeño, vaya sí que era todo un galán, me gire para ver al más grande que estaba a un lado de Dimitri mirándome con una mueca en su rostro — y tu pequeño ¿cómo te llamas? — el no respondió nada Dimitri me miro, él ya me había dicho que el mayor no se adaptaba fácilmente  a los cambios — déjame adivinar, ¿Marcus? — Sonreí cuando cambio su carita a una sorprendida — ¿Cómo supiste? — Pregunto yo lo mire feliz — uso poderes mágicos— sonreí mirándolo, el me dio una sonrisa cálida, Dimitri salió de la habitación dejándome sola con ellos, yo me puse a jugar con ellos, por mientras llegaba la hora de sus actividades.

Pasamos la tarde haciendo las actividades de su horario, los niños eran demasiado inteligentes, y estaba encantada de poderlos cuidar, la verdad no supe nada mas de don gruñón y lo mejor era estar así, ya que si él llegaba a decirme algo, no me quedaría callada. 4:00 PM marcaba mi reloj inteligente — vamos a comer pequeños, que ya se hace tarde— sonreí y los ayude a bajar las escaleras, justo cuando baje el ultimo escalón, don gruñón iba saliendo de su despacho, los niños corrieron hacia él, —!papi!,  Tessa es muy linda con nosotros — decía bruno a su padre— y nos está enseñando español — dijo ahora Marcus entusiasmado, don gruñón me volteo a ver, dios mío su mirada era tan profunda que yo no podía sostenerla, únicamente le sonreí a los pequeños — anden a lavar las manos, que la comida esta lista— les sonreí fui con ellos al baño de la planta baja para ayudarlos.  Senté a Bruno en su silla, mientras la muchacha de cocina les serbia, Marcus comía solo, mientras yo ayudaba a Bruno a comer sus espaguetis, los niños saludaron a su padre, cuando este se sentó a comer con ellos — tu no cenaras Tessa? — me pregunto Bruno con su boquita llena de comida, yo le sonreí— creo que no debemos hablar cuando tenemos nuestra boquita con comida — le dije amigablemente mientras tocaba su naricita, enserio no podía creer que estos hermosos eran hijos de ese demonio que estaba sentado, en total silencio, nos veía de vez en cuando—y no, yo... cenare en mi casa — le di una sonrisa mostrando le mis dientes, a lo que el imito, su una dentadura llega de comida, era imposible no reír con este niño, el siguió comiendo al igual que Marcus, vaya les gustaban mucho los espaguetis.

— Vamos que los tengo que duchar, alguien en esta habitación apesta y no soy yo —reí ya que Marcus tapo su nariz— vamos será divertido, si nos bañamos ahorita, mañana nos meteremos a la piscina, ¿qué dicen? —ellos pensaron la situación y terminaron cediendo, cuando termine de bañarlos eran las 9:45 PM, los acosté y arrope a los dos para contarles un cuento,  como decía su horario, eran las 10:00 PM, cuando ya estaban dormidos, la puerta se abre, dejando ver a don gruñón, que se acercó a darle un beso en la frente a cada uno y decirles algo que no logre entender, ya que se los decía en italiano.

— Saldré y como es viernes, te quedaras hasta la hora que yo llegue — salimos de la habitación y lo vi detenidamente, estaba bañado, llevaba un smoking azul oscuro, con camisa blanca bajo el saco,  sin corbata y zapatos cafés, todo lo quedaba entallado y no lo negare le quedaba genial. — si quieres me desvisto para que me puedas ver mejor— metió sus manos a los  bolsillos del pantalón y me miro directamente a los ojos, yo me apene por lo que dijo— si yo me quedo a cuidarlos hasta que llegue, señor —  recalque la palabra señor, el no dijo nada solo se fue, pero que hombre tan mas mal educado.

Me quede en la estancia viendo una película, cuando mi celular suena, era mi madre— ¿cómo te está yendo hija? — escucho la voz de mi madre por la otra línea. — bien mami, los niños son muy lindos, creo que estoy comenzando a encariñarme con ellos— recordar todo lo que hicimos el día de hoy me ponía de buenas — sabes el papa de los niños es el señor Rossetti— le conté a mi mama, obvio omitiendo algunas cosas— bien mama te dejare, puede que llegue noche, tengo que esperar que llegue el señor y parecía que iba de fiesta— nos despedimos y corte la llamada, me quede viendo la película, estaba muy interesante, baje a la cocina a buscar algo para cenar, moría de hambre, no había nada así que opte por comer fruta, subí a la estancia, donde estaba anteriormente, cuando menos lo pensé ya era la 1:00 AM, a qué hora piensa llegar este idiota, me acomode en el sillón, estaba muy cómodo, tape mi cuerpo con la mantita de Marcus y cerré mis ojos.

— Que bien, te pago por cuidar a mis hijos y te quedas dormida— escuche unos murmullos, abrí lentamente mis ojos y lo vi a él mirándome fijamente sentado en el sillón frente a mí, mientras bebía algo que creo es whisky, me senté lentamente y talle mis ojos, vi mi reloj y eran las 3:00 AM, ¿pero qué le pasa a este?, ¿por qué demonios llegaba a esta hora?, enfoque mi vista en él, su traje estaba desalineado y tenia labial rojo en su camisa blanca, pero que asco seguro tuvo sexo — puedo hacer cambiar tu cara, cuando quieras preciosa solo necesitas pedirlo — dio un trago a su vaso, la cara de asco al ver su camisa, era inevitable — iré a ver a los niños. — no le di importancia a lo que dijo y me levante acomodando mi ropa, doble la mantita y la puse en el sillón, camine a la habitación de los pequeños ellos dormían plácidamente. No quise despedirme del señor Rossetti, verdaderamente sentí mucho asco al verlo todo lleno de labial rojo.


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