MÁS QUE ESO

Treinta y Uno (+18)

Treinta y uno

Tessa

Abrí mis ojos lentamente y de inmediato el dolor de cabeza se hizo presente, me sentía mal, me sentía débil una culpa inútil inundaba en mi ser y no sabía cómo sacarla, Koko reservo una cita con mi terapeuta, pero sinceramente no tenía ánimos para ir, sabía lo que me diría y seguramente todo lo querrá calmar con medicamentos.

—Al fin despertaste, vamos alístate que tenemos la cita en una hora—dijo Koko entrando a mi habitación.

—Koko no quiero ir —dije mirándola.

—Tessa lo necesitas, no pienso dejarte aquí tirada en la cama todo el día llorando y si yo no puedo hacerte entender estoy segura que Sherl sí.

— ¿Puedes entrar conmigo? No quiero entrar sola.

—Está bien, ahora alistarte. —dijo mientras entraba a mi closet para sacar ropa.

Una vez estuve lista y comí un poco de fruta Koko manejo hasta llegar al consultorio de Sherlyn mi Terapeuta, ella me había ayudado mucho durante los últimos 7 años, hace tiempo creí que todo estaba superado, pero... siempre esos malos recuerdos vuelven a mí, arruinando todo lo que he luchado tratando de olvidarlos, que puedo decir acerca de ese tema, yo tenía toda la culpa de las cosas que me pasaban, yo era la causante de lo que ellos me hicieron, limpie una lagrima que salió inconscientemente no quería que Koko me viera llorando nuevamente.

—Llegamos—menciono mi amiga mientras bajaba del auto. Entramos a la pequeña clínica, le dimos mi nombre a la secretaria para que me buscara en la lista.

—Sherlyn la está esperando, si gustas pasar Tessa...

Asentí y tome fuerte la mano de mi mejor amiga para entrar al consultorio me iba ha ser de gran ayuda ter a Koko conmigo esta sesión.

Michele.

El solo hecho de estar en mi despacho me asfixiaba, no quería ver a nadie ni tampoco me apetecía hablar con alguien, los niños estaban ocupados con Lauren y yo Salí un momento a tomar un poco de aire... por mi cabeza pasaban miles de cosas, pero no quería darles importancia, Tessa se convirtió en un problema más grande de lo que pensé, ¿Por qué no puedo sacarla de mi cabeza? Ya obtuve lo que quise de ella, no entiendo por qué tenía que seguir aferrándome. Escuche unos pasos detrás de mí.

—Creí que había dado clara la orden —me gire para encontrarme con Dimitri— No quiero hablar Dimitri.

— ¿Por qué no me contestas el móvil? Estaba sumamente preocupado... Tessa llego ayer...—Lo interrumpí.

—Lo que haga o deje de hacer esa Piccola me vale Dimitri... No quiero saber más de ella y el móvil... lo estrelle en alguna parte de mi habitación.

— ¿Pero qué demonios paso?... hace unos días parecías traumado con ella y ¿ahora?

—Hace unos días, me imaginaba que era pura eh inocente, me la imaginaba de diferente manera... pero ayer me di cuenta que es igual de zorra que todas—Cruce mis brazos sobre mi pecho mientras recargaba mi espalda contra la pared del jardín.

—Esa mano Michele, necesita atención esta hinchada...

—Pronto sanara, deja de preocuparte por mí ya no somos unos niños.

—Quizás dejara de preocuparme si no te comportaras como uno.

—Me iré a Italia con los niños unos días... Mi Madre quiere verlos, se acerca el cumpleaños de Bruno tal vez para esas fechas nos vayamos.

— ¿siempre será así?... ¿Huiras de todo? Deja de actuar como un maldito cobarde, si querías a Tessa ¿porque cojones no fuiste a todo por ella?

— ¡MALDITA SEA TU NO SABES NADA! —Grite—Yo no quiero a esa maldita puttana. No me gusta lo que otros pueden tener y lo sabes.

—Dimitri comenzó a reír, no le encontraba lo chistoso a esto—Me sorprende que no te gusta lo que otros pueden tener... acaso... ¿se te olvido como conociste a Irina?

—No me toques las pelotas Dimitri...

—Michele estás haciendo un drama donde no debería haber... ¿Qué sientes por Tessa?

—Ya te lo dije Dimitri...Non sento niente...—apreté mis dientes.

—Me alegro, así dejaras de molestarla de una vez por todas —dijo antes de desaparecer de mi vista.

Mi respiración comenzaba a ser más pesada y esa sensación de enojo volvía a correr por mis venas, era algo asfixiante y sentía todo mi cuerpo caliente. Camine a paso decidido por la mansión hasta que encontré lo que buscaba, me acerque a ella mientras cerraba la puerta de la habitación de huéspedes que estaba limpiando, ella me mira sonriente, es una maldita puta, la tomo por el cuello y la tiro sobre la cama.

—Desnúdate...—digo con mi voz ronca, ella por fin conseguiría lo que tanto esperaba, mi polla dentro de su coño. Comencé a desabrochar mi pantalón bajándolo junto con mis bóxer, ella mordió su labio mientras su vista no se quitaba de mi polla se-mi erecta, sabía que la deseaba y yo se la iba a dar— chúpalo... —Lo tomaba con sus manos, mientras lo metía por completo en su boca, podía sentir como su garganta devolvía la punta de mi glande provocándole arcadas, tome su cabello entre mis manos intentando ir más a fondo, no estaba siendo nada delicado y no me interesaba serlo, necesitaba dejar salir toda la tensión que tenía, cuando me aburrí de su mamada la levante de un solo movimiento poniéndola sobre la cama en cuatro, la muy zorra levanto su culo dándome una linda vista de su coño húmedo, tome un condón de mi pantalón y acerque mi polla a su entrada, de un solo movimiento arremetí en ella sonreí cuando soltó un grito de satisfacción, puse un pie sobre la cama y el otro lo deje en el piso tome bien sus caderas y comencé a moverme duro, ella no paraba de gemir como perra en celo, mientras yo desquitaba toda mi furia contra ella.

—Así... dame más... ¡quiero más! —gritaba la mujer, apreté sus caderas y separe su culo mientras seguía arremetiendo bruscamente.

—Eres una zorra... y a las zorras se les castiga—dijo apretando mis dientes mientras nalgueo su culo.

—Soy tu zorra... si dame más —gritaba la mujer a causa de mi polla dentro de ella.

—Maldita seas Tessa—grite mientras le di más duro, los gritos de la mujer aumentaron y sabía que estaba a punto de correrse— eres mía Tessa... mía solo mía —me moví más rápido dentro de ella, todo en mi mente volvió rojo y lo único que veía era Tessa, con su rostro inocente y ligeramente sonrojado pidiendo que la follara duro... mis movimientos pararon al notar como el cuerpo de la chica caía sobre la cama, mientras soltaba suspiros estaba invadida en un orgasmo, de inmediato me di cuenta que no me estaba follando a Tessa, era Isabella, pronto y sin decir nada Salí de ella, mientras se giraba en la cama regalándome una sonrisa.

—Dios... puedo ser tu Tessa cuando desees—dijo mientras mordía su labio inferior, sentí asco ¿Cómo una mujer pude aceptar esas cosas? tire el condón totalmente vacío en la basura, había sentido nada de placer... lo único que sentí fue coraje y enojo, me puse rápidamente mi pantalón junto con mi bóxer y Salí de ahí rumbo a mi habitación necesitaba un ducha. ¿Qué demonios me paso?

¡¡pobre Tessa!! ella en terapia y el maldito de Michele ¡¡¡follando a la sirvienta!!!

 ¿que demonios le pasa?   ¡STRONZO!