Capítulo 8

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DAMARA VOOHKERT

Espero muy quieta, atenta a los indicios que me confirmen la marcha de Diego. Le escucho darle indicaciones a mi nodriza, salir y encender el motor de un coche. Entonces corro como loca hacia la sala.

—¡Damara! —reprende Athir con exaltación.

—Shhh... —siseo por lo bajo.

—¡Niña!, ¿qué haces?, ¿no sabes que estás delicada?

—¡Shh! Diego dijo que ya estaba bien.

Mientras que mi nodriza se queja, yo intento reconstruir la imagen del Zethee: alto, bien formado y deseable. Casi siento de nuevo el perfume que desprendía. Sonrío maliciosa, pero el semblante de mi nana me hace borrar el mío.

—¿Qué sucede? —pregunto.

—¡Ve a acostarte! —señala mi habitación, luce enojada.

—¡Athir! —corro hacia ella y la abrazo—, ¿sabes a quién trajo Diego?

—Claro.

—¿Qué te parece? —Aparto mi cabeza de su pecho para mirarle, pero mis brazos aún bordean su figura.

—¿Exactamente qué?

—El que el Zethee esté aquí, que haya sido él quien guio mi conversión.

—Una suerte. —Sujeta mi rostro entre sus manos—. No sé qué hubiera hecho si te hubiéramos perdido... Damara, ibas a morir.

Ignorando sus palabras, camino hacia el sofá. Me dejo caer de rodillas y acaricio los cojines.

—El Zethee... —Halo uno de los almohadones hacia mí y lo aprieto duro, recostándome por completo en la butaca, me quedo pensando en él.

—Mira nada más cómo estás, ¿te ayudo a darte una ducha?

—No es necesario —reconozco, levantándome emocionada—. ¡Athir, me estoy convirtiendo!

—No estarías tan feliz si supieras a lo que hueles.

Le lanzo el cojín, me sorprende lo fácil que es dominar el brazo que antes había dado por perdido. Mi nana me besa la cabeza y vuelve a hacer un mohín de aparente rechazo al mal olor.

A solas dentro del cuarto de baño me descubro sucia, pero lo agradezco, significa que respetaron mi privacidad. Mis brazos, mis piernas y mi cara están matizadas de carmesí, parece que me limpiaron solo con un paño húmedo. Mi pelo está enredado, en mi cuero cabelludo tengo pegados grumos sanguinolentos por doquier. Las vendas de mi costado fueron retiradas. Sobre la gran herida hay una película blanquecina que, aunque fina, parece protectora. Las bifurcaciones violetas desaparecieron, tengo ahora un largo arañazo al que otro translúcido jirón de piel comienza a cubrir.

Ojos: casi del color normal... ¡Rayos!, me habría gustado conservar el rojo en ellos por más tiempo.

Labios: rosáceos..., mejor, tal vez.

Habilidades: ninguna, por supuesto.

Paso a la ducha y una vez que el agua franquea mi cuerpo, el rojo se destila por la cerámica en órbita del desagüe. Me dedico a lavarme tratando de no pensar en nada, pero una idea se repite. Cuando termino, aun antes de vestirme me planto frente al librero de mi habitación. En este reposan varias enciclopedias, todas de índole vampírico. Libros que Diego ha traído a lo largo del tiempo para enseñarme. Algunos hablan de historia, de cómo el vampiro pasó del estado animal y una vida salvaje a la cultura organizada que le permitió construir una sociedad. Títulos como: «Orígenes y Evolución de la vida»; «Las primeras razas»; «El principio de la civilización». Ninguno de esos títulos me interesa en este momento. Busco algún ejemplar que pueda darme alguna luz, espero que estén lo suficientemente actualizados, hasta que en «Historia Social», encuentro sobre todo cuanto tiene que ver con la institución del régimen de gobierno por el que se guía la sociedad a la que ahora voy a pertenecer.

Cruzo los dedos adelantando las hojas, pasando rápido por donde explican en qué consisten las figuras de mando y cómo llegaron a ser lo que son hoy. Caigo en donde empiezan a detallar a los reyes, y aquí, casi al final, veo el título de una hoja en que se lee: «Daniel León» me llevo el libro a la cama, caminando y dándole al mismo tiempo un vistazo superficial a su biografía. Político y militar zansvriko, con mucho drama durante su ascenso al trono. Reformó las líneas del ejército y dirigió las campañas que extendieron el poder de Itrandzar antes de su muerte, convirtiendo a la figura del Zethee en el líder generalizado de todos los vampiros.

Me seco lo justo para no resfriarme. Tras envolver mi cabello en la toalla, leo como se debe.

«Cuando Itrandzar Voohkert fue asesinado, Daniel León, originario de España, quien hasta hacía 6 meses ocupaba el cargo de máximo general, se convertía ahora en el Zethee entrante. Fue una época de corrupción y desorden, donde el derroche de recursos y la indisciplina disgregaron toda autoridad. Antes de que Itrandzar eligiese su sucesor, la corte se oponía a que León fuese uno de los candidatos, alegando su inexperiencia por su edad, la carencia de preparación académica que exigían los estatutos y la barbarie con la que su personalidad le caracteriza. León era conocido por sus ejecuciones y torturas abominables. A juicio de muchos historiadores era catalogado como un tirano que se valía de perseverancia y falta de escrúpulos para conseguir sus objetivos. Por otra parte, era admirado por su audacia. Como general del ejército se le recuerda como invencible pero despiadado.

El período en que estalló la insurrección, Daniel León se levantó como Zethee bajo una ordenanza especial de Itrandzar, en la que concedió a su sucesor un período de tiempo para que este desarrollara las condiciones adecuadas. De esta forma, Daniel León subió al poder y se dedicó a renovar la organización y gestión del imperio, en donde la objeción principal la presentó la corte antigua, cuya jerarquía le permitió la influencia en acciones de índole legislativo y judicial hasta el presente día. Durante el desarrollo de su preparación, León instaló un comité senatorial que lo representó a la par del cumplimiento del orden, con él ejecutando cruelmente a los rebeldes. Su posición de Zethee le permitió destituir a su juicio a otros funcionarios. Se ocupó de los problemas económicos, abriendo nuevos canales mediante convenios con gobernantes humanos, permitiendo así las relaciones mercantiles y expandiendo negociaciones a diversas ciudades. Juzgó a los prisioneros de la época, cuyo destino es un misterio aún para nuestros días. A la fecha y cumpliendo con las ordenanzas, Daniel León es poseedor de estudios avanzados en ciencias jurídicas y ciencias políticas. En la actualidad es el Zethee más joven en el trono, y es considerado el más sanguinario que hasta ahora haya asumido el poder».

Suelto un suspiro involuntario, esta vez con profundo deseo, fruto de verdadera fascinación. Me descubro dividida ante la contrariedad de haber leído un perfil que se adapta al que habría imaginado para el Zethee, y haber conocido personalmente en él un gesto noble como lo ha sido el cuidar de mí. No puedo recordar su mirada con el detalle merecido, pero me gustaría reconocer en él un poco de ese perverso que tanto describen.

La sola idea de concebirlo así, me seduce más de lo que lo hace su misma apariencia.

Éxtasis CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora