DAMARA VOOHKERT
Paso el rato rebuscando más entre mis libros. Ahora me entretengo perturbándome con uno que detalla la conversión.
«La neoemia (del griego Neo= nuevo y Emia= sangre) es un trastorno infeccioso y de etiología vírica que conlleva a una irrefrenable e irreversible alteración genética de los elementos celulares. El término fue acuñado por Alexander Hanchs en 1319, quien detalló el particular aspecto de la sangre, donde los glóbulos rojos se elevan en cantidad y transfiguran sus dimensiones. La neoemia es transmisible exclusivamente mediante el contacto directo con la sangre portadora de dicho trastorno».
Asiento, porque esta parte la sé.
«La fase preclínica puede dividirse en tres etapas. Durante la primera se manifiesta una sintomatología inicial de carácter específico, en la cual, pese a que sus escalas suelen ser de pronóstico fatal, muestra a su vez una condición de defensa idónea que permite resistencia a la misma. Entre ellos se observa frecuencia cardíaca que va desde los 450 a 700 pulsaciones por minuto, fiebres entre 48º y 52º, elevaciones de la tensión arterial, dolor muscular, dolor articular, dolor óseo, hemorragias frecuentes, mareos, disnea, sudoración».
Hago una pausa en mi lectura para respirar hondo, pues a medida que mi vista se pasea por las líneas, mi mente recrea con perfección las lastimeras escenas que viví con esto.
«La segunda etapa corresponde a un leve proceso de degeneración, en el cual puede presentarse palidez de piel, pérdida del apetito, fotosensibilidad, fatiga, enrojecimiento y agrietamiento de la piel por destrucción celular, depresión, ansiedad y temor ante estímulos externos como exposición al sol, ruidos, corrientes de aire y algunos olores. En determinados casos pudieran crearse alucinaciones. Durante el desarrollo de la presente fase, parte de la dentición es reemplazada por un dispositivo doble conformado por caninos huecos de tamaño expansible, que gracias a una mutación en la hidroxiapatita permite la formación de una nueva estructura especializada, funcionando a modo de órganos protectores que alojan un par de caninos retráctiles de forma cónica y hueca que poseen un canal interior cerrado del cual emergen dichos caninos mediante su estimulación.
Es en la segunda etapa del período preclínico que el paciente requiere satisfacer nuevas demandas del grupo Hemo, siendo la ingestión la única vía en la que el mismo puede ser asimilado por el organismo».
—...Sangre... —murmuro para mí misma. ¿Debo empezar a tomarla desde ahora?
«El paciente desarrolla una dependencia físico-psicológica en la cual el cese de su consumo da lugar a malestares somáticos como deshidratación, temblores, escalofríos, problemas cardíacos, ansiedad, irritabilidad, náuseas, crisis nerviosas y comportamiento agresivo. Entretanto, su inducción al organismo de igual forma supone alterar o modificar las funciones psíquicas de este, aumentando el estado de alerta, energía y actividad motora; esto ocasiona también una disminución del sueño, disminución de la fatiga, aumento en la temperatura corporal, se aumenta la estimulación de la corteza cerebral, aumenta la frecuencia cardíaca, ocasiona sobreexcitación, estado de placer, empatía y omnipotencia».
Tocan a la puerta de mi habitación y cada golpe me aturde hasta hacerme doler la cabeza, suelto el libro para apretarme los oídos con los índices, cerrando fuertemente mis ojos.
—¿Damara?
La voz se ha colado. Volviendo a mirar, descubro a Elizabeth.
—¡No puede ser!
Me levanto de un brinco para lanzármele encima, me recibe con un abrazo igual de cálido al que le doy.
—¡Sí viniste!
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Éxtasis Carmesí
VampireDaniel León es un vampiro poderoso y amante de los placeres carnales. Las correas que limitan a sus demonios se ven amenazadas cuando una joven que acaba de perder su humanidad despierta en él una sed de lujuria tal, que su mente lo invita a cumplir...