53. M&G

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Los chicos se despidieron de sus fans, enseguida Michelle subió al escenario y llamó la atención de todas antes de que se dispersaran.

—Muchas gracias por acompañarnos esta noche, pero esto aún no termina. —dijo para llamar la atención, inmediatamente todas las niñas comenzaron a murmurar. —Las primeras cien niñas que vayan con el chico guapetón de allá atrás y paguen $100 ganarán el derecho a un pase M&G con los chicos. —Efraín levantó la mano con temor y casi vi venir una avalancha de niñas queriendo pagar el pase para ver a los chicos.

—¡Con calma todas! ¡No queremos ningún muerto esta noche! —gritó mi amigo cuando las niñas comenzaron a llegar corriendo, noté que tenía un plumón permanente en la mano y unos metros de listón rojo en la otra junto a unas tijeras.

Aproveché que todas las niñas estaban distraídas intentando ser una de las cíen afortunadas para escabullirme e ir a ver a los chicos. Mi corazón palpitaba de emoción, no sabía cómo reaccionar al estar frente a él después de lo que acaba de suceder.

Me escabullí entre los grupos de niñas que se sentían mal por no poder pagar para abrazarlos; no pude evitar sentirme mal. Las conté y eran sólo tres... lo pensé mucho tiempo, no sabía si los chicos lo tomarían mal pero de verdad estás niñas se veían tristes. Y yo tenía el acceso a los chicos, además, trescientos pesos menos serán nada a comparación de todo lo que recaudamos esta noche gracias a ellos.

—Hola. —saludé mientras me acercaba cautelosamente, dos de ellas me miraban con recelo mientras la otra se encargaba de repartirles un codazo a cada una. —Sé que no es de buena educación escuchar conversaciones ajenas pero... lo hice. —solté una risa estupida que me hizo sentir avergonzada.

—¿Qué es lo que quieres? —escupió finalmente una de las chicas que me miraba mal, noté como la que intentó reprenderlas bajó la mirada y me dedicó una pequeña sonrisa avergonzada después.

—Yo... quería saber si quisieran ir a verlos. —automáticamente las dos chicas abrieron los ojos sorprendidas, se miraron entre sí y después hicieron un círculo.

Sonreí al recordar a los chicos haciendo lo mismo, cuando les pedí hacer el pequeño M&G. Alcanzaba a escuchar algunas frases de las niñas, como: "denle una oportunidad", "no me agrada", "solo quiere ganarse nuestra confianza y quedar bien". Esta última jamás me cruzo por la mente, nunca pensé que fuera una consecuencia de lo que yo quería hacer. Al final, las niñas que me miraban mal anteriormente suavizaron su mirada e intentaron dedicarme una sonrisa.

—¿De verdad harías eso? —cuestionó una de ellas, asentí con timidez.

—No quiero que piensen que lo hago para que me quieran o "ganar fama". —hice comillas con los dedos. —Solo las escuché y pensé que les gustaría... abrazarlos y tal vez una foto. —me encogí de hombros sin atreverme a mirarlas fijamente a los ojos. —Entiendo si no les agrado, yo solo... —señale detrás de mi, intentando dar a conocer que me retiraría y no las molestaría más.

—¡No! Nosotras actuamos mal. —dijo una de las chicas a la que parecía no agradarles. —Nos encantaría conocerlos, esta es nuestra primera vez viéndolos en persona y... de verdad sería un sueño si nos llevaras. —les dediqué una diminuta sonrisa y les indiqué con la cabeza que me siguieran.

Algunas veces me volteaba a indicarles que fueran discretas, no quería que otras chicas nos siguieran y se armara un escándalo. Al llegar al backstage, me asomé para ver si estaban ahí; los cinco estaban sentados en una silla de plástico cada uno, ya no había rastro de sudor pero continuaban tomando agua e intentando echarse un poco de aire.

—Hablaré con ellos primero, quédense aquí y volveré por ustedes. —les indiqué a las tres chicas en voz baja, ellas asintieron sonriendo y después caminé para entrar al lugar en donde los chicos estaban descansando.

El Chico del Abrigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora