15. Cumpleaños

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Había pasado un mes desde lo sucedido con Alonso. Paola casi no me hablaba, sólo lo hacía cuando quería pedirme algo o una pequeña ayuda con su tarea. Pero ya no nos platicábamos chismes o cosas que habían pasado en su escuela y, sinceramente, extrañaba eso.

Pero tampoco había sido un mes fácil para mi. Alonso ese día publicó un tweet en donde decía que yo sólo era una fan que se había acercado a pedirle una foto, pero las fans no cayeron tan fácil y continuaron especulando. Todas estaban de acuerdo en que yo era una «zorra» que se había acercado a él por su fama y dinero.

Todo ese mes, siempre que salía a hacer compras o con Mich, me miraban mal. Siempre había un grupo de niñas en todos los lugares en los que estaba que me miraban intentando descifrar si era yo, me lanzaban miradas que expresaban asco y burla. Intenté no tomarles importancia pero de alguna manera me hacían sentir mal, así que siempre terminaba yéndome de ese lugar.

Hoy era el cumpleaños de Paola y había quedado con sus amigas de encontrarse en el centro comercial para celebrarlo. Nuestra madre autorizó su salida con la única condición de que yo debía acompañarla, a regañadientes ella aceptó y sólo me dedicó una pequeña mirada para después subir a su habitación y arreglarse.

Por mi parte, le mandé un mensaje a Mich para que me acompañara mientras Paola estaba con sus amigas. Ella aceptó y dijo que pasaría por nosotras.

Al cabo de un rato ella llegó, Paola la saludó y Mich le entregó un pequeño regalo.

—Feliz cumpleaños. —le dijo, mi hermana lo abrió y sacó un disco de los chicos, el cual por cierto ya le habían regalado ellos antes de que saliera a la venta.

—Muchísimas gracias, Mich. —le agradeció Paola abrazándola, era obvio que no le diría que ya lo tenía y yo tampoco se lo diría.

Las tres subimos al auto y emprendimos el camino, Mich le preguntaba a Paola cómo le iba en la escuela y qué era lo que planeaba hacer en el centro comercial con sus amigas. Yo simplemente miraba al exterior, normalmente Paola me incluía en sus pláticas con mi mejor amiga pero esta vez no lo hizo.

Al llegar buscamos un espacio vacío en el aparcamiento, estar en este lugar me recordó aquel día en el que Alonso escapó de todas esas niñas y vine a buscarlo aquí. Ese día en el que gracias a esas estúpidas niñas había dejado de comunicarme con él.

«La única estúpida fuiste tú, Emma.»

Continué caminando junto a mi amiga y hermana hasta que llegamos a la pizzería favorita de Paola. Sus amigas ya se encontraban ahí y, al verme, no pude evitar notar que lo hacían con desprecio. Y como no, sí son igual o más fanáticas de los chicos que mi hermana.

Paola se fue con ellas y yo me quedé con Michelle observándolas, noté cómo mi pequeña hermana les decía algo y rodaba los ojos para posteriormente acercarse al mostrador y ordenar una pizza.

—¿Lo notaste? —cuestioné a Michelle haciendo que apartara la vista de su celular.

—¿Qué cosa? —la miré y noté que tenía el ceño fruncido.

—El cómo me miraban esas niñas, parece que cometí el mayor delito del mundo. —escuché que Mich soltó un suspiro muy largo y guardó su celular.

—Escucha, Emmy. Para ese tipo de niñas el que se haya esparcido una foto tuya con, probablemente el "amor de su vida", es un delito. —dijo haciendo comillas con los dedos. —Solo ignóralas, este tema pronto quedará en el olvido ya que decidiste alejarte de él. —pronunció como si me estuviera reclamando.

—No es tan fácil, apuesto a que tú estarías igual o más incómoda que yo con esto. Odio que todas las niñas me vean con asco o desprecio. No estoy acostumbrada a que las personas me odien. —ella entrecerró los ojos y se acomodó de manera que quedáramos frente a frente.

—Emma, no tienes por qué preocuparte. Tú lo has dicho: sólo son niñas. No es como si tu futuro dependiera del cómo te ven. —y no dije nada más, odiaba cuando Mich tenía la razón.

Miré a Paola y a su grupo de amigas conversando y comiendo, de vez en cuando volteaban a mirarme y mi hermana rodaba los ojos cuando se dirigían a ella. Supongo que le estarán diciendo algo de mi.

—¿Quieres ir por otra cosa para comer? —preguntó Mich haciendo que dejara de ver a esas niñas.

—Claro. —dije y nos pusimos de pie, tomé mi celular y tecleé un mensaje a Paola pidiéndole que me avisara si se movían de lugar ya que iría con Mich a comprar y, como siempre, no recibí respuesta alguna.

(...)

Después de casi una hora, Mich y yo continuábamos caminando por el centro comercial, hasta que a ella le dieron ganas de ir al baño.

—Espérame aquí, te dejo mi bolso. —dijo dejándome parada afuera del baño y se fue corriendo.

Mientras la esperaba tomé mi celular y entré a Twitter. No había dejado de seguir a los chicos ni ellos a mi, pero jamás volví a hablarles. Entre todas las noticias que podían existir muchas de las niñas aún continuaban hablando de mi.

"No los han vuelto a ver juntos, pero como se ve que es bien arrastrada de seguro ya tomaron medidas para que no los vean."

"Yo digo que ya está embarazada para amarrarlo."

¿Hasta donde pueden llegar estas niñas con sus suposiciones?

—Hola. —levanté la mirada de mi celular y un sentimiento de temor me recorrió por completo.

—Hola. —respondí el saludo un tanto desconfiada.

—Tú eres la de la foto con Alonso, ¿no? —me erguí y aclaré la garganta.

—No, no sé de qué me estás hablando. —reí intentando que no se notara mi nerviosismo, pero creo que estoy fracasando.

—Por supuesto que eres tú, no soy tonta. —la miré confundida. —Solo quiero decirte en nombre de todas las coders que no lastimes a Alonso, es un buen chico y no merece que sólo lo quieras por su fama y dinero.

—Vámonos. —dijo Mich saliendo del baño y salvándome de esa niña. —¿Y tú eres? —preguntó dirigiéndose a la niña.

—Nadie. Sólo dile a tu amiga que deje a mi Alonso en paz. —dijo y se fue, Mich me miró confundida y yo sólo rodé los ojos.

—Este tipo de situación es lo que quería evitarme. —pronuncie mientras le devolvía su bolsa y comenzábamos a caminar. —Y a pesar de que intenté negarlo ella se empeñó en decirme que me alejara de él.

—En las fotos se aprecia tu cara, Emma. Es imposible negarlo. —hice una mueca y continué caminando.

Al poco rato Paola me mandó un mensaje diciendo que estaban en el cine y que estaban a punto de salir de la función. También decía que los padres de sus amigas ya irían por ellas y que debíamos volver a casa. Michelle y yo caminamos hasta el cine con un helado cada una en nuestra mano.

—¿Te has dado cuenta cómo me miran algunas niñas? —le cuestioné después de pasar junto a otro grupo de niñas que estaban en la fila para el cine.

—Deja de prestarles atención. Sólo te haces daño a ti misma, Emma. —hice un puchero y continué caminando.

Más adelante vi a Paola sentada en una banca esperándonos, pero también vi a un grupo de chicos acercándose.

—¿Ellos no son...? —preguntó Mich cuando vio al grupo acercándose a mi hermana.

—Eso creo. —respondí, ya que desde este ángulo no podía distinguirlos bien pero corroboré aquello cuando Paola se levantó de la banca para abrazarlos.

Supongo que me quedaré aquí hasta que se vayan.










N/a. Hola, ¿qué opinan? ¿Les está gustando? Intento escribir capítulos cada vez que puedo porque ya estoy a punto de salir de la prepa y los maestros se ponen súper pesados🙄 pero bueno, espero que tengan un buen día.😊❤️

El Chico del Abrigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora