Cuando desperté Alonso no se encontraba en su cama. Me senté en la orilla de la cama esperando a que mi visión se volviera clara y segundos después apareció Alonso sólo con una toalla amarrada a la cintura.
—Emma. —soltó sorprendido. —Creí que estarías dormida. —pronunció claramente avergonzado, no sabía qué hacer.
—Y-Yo... Iré al baño. —él asintió, me levanté torpemente hacia el baño y, cuando estuve dentro, cerré la puerta rápidamente soltando el aire que había guardado desde que vi a Alonso sólo en toalla.
Caray, sólo ha pasado un día y ya lo vi en poca ropa. Si es que se le puede decir así.
Una vez que enjuague mi rostro y espere los minutos adecuados para encontrar a Alonso vestido, salí. Miré por toda la habitación pero él ya no estaba, confundida me senté en la orilla de la cama y comencé a buscar mi atuendo para hoy en la maleta.
Cuando estuve vestida me miré en el espejo y, segundos después, entró Alonso sonriendo.
—Te compré una tarjeta para tu celular, para que puedas llamarle a tu madre. —me explicó dejándome una pequeña tarjeta en la cama.
—Muchas gracias. —le sonreí y comencé a sacarla para poder introducirla en mi celular.
Ya tenía saldo así que, cuando activé los datos, miles de mensajes y notificaciones de Twitter comenzaron a llegarme. Alonso sonrió cuando escuchó el timbrar de mi celular repetidas veces.
—Recuerda llamar a tu mamá. —me dijo antes de entrar al baño, sonreí al notarlo preocupado por eso y cuando estuve sola la llamé.
Tardó un par de segundos en responder y, cuando lo hizo, soltó un chillido de emoción.
—¿Cómo estás, Emmi? ¡Cuéntame cómo es allá! Espera, mejor mándame fotos. ¡Ha de ser hermoso! —exclamó y no pude evitar reír, de fondo escuchaba a Paola quejarse e intentar tranquilizar a mamá.
—Es muy bonito, hace muchísimo frío. —le conté dejándome caer en la cama. —El hotel tiene una vista maravillosa a la Torre Eiffel, mamá. Créeme que es hermoso. —en ese momento salió Alonso del baño, me dedicó una sonrisa y siguió caminando hasta su cama.
—¡Ay, sí debe ser hermoso! Toma muchísimas fotos, Emmi. Mándamelas todas, me encantaría conocer Francia algún día. —sonreí a pesar de que sabía que ella no podía verme. —Bien, te dejo porque apuesto a que los chicos y tú van a salir. Pórtate bien, Emma. Y cuídate. —me sonrojé.
—Claro mamá, las amo. —dije mientras me ponía de pie.
—Y nosotras a ti, nena. —ambas nos despedimos, solté un suspiro e iba a guardar mi celular cuando lo sentí vibrar.
Noté que tenía miles de notificaciones de Twitter e Instagram, así que comencé a preocuparme. Cuando esto sucedía significaba que había un nuevo chisme sobre mi, o tal vez estoy exagerando las cosas. Hasta ahora no había algún motivo para que se armara un escándalo... al menos que hayan encontrado algo.
—Emma... —me llamó Alonso mirando la pantalla de su celular. —Creo que sí lograron captarte en mi historia de anoche. —mencionó preocupado, corrí hasta sentarme a su lado en la cama y comenzó a mostrarme las distintas capturas de pantalla que estaban circulando en las redes.
Apenas era reconocible. ¡Puede ser cualquier chica! La imagen se ve lo suficientemente borrosa como para que me identificaran.
—No se ve que sea yo, no entiendo por qué me etiquetan. —dije comenzando a ver todas las capturas en Instagram en las que me habían etiquetado.
Cada una de ellas tenía una descripción ofensiva hacia mi, eran contadas las descripciones que se emocionaban por mi "relación" con Alonso. Incluso noté que ya tenía una pequeño club de fans.
—No te preocupes por esto, ¿sí? —asentí. —Tendrán que acostumbrarse a verme contigo. Pero iniciaré poco a poco, no les quedará de otra más que apoyarnos. —miré mi celular nuevamente, este no dejaba de sonar desde que lo desbloquee.
Intentaría no darles importancia, intentaría que no me afectara ninguno de esos comentarios hirientes que las niñas hacen sin conocerme y, de igual manera, intentaría enfocarme en Alonso y en lo que pueda darse entre nosotros.
(...)
Unas horas después nos encontrábamos caminando hacia el Museo del Louvre. Los chicos se detenían a tomar fotos cada segundo, al igual que yo. Sé que mi madre y Paola estarán maravilladas cuando las vean.
Caminaba junto a Alonso, se detuvo unos segundos para tomar una foto de su reflejo en la ventana de una casa color crema. Sonreí y, cuando terminó, continuamos caminando detrás de los chicos.
—¿Te está gustando? No te veo muy entusiasmada. —comentó con la mirada en el suelo.
—Por supuesto que me está gustando, mucho. Es sólo que aún no me acostumbro a estar con ustedes. —respondí con sinceridad, sentí la mano de Alonso entrelazarse con la mía.
—Ni siquiera yo me he acostumbrado a las locuras de estos chicos. —dijo señalándonos con la cabeza, dirigí la mirada a ellos y me di cuenta que estaban molestando a Bryan quien intentaba grabarse comiendo.
Reí e intenté olvidar lo que había sucedido esta mañana. Todas esas fotos y comentarios que me habían hecho para concentrarme en el ahora y reírme a gusto de las locuras de los chicos.
Y, como si el universo se estuviera burlando de mí, mi celular comenzó a sonar desesperadamente. Alonso me miró raro y soltó mi mano, nos detuvimos y saqué mi celular para ver qué era lo que sucedía.
Desee no haberlo hecho.
Miles de notificaciones en Instagram llenaban mi pantalla, lo desbloquee y comencé a mirar cada una de ellas.
Estaba la foto que Alonso se había tomado unos minutos antes, la subió a Instagram y al parecer las chicas encontraron mi reflejo. Me habían etiquetado en miles de fotos en dónde encerraban mi reflejo y distintos comentarios hirientes se encontraban en las descripciones.
De igual manera había capturas de un video subido por Bryan en donde en la parte de atrás podíamos vernos Alonso y yo tomados de la mano.
—¿Qué pasa? —me cuestionó Alonso al ver mi reacción, le di mi celular para que mirara todo lo que había pasado en cuestión de minutos.
Deslizaba su dedo en la pantalla observando cada una de las fotos y leía las descripciones.
La página de mi nuevo club de fans se había entusiasmado por mi viaje con Alonso, incluso hicieron la suposición de que me pediría matrimonio. ¡Apenas nos conocemos! Me parece ridículo que crean que ya nos vamos a casar.
Al igual que me parece ridículo que hagan un club de fans para cada una de las supuestas novias de los chicos cuando ni siquiera las conocen o están cien por ciento seguras de que son sus novias.
—Esto se acabará ahora. —dijo Alonso tomándome de la mano, le hizo señas a los chicos y comenzamos a caminar de regreso.
N/a. Mil disculpas, creo que jamás dejaré de disculparme con ustedes. :(
De verdad no saben lo que me cuesta actualizar, pero se debe a que le estoy prestando más atención a otra obra que planeo subir cuando esté lista. Lo que estoy escribiendo no es fanfiction, aclaro, pero aún así espero que puedan apoyarme porque es algo a lo que le estoy dedicando mucho tiempo y ganas :(
En otras noticias, acabo de dejar la universidad JAJAJA. Mas bien dejé la carrera de Contaduría porque me di cuenta que quiero dedicarme a la escritura, así que aquí estoy intentando buscar trabajo y también una universidad en la que pueda estudiar lengua y literatura.
No sé si seguiré esta historia, para serles sincera. No me siento tan inspirada, discúlpenme. 😔
Pero espero que les haya gustado este capítulo y, si no continúo, se los diré.
Espero que me hayan entendido porque estoy medio dormida y no sé lo que escribo JAJAJA
Que tengan un buen día ❤️
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El Chico del Abrigo
أدب الهواة-¡Espera! Tu abrigo. -Quédatelo, me lo regresas cuando te vea. HISTORIA 100% MIA. CUALQUIER PARECIDO CON ALGUNA OTRA ES PURA COINCIDENCIA. :)