Cuando Alonso estaba aparcando al frente de su casa, de una camioneta negra bajaron los demás chicos y sonreí instantáneamente al verlos.
Bajé del auto sin esperar a que Alonso abriera mi puerta y caminé hasta los chicos quienes me miraban sonriendo.
—¡Emmita! —pronunció Freddy mientras me cargaba seguido de los demás chicos.
—Ya, déjenla en el suelo. —escuché que dijo Alonso detrás de mi, el último el soltarme fue Bryan quien dio unos pasos hacia atrás cuando escuchó a mi novio hablar.
—Oye, no la hemos visto en mucho tiempo. Tenemos derecho a recibirla como queramos. —se quejó Jos mientras pasaba su brazo sobre mis hombros, Alonso rodó los ojos y apartó a su amigo de mi lado para tomar su lugar de una manera protectora.
—De hecho, venimos a ver a Emma pero también a avisarte que la novia de mentira viene para acá. —pronunció Alan llamando la atención de todos. —Sandra la mandó a tu casa, dijo que tenían una sesión de fotos para una revista.
Miré a Alonso quien se frotaba el rostro con la mano que tenía libre y dirigió su mirada a mi.
—No iré. —sentenció después de unos segundos. —Estoy con Emma, yo... no puedo ir. —se apartó de mí y se cruzó de brazos.
—Podemos hablar con ella cuando llegue, los cubriremos. —dijo Jos con una sonrisa en el rostro.
—No sé si sea buena idea. —pronuncié con timidez. —Te he dicho muchas veces que no me gusta que dejes tu trabajo por mi culpa. —le dije ahora a Alonso en privado tomándolo de las manos.
—Por supuesto que es buen idea. —dijo un poco exaltado. —Emma, ya he hecho muchas cosas por mi, déjame hacer algo por ti esta vez. Quiero que pasemos tiempo juntos, ¿sí? Y ni mi trabajo, ni Sandra van a impedirlo. —no sabía qué decir, sé que él es un adulto y sabe cómo manejar su vida, pero no puedo dejar de sentirme mal al provocar que haga a un lado sus pendientes del trabajo.
—Tranquila, el chico ya ha trabajado mucho estos días. Merecen pasar tiempo juntos, nosotros los cubriremos. —insistió Jos pasando su brazo sobre mis hombros, noté cómo Alonso le lanzó una mirada amenazadora y fue entonces cuando se alejó de mi.
—De acuerdo. —accedí finalmente provocando que Alonso sonriera y me abrazara.
—Te la pasarás muy bien, lo prometo. —dijo en mi oído provocando que mi piel se erizara.
—Váyanse, porque la niña no tarda en llegar. —Alonso me tomó de la mano y me guió de regreso a su auto.
Una vez dentro los dos, me miró sonriendo y preguntó:
—¿Y a dónde quieres ir? —puso el auto en marcha y comenzamos a alejarnos de su casa. —Creía que sería buena idea que fuéramos al cine, a cenar o simplemente a caminar por la ciudad... ¿qué opinas? —me cuestionó sin dejar de mirar al frente.
No sabía qué elegir. Tenía tanto miedo a que nos vieran juntos y que la mentira de su supuesto noviazgo saliera a la luz.
—¿No crees que si nos vieran juntos se armaría un escándalo? —cuestione en voz baja, temiendo que pudiera ofenderse.
—Emma, gritaría a los cuatro vientos lo que hay entre nosotros. Pero también quiero cuidarte, he estado pensando mucho en eso últimamente y, si tú no quieres que lo de nosotros ande en boca de todos, lo respeto. Después de todo tu privacidad también está en juego. —asentí y fijé la mirada en la ventana; los edificios y arbustos pasaban a toda velocidad junto a nosotros, me era imposible detenerme a ver cada una de sus características.
Después miré a mi novio, a mi guapo novio sentado a mi izquierda y que mantenía la mirada en el frente. La luz del sol, el cual se ocultaba entre los edificios, hacía resaltar su rostro. Sus ojos se veían de una tonalidad más clara de lo que eran y sus pequeñas pecas decoraban su rostro de una manera maravillosa.
—¿Y a dónde iremos? —me cuestionó provocando que volviera a la realidad.
—A cenar estaría perfecto. —dije sonriendo mientras él tomaba mi mano sobre mi pierna.
(...)
Alonso y yo escogimos una mesa un poco alejada de las personas. Le pedí que nos cuidáramos para no armar un escándalo, asintió argumentando lo mismo que me dijo cuando veníamos hacia acá y, cuando llegamos al restaurante, intentamos ser lo más disimulados posible.
—¿Qué tal la escuela? Paola me contó que fuiste a inscribirte. —asentí mientras tomaba un sorbo a mi café.
—Fue cansado hacer fila, pero creo que las materias que llevaré son buenas. —le conté sin dejar de mirarlo a los ojos. —¿Qué tal el trabajo? —Alonso soltó un suspiro y se dejó caer en el respaldo de la silla.
—Hemos tenido mejores momentos. De un día a otro todo comenzó a cambiar y, siendo sincero, ya no es lo mismo. —hizo una mueca mientras bajaba la mirada. —He estado pensando en dejarlo, pero después pienso en todas las chicas que nos apoyan y en lo tristes que se pondrían si surgiera una separación. —tomé su mano, pero no supe qué decir.
—Creo... Creo que debes hacer lo que a ti te haga sentir bien. —su mirada se encontró con la mía, lo único que pude hacer fue sonreír.
—Pienso lo mismo, pero me da miedo lo que las personas digan. —asentí comprendiendo.
Nos trajeron la cena y nos mantuvimos en silencio mientras comíamos. Alonso me miraba de reojo de vez en cuando y yo sólo le respondía con una sonrisa.
Después de unos minutos, el celular de Alonso comenzó a sonar. Lo sacó del bolsillo de su pantalón y respondió de mala gana:
—¿Qué pasa? —cuestionó dejando salir un suspiro al inicio. —¿Estás hablando en serio? Dijiste que la iban a distraer. —en este punto comenzaba a ponerme nerviosa.
¿Acaso estábamos a punto de meternos en problemas?
—Bien... —me miró por unos segundos y su mirada se suavizó. —Pero no pienso dejarla sola, la llevaré conmigo aunque a Sandra no le guste. —al escuchar el nombre de esa mujer no pude evitar ponerme nerviosa.
Alonso terminó la llamada y dio un sorbo a su café para después mirarme a los ojos y tomar mi mano por encima de la mesa.
—Emma... tengo que ir a esa estúpida sesión de fotos con Cristal. —asentí comprendiendo. —Pero te llevaré conmigo, ¿bien? No te dejaré sola.
—No sé si sea buena idea, no quiero que Sandra se enoje contigo. —Alonso rodó los ojos.
—No me importa si se enoja, eres mi novia real y no pienso dejarte sola. Sólo serán unas fotos, entrevistas y listo. Te juro que no tardaremos tanto. —dijo sin soltarme la mano, su mirada se mantenía fija en mí esperando una respuesta.
—¿Y si se preguntan por qué estoy contigo? —miró al suelo y después a mi nuevamente.
—Les diré la verdad, a las revistas les encantan los chismes. —sonreí pero negué con la cabeza.
—Apenas acabas de empezar tu supuesto noviazgo con Cristal, no puedes romperlo tan rápido.
—¡Por supuesto que puedo! Tú eres mi novia. —lo miré seria, rodó los ojos y acercó su silla a mí para pasar su brazo sobre mis hombros y depositar un pequeño beso en mi mejilla. —Disculpa, sé que prometí respetar tu privacidad también. Lo diré cuando estés lista, cuando ambos lo estemos. —asentí y me acurruqué en su hombro.
Me gustaba estar cerca de Alonso, sentir su calor y la sensación que me provocaban sus caricias en mi cabello podrían hacerme quedar dormida de inmediato.
—Vámonos, terminemos de cenar e iremos a esa dichosa sesión. —asentí y nos dedicamos a terminar nuestra cena.
Alonso no se separó de mí en ningún momento, y de alguna manera se lo agradecía ya que me sentía segura al tenerlo tan cerca de mi. Pero de igual manera tenía miedo y nervios por lo que podría suceder en esa dichosa sesión de fotos... y también por conocer a la supuesta novia de mi novio.
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El Chico del Abrigo
Fanfiction-¡Espera! Tu abrigo. -Quédatelo, me lo regresas cuando te vea. HISTORIA 100% MIA. CUALQUIER PARECIDO CON ALGUNA OTRA ES PURA COINCIDENCIA. :)