34. Cristal

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Alonso estacionó frente a un enorme edificio de color gris. Frente a nosotros pude distinguir el auto en el que venían los chicos, cuando nos vieron bajar ellos también lo hicieron y se acercaron a mi novio con timidez.

—Lo intentamos, pero Sandra llegó minutos después. —explicó Alan. —Te está esperando arriba, nosotros nos llevaremos a Emma. —Alonso me tomó de la mano y me acercó a él.

—Ella vendrá conmigo, a Sandra no debe importarle lo que haga. —comenzó a jalarme de la mano con dirección a la entrada del edificio, lo único que pude hacer fue voltear a ver a los chicos que me miraban con preocupación.

Miré a Alonso, se veía decidido pero sentía que estaba nervioso. La palma de su mano se sentía sudorosa e inclusive podría apostar que su corazón latía con fuerza.

Me detuve en seco soltándome de su agarre antes de que entráramos al ascensor, él me miró confundido pero no me atreví a sostenerle la mirada, en cambio miré hacia el piso ya que parecía más interesante que mi alrededor.

—¿Qué ocurre? —me cuestionó volviendo a tomar mi mano.

—Creo que no estás seguro sobre lo que vamos a hacer. Sandra cree que no salimos, ¿qué crees que pensará si nos ve entrando juntos? —Alonso se encogió de hombros arrugando el entrecejo, señal de que le importaba un comino lo que fuera a suceder.

—¿Crees que me importa lo que ella piense de nosotros?

—Ella piensa que no estamos saliendo, te lo vuelvo a repetir. No quiero que pierdas tu trabajo por...

—¡No me importa mi trabajo en estos momentos, Emma! —me crucé de brazos y volví a fijar la mirada en el suelo. —Perdóname por alzarte la voz, pero entiéndeme. Es mi decisión, ¿sí? Es mi trabajo y, si no quiero continuar en una empresa en donde no me permiten vivir mi vida como quiero, haré lo que sea con tal de defender mis derechos. —asentí aún sin mirarlo a los ojos.

Se acercó a mí y me envolvió en un reconfortante abrazo. Creo que la que tiene miedo de lo que piensen soy yo. Tengo miedo de ver a Cristal en persona y darme cuenta que es mejor mujer que yo en cualquier aspecto, desde el físico hasta profesionalmente.

Sólo soy una estudiante de universidad, desempleada y, según las fans de los chicos, una arrimada buscona. Aunque obviamente no lo sea.

—¿Quieres subir o prefieres esperar con los chicos? No te obligaré a hacer algo que no quieras. —me cuestionó sin soltarme, no sabía qué responder puesto que desconocía qué era lo correcto: ¿defender nuestra relación o no afectar el trabajo de mi novio? —Quédate con los chicos, esperaré a que estés lista para enfrentar a Sandra. —decidió él finalmente dando un beso en mi frente para después dirigirse al ascensor.

Lo miré mientras se cerraban las puertas, me tiró un beso que me hizo sonrojar y finalmente una sonrisa acompañada de un guiño.

Di media vuelta con dirección a la puerta cuando una chica delgada de cabello castaño ondulado hizo su entrada triunfal. Su cabello parecía bailar cuando una extraña ráfaga de viento se hizo presente, sus lentes oscuros la hacían parecer interesante, pero en cuanto los retiró sus ojos color miel hicieron resaltar su mirada.

—¿Alonso Villalpando ya llegó? Está retrasado y no estoy dispuesta a esperarlo más tiempo. —escuché que le decía a la chica que caminaba apurada a su lado.

—Sí, señorita. Me informan que acaba de subir. —pronunció con timidez cuando se detuvieron casi a mi lado.

—Perfecto. —retocó su labial mientras se miraba en un espejo que sacó de su bolso. —Andando, esa maravilla de hombre debe estar esperándome ansioso. —noté cómo su asistente rodaba los ojos mientras caminaba detrás de ella.

Salí del edificio y los chicos aún estaban ahí parados. En cuanto me vieron, caminaron rápidamente hacia mi.

—¿La viste? —cuestionó Alan, asentí como respuesta.

—Es una pesada, nos cae mal. —aseguró Bryan mirando hacia la entrada del edificio.

—No creo que sea tan mala. —me atreví a pronunciar, los cuatro me miraron como si no hubieran creído lo que dije. —¿O sí? —asintieron efusivamente.

—A pesar de que Alonso le dejó en claro que no quiere nada con ella, parece que se empeña en hacerlo cambiar de opinión. —me contó Jos mientras caminábamos al auto. —¿Viste la foto de ellos dos "besándose"? —cuestionó haciendo comillas con los dedos, negué con la cabeza.

—Escuché de ella, jamás me atreví a mirarla. —expliqué fijando la mirada en el pavimento.

—Pues yo apuesto a que fue una trampa de ella. Alonso nos contó que no se besaron, que ella se acercó a él pidiéndole que le revisara si no tenía nada en su ojo. —continuó contando Jos rodando los ojos.

—En cuanto la foto comenzó a circular nos dejó plantados para ir a buscarte. —dijo ahora Freddy mientras peinaba uno de sus chinos que le colgaba frente a sus ojos. —Íbamos a jugar un poco y comer pizza... y lo hicimos, pero sin él. —los chicos comenzaron a reír, yo simplemente pude sonreír.

—¿Creen que sea correcto que demos a conocer lo nuestro? —pregunté con timidez, Bryan abrió la puerta trasera del auto para mí pero no entré.

—Creo que, si ustedes van en serio, lo hagan. —dijo Alan sonriendo mientras los chicos lo observaban.

—Escucha, Emma... debo ser honesto, no sé qué efectos traiga sobre nosotros el que tú y Alonso se den a conocer. Digo, si Sandra fue capaz de modificar nuestros contratos será capaz de más. —pronunció ahora Jos cruzándose de brazos.

—Pero Alonso es nuestro amigo, y si él quiere ser feliz con Emma el tiempo que tenga que durar, que espero sea mucho tiempo —dijo Bryan tocando mi hombro. —, que lo haga. No me importa si trae efectos secundarios sobre nosotros. —únicamente pude sonreír, miré a Jos que no se veía tan convencido pero finalmente dejó salir un suspiro y me sonrió.

—Tiene razón. Los amigos estamos para apoyarnos en las buenas y malas decisiones. Él nos apoyó en nuestras relaciones pasadas y las actuales. —se encogió de hombros.

—Gracias chicos. —dije y subí al auto. —¿Creen que tarde mucho? —miré hacia el horizonte, el sol cada vez iluminaba menos la ciudad, por lo tanto, la luminaria ya estaba encendida.

—Normalmente tardamos algunas horas. —dijo Alan encogiéndose de hombros. —Pero porque somos la portada, cuando sólo es una pequeña sección tardamos cerca de... ¿cuatro horas? —respondió mirando a los chicos, ellos asintieron dándole la razón.

Me dejé caer en el asiento trasero, escuché a los chicos hablando entre ellos pero yo me limité a quedarme en mi posición. ¿Qué iba a hacer este tiempo que estuviera con Alonso si él tenía que resolver pendientes? Esperaba que esto fuera lo único que tuviera que hacer con Cristal, al menos por ahora.









N/a. Intenté darles un capítulo esta semana, y al parecer sí lo logré jajaja

¿Tienen alguna idea sobre qué quieren que suceda? Tomaré algunas de sus propuestas en cuenta 😉 También si quieren alguna escena en específico intentaré tomarla en cuenta, a ver qué sale 😂🌝

Gracias por leer❤️

Pd. Sí, me estoy quedando sin ideas. Perdónenme 😔

El Chico del Abrigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora