09. La nueva pareja

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¿Esas niñas lo habían reconocido? Era imposible, ¿no?

Comencé a leer algunas de las respuestas de las niñas:

"Ella no es su novia, ¿verdad?" "Parece que sólo quiere llamar la atención." "Yo creo que sólo lo quiere por su fama, cuando estaba ahí ella se ponía delante de él para que la viéramos."

¡Yo sólo intentaba esconderlo!

"Como sea, espero que Alon no esté involucrado con ella."

Mi paciencia estaba por el límite, si continuaba leyendo cada uno de esos comentarios acabaría por explotar y decirles un par de verdades a esas mocosas.

Minutos después mi pantalla se alumbró indicándome una llamada de Alonso y casi automáticamente respondí.

—¿Hola? —dije y escuché un suspiro del otro lado de la línea.

—Hola, creí que no responderías. —dijo y casi pude imaginar una pequeña sonrisa cruzando su rostro.

—No iba a hacerlo. —mentí. —¿Qué se te ofrece? —cuestioné para llevar la conversación al grano y no pasar tanto tiempo hablando con este chico.

—Sé que apenas hace un tiempo que nos vimos, pero... acabo de ver una noticia en Twitter y...

—Sí, la he visto. —lo interrumpí ocasionando que él soltara un suspiro.

—Lo lamento, yo no debí acompañarte. Sabía que algo así podía ocurrir, especialmente cuando noté que esas niñas intentaban mirarme. Te he metido en este lío, espero que aceptes mis disculpas. —habló rápidamente, me fue imposible no sonreír.

—No tienes porque disculparte, no fue tu culpa que esas niñas estuvieran ahí. —dije casi automáticamente, pero era la verdad, no era su culpa que justamente cuando yo estaba con él aparecieran esas niñas.

—Espero que no te moleste la noticia, sé que no te agrado y el que se esté expandiendo el rumor sobre nuestro supuesto romance no creo que sea de tu agrado. —soltó una pequeña risa.

—No te preocupes, de verdad. Ya se les pasará, sólo no deben volver a vernos juntos y ya está. Problema solucionado. —se quedó callado unos segundos y después escuché un suspiro.

—Sí, supongo que sí. Sólo espero que no canceles nuestra reunión de mañana. —suspiré.

—No lo haré, mi hermana me mataría si tan solo lo pensara. —una risa se escuchó del otro lado de la línea provocándome un extraño cosquilleo que me hizo sonreír.

—De acuerdo, entonces nos vemos mañana. —asentí estúpidamente. —Ah, y otra cosa, no le hagas caso a los comentarios de las chicas. Algunas veces pueden ponerse un poco intensas. —reí.

—Créeme, lo sé. Lo he leído. —volví a reír. —Nos vemos mañana. —me despedí ahora yo.

—Adiós, Emmy. —se despidió y terminé la llamada.

«Adiós, Emmy.» Demonios... ¿Por qué mi nombre se escucha tan bien siendo pronunciado por él? Nunca me había agradado al cien por ciento que me llamarán "Emmy", pero el que Alonso lo dijera me hizo sonreír.

—Emma, ¿puedo entrar? —preguntó Paola abriendo un poco la puerta de mi habitación y me arrastré hasta quedar sentada en la orilla de mi cama.

—Sí, claro. —le respondí y ella entró completamente, pude apreciar que traía su celular en mano así que supuse a lo que venía.

—Acabo de ver algo en... Twitter. —dijo analizando mis reacciones detenidamente.

—Lo he visto, no tienes porqué temer al cómo reaccionaré. —mi hermana soltó un suspiro de alivio y se sentó a mi lado en mi cama.

El Chico del Abrigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora