Alonso estaba parado unos metros atrás, mirando todo lo que había sucedido. No noté el momento en el que la última niña subió al escenario; afortunadamente todo había terminado.
—¿Puedo sentarme? —cuestionó señalando a mi lado, asentí y sonreí. —Escuché lo que te dijeron las niñas... no todas buscan humillarte. —asentí nuevamente, esta vez con la mirada perdida en el suelo.
—Lo sé, me di cuenta. —voltee a mirarlo. —La mayoría de ellas son buenas. —ambos reímos débilmente.
Alonso me miraba detenidamente, pasó su mano sobre mi mejilla derecha y después tomó mi mano izquierda, acariciando el anillo que me obsequió.
—¿Sigue en pie lo de la cena? —cuestione con preocupación. —Porque debería ir a ponerme otra cosa a casa. —Alonso soltó una pequeña risa y dejó salir un suspiro, miró a los chicos que conversaban animadamente con Michelle y después dirigió nuevamente la mirada a mi.
—Por supuesto, te llevo a casa y después salimos. —asentí y nos pusimos de pie.
Avisamos a los chicos y a Michelle que nos iríamos, ellos se comprometieron a ayudarla si les traíamos algo de cenar también. Busqué a Paola para llevarla a casa y, cuando la encontré, Alonso nos llevó a su auto para irnos a casa.
Mi madre estaba encantada de volver a verlo, Paola por su parte no podía ocultar su sonrisa de satisfacción desde que le conté que estaba dispuesta a intentarlo de nuevo.
Después de cambiarme, Alonso me llevó a cenar. Lo único abierto a esta hora era una pequeña cafetería; me daba igual el lugar, lo único que quería era estar a solas con él.
—¿Te la pasaste bien? —cuestionó cuando nos sentamos en una mesa al aire libre.
—Por supuesto, sobre todo porque obtuvimos muchas ganancias y el profesor demonio me dejará tranquila finalmente. —rodé los ojos al recordar al profesor, esperaba que con esto finalmente se tranquilizara un poco.
—Me alegra oír eso. —dijo sonriendo. —¿Tu hermana la pasó bien? —asentí como respuesta; en realidad no le pregunté, pero siempre que los chicos estaban cerca ella sólo sonreía y estaba de buen humor.
Pasaron unos segundos y un chico se acercó a tomarnos la orden; era muy tarde, cerca de las once de la noche, pero yo deseaba una gran porción de azúcar. Así que pedí una malteada de chocolate y una crepa de nutella con fresas, Alonso pidió lo mismo, más una rebanada de pastel que prometió compartir conmigo.
—No podré dormir esta noche con tanta azúcar. —comenté soltando una pequeña risa, Alonso levantó su mano para alcanzar la mía y la acarició.
—Me parece perfecto, porque considero que tenemos mucho que platicar. —me puse nerviosa al instante, pero asentí.
Después de comer toda esa azúcar, Alonso me llevó de regreso a casa. Entre rápidamente a anunciar que había llegado, pero salí nuevamente puesto que quería estar a solas con él si íbamos a platicar sobre nosotros.
Estaba recargado en el auto revisando su celular, supongo que se estaba reportando con los chicos puesto que él traía el único medio de transporte. Cuando me vio llegar, guardo su celular en el bolsillo de su pantalón y me sonrió.
Me acerqué lentamente hasta detenerme frente a él; no sabía qué decir, así que esperaría a que él pronunciara alguna frase que pudiera detonar la conversación. Sin embargo, nos quedamos unos cuantos segundos en silencio evitando nuestra mirada. Hasta que Alonso abrió sus brazos invitándome a rodearlo con los míos.
Definitivamente extrañaba abrazarlo, quedarnos así por unos minutos disfrutando de nuestra cercanía y escucharlos los rítmicos latidos de su corazón. De alguna manera me tranquilizaba sentirlo, sentía que sus latidos me arrullaban y me permitían alcanzar un punto de paz en el que podría caer dormida en cualquier momento.
Después de unos segundos nos separamos y nos miramos a los ojos por un momento. Hasta que Alonso habló:
—No creo necesario hablar del pasado. Considero que debemos disfrutar el ahora y olvidar todo lo que pasó... ¿no crees? —cuando pronunció aquello extrañamente me sentí un poco más tranquila.
Sinceramente no deseaba hablar sobre lo que había pasado entre nosotros; todo había pasado por mi culpa, porque no estuve dispuesta a aceptar todo lo que conllevaba tener una relación con alguien famoso. Sin embargo, ahora que lo comprendo y logro digerirlo, no creo que sea tan difícil. Sobre todo si Alonso está dispuesto a ayudarme para aprender a sobrellevar a sus fans.
—Sí, supongo que está bien. —dije sin atreverme a mirarlo a los ojos, Alonso me tomó de la barbilla e hizo que lo mirara.
—Desde ahora tienes que prometerme que no pensarás en el pasado. Trabajaremos juntos para tener un nuevo comienzo y enfrentar todo lo que venga de la manera correcta. —asentí, el me sonrió y volvió a abrazarme, esta vez con más fuerza.
—¿Crees que los chicos estén bien ayudando a Mich? —cuestione de repente, preocupándome por ellos.
Mi amiga podía ser un tanto difícil cuando las cosas no se hacían a su manera. Es por eso que, siempre que hacemos un proyecto en conjunto, intento hacer todo lo mejor que puedo. Ella saca lo mejor de mi en base al miedo que me provoca la reacción que podría tener si me equivoco u olvido algo.
—De hecho debería ir por ellos. Tenemos reservación en un hotel y si no llegamos pronto la perderemos. —asentí y me alejé lentamente de él, quería besarlo pero creo que es muy pronto. —Te llamaré mañana, tenemos que regresar temprano a la ciudad.
—Está bien, cuídense. —me despedí, él me sonrió y dio un rápido beso en mi mejilla.
Se acercó al auto y se subió, lo vi desaparecer por la calle cuando arranco y entonces entré a casa. Paola me esperaba en la puerta, por su mirada sabía que esperaba a que le contara todo lo que había sucedido, pero planeaba dejarla así.
—Iré a dormir. Me siento muy cansada. —anuncie y subí corriendo a mi habitación.
Me deje caer en la cama, mirando hacia el techo. Este día no pudo haber sido mejor.
De repente me levanté de golpe. Me parecía importante decirle que lo quería, tuve que decírselo antes de que se subiera a su auto.
Tomé rápidamente mi celular, esperando a que esté con los chicos y no conduciendo para que pueda leer mi mensaje. Teclee rápidamente la frase, seguido de un corazón rojo. Esperé ansiosa, con el corazón en las manos de los nervios que me producía haberle mandado aquello... ¿hubiera sido mejor esperar a volver a verlo?
Mi celular vibro un par de segundos después, lo tome con las manos temblorosas y lo desbloquee para abrir su mensaje:
Alonso:
»Yo muchísimo más ❤️Sonreí y me deje caer nuevamente en la cama, ahora sí que esté día no podría haber sido mejor.
N/a. Aquí tienen un nuevo capítulo jaja🥰 Siento que quedó un poco raro pero bueno; aproximadamente quedan tres capítulos para terminarla (según mis cuentas).
No sé si se enteraron, pero subí el prólogo/sinopsis de tres historias, sólo una de ellas la seguiré cuando termine de escribir El Chico del Abrigo, y me gustaría que se pasaron por ellas y comentaran y votaran en su favorita.
En tres días decidiré cuál continuaré, todo depende de ustedes si es que quieren seguir leyéndome jaja🥺
Muchísimas gracias por esperar las actualizaciones ❤️
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El Chico del Abrigo
Fanfic-¡Espera! Tu abrigo. -Quédatelo, me lo regresas cuando te vea. HISTORIA 100% MIA. CUALQUIER PARECIDO CON ALGUNA OTRA ES PURA COINCIDENCIA. :)