A SALVO

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Agoney se esconde más en la manta, está suave y ha recogido el calor de su cuerpo rápido, así que está cálida y segura. Raoul no tarda en sentarse a su lado, acomodando las piernas del moreno sobre su regazo y acercándose lo máximo posible al chico. Agoney se queja, medio gruñido medio gemido lastimero porque aún le duelen los golpes en su costado.

- Te quiero. Y estas a salvo. Ahora lo estás, conmigo. ¿Si? - Pregunta Raoul, y de verdad espera que le crea, que no va a dejar que vuelva a esa casa de gritos y desprecios, de violencia y tratos que su chico no merece.

Agoney niega, cierra los ojos y se acurruca más en si mismo, agarra la manta tan fuerte entre sus dedos que éstos se tornan blancos. Raoul sigue con susurros tranquilizadores, asegurándole que todo estará bien, recordándole que él no merece estar así y que no ha hecho nada malo.

Le entierra en sus brazos, uno detrás de su cuello y el otro agarrando su cadera por encima de la manta. Le quiere proteger, aunque haya llegado tarde, aunque ya solo queden trozos rotos. Él los mantendrá juntos hasta que Agoney pueda arreglarse. No dejará que nadie más lo rompa de ese modo.

Besa su mejilla repetidas veces, y recoloca su débil cuerpo entre sus piernas, Agoney se apoya en su hombro y suspira. Le siente caliente contra su mejilla, y besa ahora su frente, apartando algunos mechones rebeldes que tapan algunas heridas de su cara. No le gustan, él quiere que desaparezcan. Agoney desea que nunca hayan estado ahí en primer lugar.

- Raoul. - Susurra Agoney, y es tan lento y doloroso que Raoul siente su pecho apretarse antes de asentir y esperar que continúe. Agoney no lo hace.

- Dime Ago. - se separa un poco para bajar la mirada. Los ojos oscuros del moreno le miran suplicantes, llenos de lágrimas y miedo. Aún tiene miedo, aunque esta lejos de su casa y lejos de su padre.

- Me siento mal. - Agoney cierra los ojos otra vez, Raoul le aprieta otra vez e imita su gesto. Los cierra tan fuerte que duelen, pero al menos calma su impotencia un poco.

- Duerme un poco. Yo estaré aquí.

Agoney se relaja tras unos minutos, y pronto está dormido en brazos del rubio. Raoul respira hondo y mira hacia arriba, apoyado en el sofá. Se pregunta que harán ahora. Sabe que su madre dejará que Agoney se quede, peor también sabe que tendrán que hacer algo con los abusadores que Agoney tiene como padres. Sabe que será difícil para él, pero también sabe que juntos pueden hacerlo.

Él va a estar ahí para él y solo eso ya tiene que ser suficiente. Él espera que lo sea.

Mini Ficciones// RAGONEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora