GORDO

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- ¡Gordo!

- Que no me llames gordo jope. Estoy harto. No es un apodo bonito. No me gusta.

Agoney se gira en ese momento, observando el numerito que esta formando la pareja que tiene detrás en la cola de la tienda.

- No seas dramática. Te está mirando todo el mundo. - El chico alto hace una mueca de asco mirando al más bajito, y subiendo los hombros se aleja un poco. - No se puede salir contigo.

Agoney teme escuchar más, pues parece una típica discusión entre pareja, pero le sorprende ver qué el otro chico no responde, si no que se limita a bajar la cabeza.

- Perdón...

- Siempre la estas liando gordo. - Ve con una mueca angustiada como le besa en la boca, y como el rubito no opone resistencia.

Definitivamente no entiende esa discusión. Pero no va a meterse.

Cuando le toca pagar, se da prisa en sacar la cartera, y tras un par de frases amables, se aleja. Pero los gritos vuelven, y sin saber porque tiene que girarse a mirar de nuevo.

- No tienes puto cuidado! Joder, gordo, estás dando la nota hoy eh.

- No me llames así jo... - El rubio se encoge más, y Agoney siente como su rabia aumenta. ¿Que cojones le pasa a ese? - Voy a recogerlo...

Se agacha, por qué se ve que ha tirado un par de estuches de maquillaje al suelo. Y el chico alto mira al dependiente con una sonrisa condescendiente.

- Seguro que lo ha tirado a ver si lo rompe y puede llevarse algo de polvitos a casa. Porque es un poco la mujer de la relación. - Le da una pequeña patada, haciendo que pierda el equilibrio y este a punto de caer de cara al suelo.

Y ya no puede soportarlo más. No le importa si el rubio sí.

- Oye perdona, ¿no te estás pasando un poco?

Y se mete, sabiendo que no tiene derecho.

- ¿Qué dices? - El rubio se incorpora y deja todo en su sitio, aún sin mirarle. - Es mi novio.

- Pues te estás pasando. El que está montando un numerito eres tú. Me apuesto lo que sea a qué le has empujado antes o algo y por eso se han caído las cosas.

- Mira, no te metas. Gordo vamos.

- No le gusta que le llamen gordo. Si yo lo he entendido en dos minutos tú también puedes. Imbécil.

Y vale, se tendría que haber callado, pero es incapaz. El rubio también está sorprendido, pero se sonroja e intenta frenar su sonrisa agradecida.

- ¿Como me has llamado? ¿Quieres que te meta un puñetazo chaval?

- Manu... Para. No pasa nada. Vámonos. - El rubio traga saliva, y coloca una mano en el pecho del tal Manu.

- No me toques joder. Y cállate la puta boca.

Esta vez es Agoney quien avanza un paso.

- Deja. De. Hablarle. Así. - Le advierte, y mira de reojo al chico para ver qué está bien. Se pone frente a él y suaviza la voz.- Vete sin él. No te mereces algo así.

Ve un puchero, y después como baja la cabeza negando.

- Vete tú, que te va a hacer daño. - Dice bajito, y  no se lo puede creer.

- Claro que le voy a hacer daño, no te jode. - Y se acerca más, y cuando cree que de verdad va a pegarle, el rubio le frena.

- Por favor, vámonos. - Suplica, y en esos ojos puede ver cómo se ofrece él mismo para pagar el castigo. Y algo le dice que no sería la primera vez.

Mini Ficciones// RAGONEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora