62🕷Sacrifice

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    No lo sabíamos.

De hacerlo, claramente nos hubieran prohibido venir a Peter y a mí. Pero ya era demasiado tarde, ya estábamos allí, dispuestos a cumplir con la promesa que todos habíamos hecho antes de partir, "Lo que sea necesario".

Con las indicaciones de Cam, la construcción de la maquina no tardó más que unos tres meses y un par de semanas. La castaña evidentemente sólo contaba con su memoria, así que los datos no resultaron tan específicos, pero fueron los suficientes para encaminar rápidamente a Bruce y Tony, ahorrándoles grandes cantidades de trabajo. Claro que en su milagroso mensaje no sólo daba algunos detalles sobre la maquina, sino que también del plan que debíamos seguir, ubicó los tiempos y lugares en los que estuvieron las gemas a lo largo de la historia, y desde allí sólo nos quedó formar equipos y decidir quien se encargaría de cada una.

La del alma no fue la mejor elección.

Pero aún recuerdo el brillo en la mirada de Peter, su emoción por compartir aquello conmigo. No sólo salvaríamos al mundo juntos, sino que compartiríamos las estrellas. Él ya lo había experimentado junto a Tony en aquella fatídica batalla en la que luchamos por separado, pero esta vez estábamos juntos, con nuestras manos entrelazadas mientras nos sumergíamos en las profundidades de las estrellas.

Escuchaba las risas que se le escapaban a la pelirroja sentada frente a nosotros mientras avanzábamos por el colorido universo, el agarre sobre la mano del castaño sentado a mi lado permanecía firme a la par que mi corazón latía a una acelerada velocidad. Estaba recibiendo demasiados estímulos como para poder procesarlos de manera adecuada, primero el reino cuántico, el viaje en el tiempo, y ahora el espacio. Una cierta sensación de inmortalidad se esparció por mis entrañas, como si fuera capaz de hacerlo todo, y el infinito fuera mi límite. Nuestro límite.

Gravé la sonrisa en el rostro de Peter en mi mente justo a tiempo, ya que Vormir no tardó en aparecer luego de ello. Y por primera vez en aquel viaje, me sentí pesado. Tan pesado que moverme de mi asiento parecía una misión imposible, de la misma forma que ingresar aire a mis pulmones o mover los ojos de aquel planeta. 

Peter apretó mi mano y entonces lo miré, sin necesidad de palabras, entendí lo que quería decirme. Un mal presentimiento. Yo también lo había sentido.

La nave descendió en el árido planeta de una paleta violeta de colores mientras que Natasha nos repetía las reglas que ya habíamos planteado previamente. Mantenerse juntos en todo momento, estar alerta, en caso de un ataque no hacer un numerito de héroe, y finalmente, dar lo que sea necesario.

  ─Lo que sea necesario ─repetimos Clint, Peter y yo a la par.

El castaño aún mantenía sus dedos entrelazados a los míos cuando las puertas se abrieron y dimos nuestros primeros pasos por el planeta. Cam no tenía demasiada información sobre el lugar, pero pareció bastante claro que debíamos dirigirnos a la gigante estructura en mitad de la nebulosa llanura, así que eso hicimos.

  ─Creí que el niño podía transportarnos ─soltó Clint mientras subíamos la montaña, encaminados hacia las torres de piedra en su cima.

  ─Sí, bueno... ─Una mueca ocupó mi rostro mientras intentaba recuperar el aliento, subir no era precisamente sencillo─Mis poderes no han estado actuando de una forma normal, así que la forma tradicional es la mejor.

Además de aquel breve intercambio no tuvimos demasiadas conversaciones durante el trayecto, sólo Nat ofreciéndonos agua y alguno preguntando si podíamos tomar un pequeño descanso. En total tardamos como una hora en llegar a la cima, pero finalmente lo logramos. Y fue entonces cuando el espectro del cráneo rojo se presentó frente a nosotros, y como si ya de por si no fuera lo suficientemente espeluznante, nos nombró por nuestros padres antes de avanzar.

There for you 🕷️ Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora