There for you 🕷️ Peter Parker

33🕷stop thinking

    Mi cuerpo se mueve siguiendo el ritmo de la música, demasiado pegado al de alguien que no reconozco, pero cuyo tacto es extremadamente agradable. Aún puedo sentir el gusto de la bebida en mi boca, dulce, quemando mi garganta a su paso. Las luces sobre mí parpadean y cambian de color, y ese acto tan simple me resulta casi un acto de magia.

El contexto de la situación es muy simple. Durante la semana, no dejé de darle vueltas al tema de utilizar mis poderes, a que consecuencias a largo plazo puede traer utilizarlos. Comencé a dudar acerca de mi realmente firme decisión sobre usarlos para el bien, porque como dijo Caitlin, ese no es su propósito.

Mi rendimiento en las salidas como Lifeline bajó considerablemente, resultando en varias ocasiones un obstáculo para el "experimentado" y "profesional" Spiderman. Incluso Ned notó mi cambio desde su silla.

Así que recordé que en los viejos tiempos, utilizaba las fiestas a las que era invitado para olvidarme del hecho de que amaba a alguien que, creía, no me correspondía jamás. Y pensé que, si lograban alejar esos pensamientos, y funcionar como un descargo para evitar decirle todo lo que sentía al castaño, la misma estrategia tal vez podría funcionar para alejar mis pensamientos e inseguridades en cuanto a mis poderes, así como mi excesiva manera de dudar a la hora de utilizarlos.

Y funcionó, porque ahora mismo todo en lo que estoy pensando es en conseguir algo más de esa maravillosa bebida cuyo nombre no recuerdo y en la manera en que las manos de la persona detrás de mí recorren mi cuerpo.

Siento el aliento de esa persona sobre mi oído, entonces ésta desliza su lengua para jugar con mi oreja y posteriormente se hunde en el espacio entre mi hombro y mi cuello. Se entretiene en la zona besando, lamiendo y chupando, yo muerdo mi labio para retener jadeos que de cualquier forma no podrían escucharse con la música así de alta. Mis ojos se cierran mientras me entrego a las sensaciones y, cuando la misteriosa persona deja una mordida en la zona, yo volteo casi de manera involuntaria.

Descubro a un chico de melena azabache igual de alto que yo, con facciones definidas y ojos verdes repletos de deseo. Él sonríe de forma pícara y yo elimino la distancia entre ambos, porque dios, alguien debería advertirle acerca de lo que aquel gesto en su rostro causan en las personas. Ninguno de los dos se contiene durante el beso, por lo que nuestras lenguas rápidamente se ven envueltas en una feroz lucha por control.

El acto resulta mucho más corto de lo que yo me esperaba, ya que el pelinegro tira de mis cabellos para alejarme, yo intento volver a besarlo, porque realmente quiero hacerlo, pero él me esquiva. Lo hace apenas, alejándose lo suficiente para que nuestros labios no lleguen a encontrarse, pero que su respiración choque contra mi piel, erizandome la piel.

El sensual desconocido toma mi mano y nos movemos entre la multitud con apuro, mi respiración está agitada y mientras avanzo no soy incapaz de esquivar a nadie, aunque todo a mi alrededor resulta difuso, como si todas las personas fueran una especie de marea de siluetas borrosas, eso agregado con el efecto de las luces, simplemente no me permite distingir hacía donde nos movemos.

De alguna forma acabamos en una puerta detrás de la cual el chico revela un cuarto, una vez dentro, cierra la puerta con llave, dejando fuera a la música y el bullicio de gente.

  —¿Y esto?  —cuestiono mientras me tambaleo un poco hacia él, quien tira de mi chaqueta para guiarme hacia la gran cama en el centro.

  —Mi cuarto  —responde para luego atacar mi cuello justo como antes en la pista, yo retengo el jadeo lo más que puedo hasta que finalmente se escapa.

  —¿Es tu casa?  —pregunto alzando ambas cejas a la par que me deshago de mi chaqueta.

  —Sí  —responde agitado el chico, a quien le quito la camiseta tal vez con demasiada desesperación, causando que sonría.