There for you 🕷️ Peter Parker

49 🕷a new world

    Observo a Peter, quien tiene su mirada posada sobre el horizonte, allá donde el atardecer tiñe al cielo de una paleta de tonos pastel. Es gélida, todo el dolor le quitó su brillo alegre, lo reemplazó por pena.

Estamos aquí, en la azotea de un edificio con un viento helado jugando con nuestros cabellos. Y no digo nada, en parte porque no sé que decir, no sé como pararlo ahora que ya estamos aquí. Él va a ponerse su mascara pero yo tomo su muñeca antes de que pueda hacerlo, su helada mirada ahora se clava sobre mí, y aunque tengo la boca abierta, nada sale de mí.

  —¿Qué? —cuestiona elevando una ceja.

Esto me recuerda a cuando su tío Ben murió. Esa es su voz, pero aún así se siente como un eco, como si el verdadero Peter se encontrara lejos de aquí, gritando y sufriendo todo lo que el que está frente a mí no hace. Ahogándose en la pena, aislado tras una gigantesca muralla que a veces ni siquiera yo logro atravesar. Este es uno de esos momentos.

  —N-no tenemos que hacerlo si no quieres —digo, tomando su mano, él cede ante mi tacto.

Peter retrocede unos pasos desde el borde del edificio y se acerca a mí, posa una de sus manos en mi mejilla, dejando leves caricias y luego deja su frente sobre la mía, yo cierro los ojos, porque en esta cercanía, cuando su cálido aliento choca contra mi piel y nuestras narices se rozan, sólo existimos él y yo, y todo el caos y la perdida a nuestro alrededor jamás sucedió.

  —Ya hablamos de esto —murmura con sus ojos cerrados—. Tengo que hacerlo —Muerde su labio inferior, y luego su voz sale apenas como un hilo:—, al menos intentarlo.

  —Ya sé —suelto junto a un suspiro—, pero ahora, aquí... Peter, usar los trajes se siente...

Él se aleja y me mira con su ceño fruncido ligeramente, sus ojos cristalizados. Porque este es Spiderman, y nadie puede arrebatárselo. Nadie puede quitarle este aspecto de su vida que ama, al que tanto se ha dedicado, por el que tantas cosas dio. Ni siquiera Thanos. Pero yo temo que esté equivocado.

(Estoy seguro de que está equivocado, pero no sé que le dolerá menos, si descubrirlo por su cuenta o que yo se lo diga.)

  —¿Cómo? —pregunta alejándose unos pasos—¿Cómo se siente? —insiste.

Sucio, quiero decir. En cambio, nervioso, digo:

  —Mal.

Durante unos segundos él parece pensarlo, realmente considerar mis palabras. Sé que es inteligente y que ya debe haber visto lo mismo que yo. Probablemente él también se sienta igual de sucio con aquel traje, pero se está negando a aceptarlo.

  —Pasará —asegura esbozando una sonrisa.

Él me guiña un ojo antes de ponerse la mascara y, segundos después, comienza a columpiarse por los edificios de New York. Yo tengo este impulso cuando se lanza de atraparlo, detenerlo antes de que se lastime, porque estoy seguro de que se estrellará con algo mucho más duro que cualquier tipo de superficie: la realidad.

Lo persigo saltando entre azoteas por medio de las sombras, en un principio todo va bien, ayuda a un par de personas evitando que sufran accidentes, detiene a un par de delincuentes y entonces, cuando se mete a una tienda para detener lo que a la distancia se ve como un simple robo, se tarda más de lo que acostumbra. Comienzo a ver a la gente acercarse al local y luego de unos minutos lo observo salir, rodeado de una multitud de personas furiosas.

Las gafas que Camila diseñó me dejan verlo todo con claridad, y por el comunicador puedo escuchar las horrendas cosas que la gente le está diciendo. "¿Donde estabas cuando desapareció mi hijo?", "Ninguno de ustedes, héroes, pudieron salvar a mi madre", "Eres una mentira, todos ustedes lo son", "Pensé que nos protegías", además de cientos de todo tipo de insultos. Creo que hasta los que estaban asaltando el local están entre aquella multitud.