Kion caminó por las praderas, sin ninguna luz, ya que era de madrugada.
Aunque los animales estén dormidos, igual caminaba en silencio, con cuidado de no despertar a nadie, si alguien lo lograba ver, puede que sospechen de su plan.
Tuvo que pasar por el camino corto, por suerte no habitaba nadie por ahí, excepto Fuli, que dormía en una colina, al costado de un árbol.
Kion tenía que pasar por ahí para llegar rápido a las lejanías.
Camino lentamente... sin hacer ningún ruido, tuvo que aplicar sus técnicas de hacer silencio, como si estuviera cazando; aunque el trabajo de cazar lo hacían las leonas, él decidió que su mamá le enseñara un poco, la parte de no hacer ruido, ya que le podía ayudar para cuando proteja las praderas como líder de la guardia del león... era el momento de aplicar lo que aprendió... pero de casualidad pisó una rama, haciendo un pequeño ruido y que Fuli se despertara.
Kion se asusto y corrió rápido, tratando de que no lo vea.
La cheetah, un poco asustada, levanto la cabeza para ver quien era el que había hecho el ruido, pero no vio a nadie, ya que Kion había huido, entonces se volvió a dormir, aunque igual esto le pareció raro...
Kion se escondió detrás de una roca y esperó a que su amiga se durmiera. Luego, siguió su camino hacia las lejanías.Llegó y todo estaba más oscuro que en las praderas, nunca había estado de noche en las lejanías. Puede que sea el más feroz de las praderas, pero igual tenía miedo.
No conocía mucho las lejanías, y no sabía donde podían estar las hienas, así que empezó a explorar el lugar.
Las lejanías eran muy diferentes a las praderas, ahora que no había peleas, podía ver con más detalles el lugar.
Siguió caminando y escuchó algunas risas de hiena.
Siguió el sonido y llegó a la parte de abajo del volcán, donde había una gran cueva. Hacía mucho calor ahí abajo... y ahí se encontraba todo el clan de Janja hablando.
Kion se escondió de nuevo atrás de una roca, y paró sus orejas para poder escuchar lo que decían las hienas.
—Bien chicos, mañana atacaremos las praderas —sonrío malvadamente el jefe —saldremos en la mañana, y cazaremos la manada de cebras.
— ¡Si! Jaja ¡Cebras! —celebró Cheezi.
Las hienas empezaron a reír. Kion estaba preocupado, tenía que ofrecerle hoy a Janja su amistad, no podía dejar que las hienas sigan planeando atacar las praderas...
—Tengo que impedir eso, es ahora o nunca —pensó Kion frunciendo el ceño.
—Bueno, ahora todos vayan a dormir, mañana atacaremos —sonrió Janja mientras reía.
Las hienas asintieron y se retiraron, cada una se fue a una esquina a dormir. Algunos con un hueso en su boca o en sus patas, como de costumbre.
Pero Janja todavía no iba a dormir, y salió de la cueva.
Kion decidió seguirlo en silencio.
Al parecer iba a subir a la cima del volcán, todavía no sabía porque, pero si lograba tener su amistad, le iba a preguntar, ya que era algo extraño de que suba a estas horas, entiende de que planeen sus ataques en la madrugada, ¿pero subir al volcán? Eso no lo entendía...
Pero de casualidad volvió a pisar una rama, haciendo ruido.
Janja volteó rápidamente, pero Kion se escondió.
— ¿Quien está ahí? —preguntó Janja — ¡sal ahora! —se puso en posición de batalla.
Kion trago saliva nervioso y decidió salir de su escondite lentamente, con una mirada seria.
Janja dejó de estar en esa posición y se asusto un poco.
— ¡K-Kion! —dijo asustado la hiena, no se esperaba que apareciera el cachorro de León a estas horas.
—Tranquilo, no vine a pelear —dijo calmado Kion acercándose poco a poco a Janja.
Janja rodó los ojos y empezó a rodear a Kion.
— ¿Entonces qué haces en mi territorio? —preguntó Janja rodeándolo.
—Vine a hablar contigo Janja... —dijo Kion soltando un suspiro, estaba nervioso, no sabía cómo reaccionaría la hiena por lo qué diría.
— ¿Sobre que? —preguntó alzando una ceja.
—Se que sonará raro... y que será difícil, pero que al menos quiero intentarlo —tomo una pequeña pausa —quiero ofrecerte mi amistad.
Janja se quedó mirando a Kion un rato con una expresión sorprendida, eso si no se lo esperaba, pero luego soltó una carcajada.
—Jajajajaja —rio Janja — ¿¡tú y yo!? ¿¡Amigos!? Jajajajaja, ¿como se te ocurrió esa idea? —bromeó.
—Pues... estuve revisando las pinturas de la cueva de la guardia del león —Janja solo lo miro con una sonrisa, estaba muy atento a lo que decía el león —y me di cuenta de que las hienas y los leones siempre hemos sido enemigos... y si no hacemos un cambio, seguiremos peleando...
— ¿Un cambio? —preguntó Janja.
—Si, como... ser amigos —sonrió nerviosamente Kion.
—Ajá... ¿y tú crees que seré tu amigo? —preguntó Janja.
—Pues no tan rápido, primero conociéndonos poco a poco, y tal vez más adelante puede que las hienas vivan en las praderas —dijo Kion —respetando el ciclo de la vida...
— ¿En las praderas? —pensó un rato y luego sonrió, se me había ocurrido un plan... —mmm necesito tiempo para pensarlo.
—Oh, está bien, ¿entonces mañana te puedo ver a esta misma hora aquí? —preguntó el cachorro de León con un brillo en sus ojos.
—Que impaciente león —pensó Janja mientras rodaba los ojos —si, si, mañana aquí —dijo de mala gana.
—Oh, está bien —ya se iba a retirar pero decidió decirle algo a Janja —ah y Janja, sin ataques a las praderas —puso una cara seria.
—Lo que faltaba —pensó Janja —no prometo nada —dijo mirando a otro lado.
—Esta bien... —dijo Kion algo triste y se dirigió de regreso a las praderas. Mientras Janja solo sonreía y se dirigía de nuevo a su cueva, junto a su clan mientras reía...Kion de nuevo tomó el camino rápido y llegó a la guarida de la guardia del león, sin que nadie lo vea... el primer paso de su plan funcionó...
...
—Simba, ¿todo esta bien? —preguntó Nala acercándose a su pareja con una mirada de preocupación y curiosidad.
—Eh... si... —mintió Simba, estaba preocupado por su hijo Kion, no le agradó mucho la plática que tuvieron en la tarde.
—Te conozco Simba, muy bien, y hay algo que te preocupa —dijo Nala, conocía a Simba desde que eran pequeños, entendía todos sus comportamientos.
—Pues... tuve una discusión con Kion —dijo Simba con la cabeza agachada.
— ¿Sobre algo de las hienas no? —preguntó Nala con una mirada seria.
Simba abrió los ojos de la sorpresa.
— ¿¡Como lo sabes!? —preguntó el rey sorprendido — ¿habrá espiado? —pensó.
—Logré escuchar un poco de su conversación —dijo Nala sonriendo mientras rodaba los ojos — ¿que fue lo qué pasó?
Simba suspiró.
—Es algo... complicado Nala... Kion me hablo sobre su nueva idea —Nala lo miro con una expresión de que continuara —quería ofrecerle su amistad a Janja...
Nala solo sonrió.
—Oh...ese es nuestro hijo —la leona puso una cara de orgullo.
— ¿De qué hablas? —preguntó Simba confundido.
—Nuestro hijo será quien termine esta guerra entre las hienas y los leones —salió de la roca del rey y miró hacia las lejanías.
—No... no puede... las hienas son malvadas, lo vivimos Nala, ¿no lo recuerdas? —preguntó algo decepcionado Simba.
—Claro que lo recuerdo Simba, pero... esas eran diferentes hienas, Janja no nos atacó ni apoyo a Scar —corrigió Nala.
—Pero Nala, hienas son hienas, no cambian —dijo Simba.
Nala hizo como si ignorara a Simba.
—Le prohibí a Kion hacer eso, no lo hará —pensó un rato en su hijo, y contuvo las lágrimas, y miraba a Nala que ella lo miraba con una expresión de '¿porque?' —no quiero que lo dañen...
—El sabe lo que hace... —sonrió Nala, pero de pronto escucharon unos ruidos abajo.
—Sonó como en la guarida de la guardia del león —dijo Simba sospechando —pero ahí solo está Kion...
—Tranquilo Simba, de seguro solo fue a ver las estrellas, vamos, tenemos que dormir —dijo Nala entrando a la cueva, junto a Simba a su costado.
De seguro Kion solo había ido a ver las estrellas como lo hacía casi siempre, ¿no?
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Tú Puedes Cambiar | La Guardia Del León
AventuraLas praderas, siempre han tenido peleas contra los desterrados, en especial con las hienas. Si no se hace un cambio, esto seguirá así... siempre... Kion no lo permitirá. Kion, el cachorro de León, líder de la guardia del león, protector de las tierr...