Tú Puedes Cambiar | La Guardia Del León

Capítulo 29: El fin de la batalla

El cachorro de León, líder de la guardia del león, se levantaba poco a poco con dificultad... le dolía el cuerpo luego de una gran batalla.
Respirar se le dificultaba, pues se había desmayado por tanto humo.
Tosió un poco y miró a su alrededor: todo el bosque Mzimu estaba destruido... y ya sabía muy bien quien había sido el culpable de todo esto: Janja.

¿Como pudo hacer esto? ¡Janja había cambiado! ¡Lo había visto siendo una amable hiena! Solo fue por las mentiras... no se imaginaba que su mentira iba a romper con su amistad...
Pensaba que al menos esa tarde, iba a poder estar en paz, todos...
Sin ataques... solo sentir la armonía fluyendo por el lugar... pero se convirtió en el punto de ataque... donde varios animales habían muerto...

Paseó un poco por el lugar muerto ahora...
Todo estaba oscuro... tuvo que salir para poder ver la luz luego de una dura batalla...
Pero al salir del bosque y dar unos pasos adelante, vio la Margarita Africana, aplastada, y se veía que había sido a propósito.
No era necesario investigar quien había sido el culpable, ya era bastante claro quien había sido, y trataba de no pensar en eso ni en él, pero no podía...

Una cheetah también ya se había recuperado y había salido de aquel destruido bosque: Fuli.
Silenciosamente caminó al costado de su amigo león, y se paró a su costado, mientras veían de lejos al bosque Mzimu destrozado con una expresión triste.

Si, puede que parezca solo un bosque, pero era más que eso... el bosque Mzimu era especial, ahí los majuzis reales sembraban sus plantas de baobab, los elefantes hacían su festividad Ukumbusho, que celebraban la paz entre los elefantes y los leones, Kupatana también... la cumbre de la Sabana, donde los lideres de las praderas hablaban.

Ese mismo lugar había sido destruido.

—Tengo que hablar con Janja —dijo Kion.
Fuli se sorprendió por eso, ¿como iba a querer hablar con aquella hiena?
En el ataque Janja casi lo mata, casi...

Rápidamente Fuli negó con la cabeza.
—No Kion, es peligroso, y lo sabes, ¿no viste lo agresivo que se puso el y sus hienas? Ademas, tienen a los buitres —dijo su amiga cheetah.
—Y yo el rugido —cierto, él tenía el rugido, pero igual, no podía usarlo... —pero no creo usarlo... no podría...

Fuli le alzó una ceja.
— ¿Por que? —preguntó Fuli.
—Janja... —suspiró —se que se ha comportado mal... pero... sé que el Janja que fue mi amigo esta ahí, esta ahí —repitió.
Camino un poco en dirección a las lejanías.
—Alto Kion —lo paró Fuli — ¡no vayas! —gritó preocupada.
— ¡Tengo que ir! —gritó Kion.

Fuli se puso delante de él impidiendo que avanzara.
— ¡No des más pasos Kion! ¡Nos quedaremos aquí y pensaremos en un plan! —dijo Fuli.
— ¡No! —gritó Kion.

Fuli no quería pelear con Kion. No ahora. No ahora cuando todo estaba destruido —literalmente —.
Perder habitantes de las praderas, a las hienas, al bosque Mzimu fue muy duro.
Dio un suspiro relajándose y miró a Kion con una mirada triste.
—Kion, se que quieres recuperar a Janja, y lo haremos, pero primero tenemos que pensar en un plan, en un buen plan, mientras tenemos que ayudar a los otros animales de las praderas ¿recuerdas? Todo esta destruido —le dijo su amiga más calmada.

Kion la miró fijamente un rato, con una expresión igual de triste.
Agradecía mucho tener a Fuli con el. Mucho.
Puede que no sea muy cariñosa, pero... es una gran amiga, que siempre estará ahí para ayudar, aunque a veces cometa errores...
—Tienes razón Fuli —dijo el leon —vamos.

Así, los dos volvieron al bosque Mzimu, a ayudar a los demás integrantes de la guardia a levantarse, y a los leones, claro.
Rafiki también estuvo ahí para ayudar.
Luego, la guardia fue a calmar a los animales de las praderas, algunos iban en estampida por el susto, otros se quedaban en su territorio con nervios... y otros junto a los cadáveres de sus amigos o familiares.
Eso fue lo más difícil, ayudar a los animales —y más a los pequeños —a despedirse de sus familiares o amigos...