Capítulo 30: El inicio de una amistad

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Todo estaba tranquilo en las praderas, y un cachorro de leon caminaba al lado de la hiena, mientras se dirigían a un territorio cerca al bosque Mzimu, sin decir ni una palabra, los dos perdidos en sus pensamientos.
Kion tenía una sonrisa en su rostro, por dos razones: Estaba junto a Janja, había cambiado, y había paz en las praderas. También por que hace un rato, Bunga le había dicho la buena noticia de que no se iría de las praderas, pues todo ya se había solucionado y no habría más ataques, tal vez...
La mamá de Timon dijo que se podía quedar, pero cuando hubiera algún ataque o guerra, que su hijo vuelva a su hogar.
Pero Bunga sabía que luego del gran ataque de Janja, no pasaría nada grave luego.

Janja notó esta felicidad del león y decidió preguntarle qué sucedía.
— ¿Y esa sonrisa? —le preguntó.
Kion lo miro y le respondió.
—Es que —suspiró —Bunga me había dicho que lo más probable es que se vaya de las praderas, pero ahora, ya sin ataques... se quedará —sonrió.
Luego volteó y vio a Janja algo triste.
—Lamento todo, en serio... —trató de decir Janja. Por todo el ataque que hizo, Kion casi perdía a su amigo, mejor amigo.

Kion sonrió un poco. Los dos deseando cambiar de tema, pues todo se puso incómodo.
—Y... uh... ¿como se conocieron? —trató de romper el silencio.
Kion se sorprendió por la pregunta de la hiena, y decidió contarle aquella historia.

—Bueno —rió un poco el león —fue hace mucho tiempo... hace muchas temporadas de sequía...

...

— ¡Utamu! ¡Utamu! —cantaban una suricata, un jabalí y un pequeño tejón mielero con ánimo, mientras bailaban y llevaban cada uno gusanos, muy peculiares, de color morado, o algo parecido.
El tejón mielero era Bunga, que iba junto a sus tíos cantando, ya que ahora era parte de la familia, se quedaría con ellos —y también porque consiguió un gusano peculiar, llamado Utamu —.
Timon y Pumba, ahora los tíos adoptivos de Bunga, se dieron cuenta de algo sorprendente e impactante. Si Bunga es su "sobrino", y Simba lo es también, significa que de alguna manera los dos son "hermanos".
Rápidamente por la alegría, los tres corrieron hacia la roca del rey para informarle a Simba.

Mientras, Simba se encontraba hablando con unas leonas, que eran las que en ese tiempo —pues no existía todavía la guardia del león — cuidaban y protegían las praderas.
Ellas cazaban también, y peleaban contra los chacales, buitres, o cocodrilos a veces. Las hienas no, pues, no habían hienas adultas, y los cachorros todavía no tenían la suficiente fuerza para hacer grandes ataques. Lo qué hacían las hienas ya es otra parte.

Las leonas le informaron al rey que los ataques de los chacales aumentaban, la que los dirigía era una joven chacal llamada Rei Rei, junto a su clan de chacales.
Esto preocupó a Simba, conocía a Rei Rei, antes de que la desterrara... le dolía luchar contra ella...

Pero unas voces alegres lo sacaron de sus pensamientos: Timon y Pumba, y... alguien nuevo.
— ¡Simba! ¡Simba! —gritaba emocionado el jabalí corriendo hacia el gran león.
— ¡Mi bebe! ¿Como te ha ido? —Timon se acercó a Simba para abrazarlo y darle besos.
Simba río un poco por el gesto.
"Típico de Timon y Pumba" pensó el rey.
—Hola Timon, Pumba —saludó Simba amablemente.
Luego volteó y vio al pequeño tejón mielero que lo miraba con una gran sonrisa en el rostro.
—Y... ¿quien es el? —preguntó con curiosidad.
Timon se golpeó con su misma mano en su cabeza por olvidar de presentar a su nuevo sobrino.
—Simba, el es Bunga, y es tu "hermano" —sonrieron los tres.

Hubo unos segundos de silencio, mientras el trío seguía sonriendo, Simba tenía una mirada confundida.
— ¿Mi que? —preguntó sorprendido.
— ¡Hermano! —dijo alegre Pumba con una gran sonrisa.
—H-E-R-M-A-N-O —deletreó Timon sonriendo mientras aplaudía un poco.

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