Capítulo 12: Pasado de dos leones

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Kion antes de ir con su guardia a patrullar, fue con su abuelo Mufasa.
Tenía que hablar con el, pero sin mencionar que le está ofreciendo a Janja su amistad.
Subió una pequeña colina.
Miró a todos lados, fijándose en que no haya ningún animal... solo el...
Estaba solo.
Era el momento.
Trago saliva un rato... tenía que prepararse... para hablar con su abuelo... aunque igual es algo extraño que haga esto, nunca se ha preparado para hablarle, ni pensar en cómo iniciará la conversación... solo le... hablaba...
Suspiró y un viento pasó por su melena...
Bien... tú puedes... —se dijo a sí mismo.
Unos segundos después, habló.
— ¿Abuelo Mufasa? —lo llamo.
Un viento no tan fuerte vino, y en las inmensas nubes apareció un león... era Mufasa.
—Si Kion... aquí estoy... ha pasado mucho tiempo —dijo Mufasa con una sonrisa, pero en su voz se notaba preocupación.
—Si... es que... —trago saliva —he estado muy ocupado con la guardia...
—Está bien Kion, se lo difícil que es ser un líder —dijo Mufasa.
¿Como todos se pueden creer esa mentira? Ya que también le había dicho esa mentira a Simba... pero bueno... siguió hablando...
—Es sobre tu pasado... —Mufasa puso una cara de confundido —y sobre el pasado de... —el león esperaba pacientemente a que termine su nieto la oración —Scar...
Finalmente, el león mayor quedó con una expresión seria, a lo que preocupó a Kion.
—Oh... creo que mejor no... —dijo Kion evitando la mirada de su abuelo nervioso agachando sus orejas.
—Kion —dijo —eres parte de mi familia, y tienes todo el derecho a saber sobre nuestro pasado —dijo el antiguo rey de las praderas.
Kion sonrió.
—No creo que te cuente algo nuevo sobre nuestro pasado... la mayoría de la historia ya la sabes, pero igual te contaré...
"Scar y yo éramos muy unidos, tal vez no sepas esto, pero su nombre no era Scar, era Taka.
Taka y yo jugábamos siempre y nos gustaba ayudar a otros animales, él hacía los planes para ayudarlos y yo hacía la acción.
Parecíamos leones adultos haciendo todas esas cosas, aunque solo éramos cachorros...
Un día, nuestro padre vio nuestras grandes acciones, y decidió decirnos nuestro futuro... Yo iba a ser el próximo rey de la praderas y Taka, cuando encuentre su rugido, sería el líder de la guardia del león. Taka quería ser rey, pero comprendió que yo lo iba a ser...
Cuando mis padres completaron su viaje en el círculo de la vida, yo subí al trono, junto a Sarabi.
Taka estuvo en la presentación, con una postura de orgullo, de ser el hermano del rey.
Ya no estábamos mucho tiempo juntos... ya que el patrullaba todo el día junto a su guardia...
Dormía en la roca del rey, pero un día, llegó con una cicatriz en el ojo y con una mirada diferente... me sorprendió mucho... y vino a contarme sobre que..."
Kion escuchaba todo esto con atención, con una expresión seria...
"Conoció a un león extraño, que lo guió a una trampa, donde una serpiente le dejó una cicatriz en el ojo... dijo que lo venció, asesinándolo..."
— ¿Y te burlaste de él? —preguntó el cachorro de León con un tono algo molesto interrumpiéndolo.
—No exactamente... pero al ver su cicatriz... vi que ya no era Taka... su cicatriz lo cambió... su forma de actuar en ese momento... por eso lo apodé Scar... aunque sé que lo que hice estuvo mal...—respondió Mufasa.
—Oh... —dijo Kion pensativo, pues tenía sentido... todo esto... hizo bien en preguntarle.
—Y Kion —el cachorro de León miró a su abuelo esperando lo que vaya a decir — ¿que te llamó a preguntarme eso?
Oh no... —pensó Kion —mmm pues... viendo las pinturas de la cueva, me lo pregunté —mintió.
Una voz familiar se escuchó cerca de ahí, llamando a Kion.
— ¡Kion! —era Ono.
—Gracias abuelo —agradeció Kion a su abuelo, que este solo asintió y desapareció.
Ono aterrizó en frente de Kion.
—Ono, ¿pasó algo? —preguntó.
—Ehh no... solo vine a avistarte de que todos ya te estamos esperando —dijo Ono algo nervioso.
—Ohh, entiendo, vamos —luego de eso los dos se reunieron con los demás, listos para patrullar.

Mientras, Fuli, Beshte y Bunga charlaban mientras esperaban a la garza y al león.
—Se están tardando mucho —dijo Beshte con las orejas agachadas.
—Tranquilo gran Beshte, de seguro ahora llegan —dijo Bunga sonriéndole.
—Oigan, hoy en la mañana encontré un gusano cerca de mi territorio —dijo Fuli interrumpiéndolos.
— ¿Y? —dijo Bunga, no entendía que tenía de especial eso.
—Que en mi territorio no hay muchos gusanos, nunca he visto gusanos en mi territorio, hasta hoy... ¿extraño no? —dijo Fuli.
Bunga se asustó por lo que dijo, puede que a Kion se le haya caído un gusano... ¡en el territorio de Fuli!
—Mmm no creo que sea algo extraño —dijo Bunga nervioso mientras reía, y Fuli le lanzó una mirada sospechosa, Bunga paró de reír y la miró asustado.
— ¡Aquí está Kion! —interrumpió el momento Ono mientras iba junto a Kion.
— ¡Kion! —saludó Beshte.
— ¿Donde estabas? —preguntó Fuli.
—Estaba hablando con mi padre... y luego fui a pensar un rato —contestó Kion, esta vez dijo la verdad. Cero mentiras. Había hablado con su padre y luego con su abuelo, y siempre cuando le preguntaban qué había hecho cuando él hablaba con su abuelo, contestaba siempre: Fui a pensar.
Fuli lo observó un rato y se dio cuenta que estaba diciendo la verdad. Completa verdad.
En estos días no veía mucho esto.
— ¿Vamos a patrullar? —preguntó Kion.
—Si —contestaron todos con ánimo.
— ¡Vamos! ¡Hasta el fin de las praderas! —gritó Kion.
— ¡Guardia del león defensa! —gritaron los demás.

No hubieron problemas, pero en el camino Kion se encontró con Laini.
La adorable galago le preguntó si hubo alguna noticia nueva sobre su pareja... pero el león respondió con tristeza que ninguna...

—Kion, justo Fuli nos comentaba sobre qué encontró un gusano cerca de su territorio, y que nunca ve ella gusanos por ahí, ¿raro no? —comentó Beshte entre risas.
Kion se quedó parado y asustado.
Con razón, cuando iba a ver a Janja sentía que había perdido un gusano, y había pasado por el territorio de Fuli...
oh no... era su gusano...
Bunga notó esto y se acercó a Kion, preparado para apoyarlo en cualquier pelea.
Aparte, Fuli y Ono notaron esto y pararon de caminar.
—Eh... ¿pasa algo Kion? —preguntó Ono.
—N-No —tartamudeó Kion.
— ¡Ya basta! —gritó Fuli dando al un golpe con su pata al suelo.
Todos se quedaron callados.
— ¡Kion nos estás ocultando algo y no nos quieres decir! ¡Somos tus amigos Kion! —gritó Fuli.
—Fuli cálmate —cuando se trataba de su mejor amigo, Bunga cambiaba a una actitud seria.
— ¡No Bunga! ¡Y no solo Kion está actuando raro! ¡Tú también! —gritó.
—Fuli, bien, si oculto algo, pero... lo dire en la noche ¿si? En el... mmm... ¿gran manantial? —preguntó Kion.
Fuli gruñó.
—Está bien —dijeron los demás mientras Bunga lo miraba con confusión pero Kion le guiñó un ojo.

Al final del patrullaje, Bunga se acercó a Kion.
— ¡Zuka zama! ¡Kion! ¿Que planeas hacer? —preguntó Bunga.
Kion suspiró y le contó todo su plan a Bunga.
El tejón mielero comprendió y asintió.

Llegó la noche, Fuli, Ono, Beshte y Bunga ya se encontraban en el gran manantial, junto a un árbol, esperando al león.
Pero Kion no llegaba.
Pasó un largo rato...

Nunca llegó.

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