Capítulo 10: Viscosos pero sabrosos

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Simba se enteró de que Kion estaba cancelando los patrullajes de la guardia del león, eso le preocupó.
Decidió no preguntarle porque lo hacía... no quería agarrar pelea con su hijo... de nuevo...
Llamo a Zazú.
—Alteza —se inclinó, quien hubiera imaginado eso, Zazú, que hace años a veces se burlaba un poco de Simba, y él hacía lo mismo también, pero varias veces junto a Nala, ahora los dos se respetan — ¿necesita algo? —preguntó.
—Si... necesito que vigiles a Kion —ordenó.
— ¿A Kion? Pero si ya no es un pequeño cachorro... ademas es líder de la guardia del león —dijo confundido Zazú.
—Si pero... no es que tenga miedo que algo le pase... me preocupa... ha estado actuando extraño estos últimos días... si ves algo extraño con el, me avisas —dijo el Rey.
Zazú suspiró.
—Si, señor —asintió para luego salir volando de la roca del rey luego de hacer una reverencia.

...

— ¿Segura que era Kion, Jasiri? —preguntó Fuli.
—Si... lo vi con mis propios ojos, estaba hablando con Janja —respondió la hiena.
— ¿Y sobre qué hablaban? —preguntó Ono.
—No logre escuchar muy bien —dijo Jasiri con las orejas agachadas.
Fuli se acercó un poco más a ella, con una sonrisa amable.
—Está bien, no te preocupes, hiciste lo que pudiste, gracias —sonrió, para luego voltearse a Ono —Ono, ¿podrías ver dónde está Kion? —preguntó Fuli.
—Afirmativo —contestó, levantó el vuelo, y empezó a buscar a Kion.
Kion... espero que no estés haciendo nada malo... —susurró Fuli preocupada, se lo notaba en su expresión de su rostro y su voz.
La garza logró ver a un cachorro de León, que definitivamente era Kion... que estaba... ¿recogiendo gusanos? Eso le pareció... raro...
Decidió no acercarse a él y contárselos a Fuli y a Jasiri.
— ¿Lo encontraste? —preguntó Fuli.
—Bueno... si... pero esta recogiendo gusanos —dijo Ono confundido.
— ¿¡Gusanos!? —exclamaron las dos al mismo tiempo.
— ¿Por que Kion recogería gusanos? —dijo Jasiri confundida.

Bunga se encontraba cerca del lugar, mientras caminaba y cantaba una canción en voz baja.
Zuka Zama Zom Zom Zom Zuka zama Zom Zom Zom, el vivir es diversión... —cantaba mientras movía un poco los brazos, bailando, pero paró de hacerlo cuando escucho a Fuli, Jasiri y Ono hablar sobre Kion — ¿estarán sospechando sobre el plan de Kion? —pensó Bunga.
No lo pensó más y se unió a la conversación.
—Hola amigos —saludó con su pequeña pata —no los estaba espiando, solo pasaba por aquí... caminando... —se puso nervioso —y logré escuchar que se les hace raro de que Kion esté recogiendo gusanos... ¿no?
—Si... es raro... —dijo Jasiri.
Fuli entrecerró un poco los ojos, sospechando de Bunga.
—Bueno... en realidad esos gusanos son para mi —mintió Bunga con una sonrisa nerviosa —le pedí a Kion que me trajera algunos gusanos —junto sus pequeñas garras dando unos golpecitos.
—Oh... ahora tiene sentido... a Bunga le encantan los gusanos —rodó los ojos Ono.
— ¡Si si! Por eso le pedí —dijo todavía nervioso.
—Pero... ¿porque no los buscaste tú solo? —sospechó Fuli.
Bunga trago saliva, y luego rodó los ojos riendo.
—Oh miren la hora —miro el cielo —me tengo que ir, ¡adiós! —y salió corriendo rápidamente, dejando a sus tres amigos solos de nuevo.

Decidió buscar a Kion.
Kion Kion... donde estas... —susurraba para sí mismo buscándolo.
Hasta que de causalidad tropezó con alguien.
Los dos cayeron al suelo. Bunga se sobó un poco la cabeza, levantó la mirada y vio a Kion haciendo lo mismo.
—Ahg... ¿Bunga? ¿Qué haces? —preguntó Kion parándose, mientras todos los gusanos que había recogido se encontraban en el suelo.
—Mejor yo te lo pregunto —dijo Bunga levantando una ceja.
Kion se quedó algo sorprendido y luego sonrió nerviosamente.
—Ah... sobre los gusanos jeje... —rió nerviosamente, pero luego suspiró —son para Janja...
—Ohh... entiendo... te sugiero llevarlo todo en una hoja, como yo lo hago, ten —le entrego una hoja mediana, donde podrían entrar todos los gusanos.
—Gracias Bunga —agradeció Kion; fue una buena idea contarle a Bunga sobre su secreto.
—Ah... me olvide decirte, acabo de escuchar a Fuli, Jasiri y Ono sospechando de ti, al parecer ya van a descubrir sobre qué estás con Janja en las noches en las lejanías... —aviso Bunga.
—Oh no... —dijo preocupado —tengo que avanzar más rápido mi plan... —pensó —gracias por avisarme Bunga.
Hakuna Matata —respondió.
—Igual... si escuchas algo sospechoso, me avisas —pidió el león.
—Bunga a tus órdenes —dijo el tejón mielero inclinándose, a lo que Kion se rio, admitió que daba risa.
Luego, los dos amigos pusieron los gusanos en la hoja mediana, y Kion se dirigió hacia su cueva, en la noche, iría a las lejanías.

En la madrugada, Kion cogió con su boca la hoja que contenía los gusanos, como una bolsa, y se fue a las lejanías.
Como siempre, pasaba por el territorio de Fuli.
No hubo problema, siguió adelante, pero de casualidad se le cayó un gusano, sin darse cuenta, muy cerca al territorio de Fuli.

Llegó a las lejanías y se encontró con Janja en el límite de las lejanías... no en su territorio, el lo esperaba con una sonrisa.
Ven... —le susurró y luego se alejó.
Kion dudo un rato si seguirlo o no, pero decidió hacerlo. Decidió confiar en el.
La hiena lo dirigió hacia una parte de su territorio, con una gran roca, que al parecer antes era redonda, y ahora estaba partida a la mitad...
Kion miró la roca con sorpresa. Ya había estado ahí, cuando Janja engañó a Kiara, y él junto a la guardia fueron a rescatarla.
Pero ahora, que no había ataques, pudo ver el lugar con más tranquilidad.
Todavía tenía la hoja con los gusanos en su boca.
—Ven, aquí, acércate —dijo Janja sonriendo sentándose en frente de la gran roca.
Kion se acercó y se sentó a su lado.
— ¿Que tienes ahí? —preguntó Janja con curiosidad.
Kion soltó la hoja de su boca y cayó al piso, y Janja logró ver a los gusanos que habían ahí, eran muchos.
Kion sonrió tímidamente.
— ¿Gusanos? —dijo asqueado Janja.
—Si —respondió Kion —son para ti.
— ¿Que quieres que haga con unos gusanos? —preguntó Janja levantando una ceja.
—Pues... imagine que debes tener hambre, así que te traje gusanos —respondió Kion moviendo un poco la cola.
Janja se quedó mirando un rato los gusanos.
— ¿Comerlos? —dudo Janja —no me gustan los gusanos, Gracias pero no —rechazo.
Kion se molestó un poco por la respuesta de Janja, pero luego dio un suspiro, recuperando la paciencia.
—Mi papa sobrevivió mucho tiempo comiendo gusanos, y le gustaron, el decía "Son viscosos, pero sabrosos", le enseñaron Timon y Pumba, los tíos adoptivos de mi papá —dijo Kion.
—Ahg... está bien... —gruñó Janja, iba a hacer esto para ser amable con Kion, y que su plan siga en marcha...
La hiena cogió un gusano y se lo metió a la boca.
Lo empezó a masticar con una expresión de asco en su rostro, mientras Kion solo lo miraba atento.
De pronto, la expresión de asco de Janja cambio a una de alegría.
—Viscosos... pero sabrosos —dijo Janja sonriendo.
— ¡Si! —dijo Kion alegre.
Los dos sonrieron mientras se miraban... esto era sincero... nada de mentiras...
Mientras miraban la oscura noche, comían cada uno los gusanos, y el silencio reinó entre ellos.
Así estuvieron un largo rato...
Hasta que Kion decidió romper el silencio.
—Janja... ¿por que me trajiste aquí? —preguntó Kion mirando la roca partida.
Janja le sonrió.
—Es hora de que el actual líder de la guardia del león sepa sobre una historia... de la antigua guardia del León...

Tú Puedes Cambiar | La Guardia Del León Donde viven las historias. Descúbrelo ahora