Capítulo 16: Las cataratas

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—J-Jasiri —dijo nervioso Kion al ver a la hiena frente a él.
— ¿Kion? ¿Qué haces en las lejanías? Y solo... sin la guardia —preguntó Jasiri, lo que le respondiera, tendría que decírselo a Fuli o a la guardia del león.
—Y-yo... —se quedó un poco pensativo, eso si era extraño, no era normal que estes haciendo algo, y no sepas que estás haciendo, el lo sabía, pero no podía decirle, y dijo una mentira, que no durara ni una hora... o minutos... —estaba peleando contra... eh... hienas, si, hienas, contra el clan de Janja —empezó a retroceder poco a poco, nervioso, mientras subía lentamente de espaldas, y Jasiri lo seguía lentamente también.
—Kion... eso no es cierto... —dijo Jasiri triste, lo veía en los ojos del león.
—E-es cierto Jasiri —dijo Kion retrocediendo más y más, mientras no se daba cuenta de lo que había al final del camino, y seguía y seguía retrocediendo.
Jasiri lo seguía y seguía siguiendo, sin acordarse lo que había... al final del camino...

Cuando llegaron al casi final del camino, Jasiri se acordó de lo que había al final... y no era nada bueno, pues su amigo león ya lo había experimentado una vez, y ella tuvo que salvarlo y sinceramente no fue nada fácil...

Kion empezó a resbalarse.

Oh no... —susurró Kion, para luego caer, pero logró agarrarse con sus garras del borde, sosteniéndose, pero no iba a aguantar — ¡Ah! —gritó Kion asustado.
Solo alguien (excepto Jasiri), logró escuchar este grito.

Una hiena macho.

Jasiri se asustó por esto y trató de ayudar a Kion.
Con su pata empezó a subirlo poco a poco, y el cachorro de León también ponía de su parte para subir.

Kion logró salvarse.

Kion miró hacia abajo, para ver que había exactamente abajo, y había unos arbustos con espinas, los mismos arbustos con espinas donde cayó la otra vez cuando conoció a Jasiri.
Qué bueno que no cayó ahí, fue doloroso esa vez, aunque no pareciera...
—Gracias... Jasiri —agradeció Kion.
Asante Kion —sonrió Jasiri, pero luego le dedicó una mirada seria.
Kion evitó un poco su mirada.
—Bueno... ahora no me queda otra opción que contártelo todo... —dijo Kion suspirando.
Jasiri solo mantuvo su expresión seria, y con los ojos le dijo 'por favor'...
—Ahh... —suspiró —bien, pero prométeme que no le dirás a nadie... ni a la guardia ni a mi familia... —la miró directamente —todo empezó hace unos días, cuando miraba las pinturas...

Así, Kion empezó a contarle todo a Jasiri, como le había contado a Kiara.
Ella escuchaba con atención, y lo entendía.

Cuando terminó de explicar, le dijo algo que sorprendió a Jasiri.
—Jasiri, él quiere cambiar, lo demuestra, se está esforzando, y en serio quiero terminar con esta guerra entre los leones y las hienas... esto también te beneficiará a ti y a tu clan... —dijo Kion con ojos suplicantes.
Jasiri iba a decir algo, pero alguien apareció detrás de ellos.
—Vaya... si es Jasiri y Kion —dijo una hiena detrás de ellos mientras sonreía.
—Janja —gruñó Jasiri poniéndose en posición de ataque.
Kion se acercó a Janja rápidamente.
—Janja, ¿qué haces aquí? —preguntó el cachorro de León, y otra pregunta más: ¿como sabía él que estaba en ese lugar exactamente, junto al acantilado con arbustos de espina debajo?
—Escuche un grito, y al parecer era tuyo, por eso vine para... para... ayudarte por cualquier cosa —rodó los ojos Janja al decir esto, fue difícil para el...
Sintió como algo le atravesaba el pecho al decirlo.
¡Era su enemigo! ¡El que le arruinaba siempre los planes! El que gracias a su rugido, ¡las hienas y los desterrados ya no podían cazar mucho!

...

La hiena se encontraba en su cueva, exactamente sentado en su "trono", donde ahí pasaba el mayor tiempo, pensando en un nuevo plan para atacar las praderas, o cazar algo.
Pero ahora, no pensaba en nada de eso, solo en el plan en el que estaba trabajando —y que le costaba mucho —: Aprovecharse de la amistad de Kion.
Realmente eso estaba mal...
Pero... por una parte le daba pena hacerle eso a Kion, porque, si lo piensa bien, sería muy triste para el, el solo quiere La Paz, con las hienas y leones... nunca un león se ha preocupado así por las hienas —bueno, solo Scar pero el no cuenta —además, el león cachorro está mintiéndole a casi todos los animales importantes en su vida... eso si es complicado...
Además, le trae comida —aunque no sea un antílope —le da agua cuando tiene sed, y lo lleva a lugares hermosos...
Tal vez esto si este mal, y mejor sería aprovechar esta oportunidad que le está dando Kion... ¿o seguir con su plan de conquista?
Una decisión difícil... pero al final decidió seguir con su plan...
pero... ¿habrán cambios?

De pronto, la hiena escuchó un grito, un grito familiar.
No de un amigo o enemigo, uno que es mitad de los dos...

Kion.

...

Jasiri bajo las orejas.
Confía... —susurró Kion a Jasiri.
Jasiri empezó a asentir con dificultad lentamente.
Kion le sonrió.
Janja, aburrido por esto, se acercó más a Kion.
—Kion... ¿puedo hablar contigo? —luego miró a Jasiri y le sonrió —a solas...
Jasiri frunció el ceño.
—Ohh... está bien Janja —dijo Kion —nos vemos otro día Jasiri y... no le digas a nadie por favor...
Jasiri solo asintió y vio alejarse a Janja y a Kion.
Ya estaba a punto de retirarse también, pero Janja volteó a ver a Jasiri sin que Kion se dé cuenta, y le sonrió malvadamente, esto incómodo a Jasiri, y la hizo dudar, pero no para romper su promesa con su amigo león...

El león y la hiena llegaron al territorio de Janja, pararon de caminar y Kion habló.
— ¿Que sucede Janja? —preguntó Kion.
—Pues... —evitó su mirada — ¿cuando iremos a las praderas? —preguntó impaciente.
—Jaja —rió Kion —todavía no, tenemos que estar listos los dos, yo para hablar con mis padres y la guardia y tú para que respetes por completo el ciclo de la vida —dijo.
—Bien, entonces sigamos con esto —gruñó Janja.
Kion decidió cambiar de tema. Y le propuso a la hiena para ir a las praderas de nuevo a mostrarle algo.
Janja, asintió, pues le había gustado mucho las praderas la última vez que fue.

Llegó la noche, y un dúo de animales se dirigía hacia las praderas, silenciosamente...
Kion lo guió de nuevo hasta llegar a unas cataratas... pero no cualquier catarata... las cataratas Hakuna Matata.
—Wow... —exclamó Janja del asombro.
—Aquí viven Timon y Pumba, pero no te preocupes, no nos escucharán, siempre andan dormidos profundamente, así que tranquilo —sonrió Kion.
El cachorro se sentó junto a la catarata, y lo invitó a sentarse también.
Todo estaba silencioso, lo que aburrió a Janja.
El paisaje era bonito, si —vaya, esto le dolió admitirlo —pero... estaba aburrido, así que hizo algo... divertido...
Botó a Kion al agua.
—Jajajajaja —rió Janja.
Kion salió del agua con el ceño fruncido, pero luego cambió su mirada a una traviesa y con sus patas sostuvo a Janja que este seguía riendo, y lo jalo al agua.
—Jajajaja —reía Kion.
Janja salió del agua y le gruñó a Kion.
Al león no le importo eso y le empezó a salpicar agua jugando.
Janja, que le pareció divertido, también lo hizo.
Así pasaron jugando en las cataratas, felices.
Janja se estaba divirtiendo.
Luego de jugar, salieron del agua y se secaron sacudiéndose.

Ya cansados, empezaron a charlar, recordando y resaltando mucho sobre su juego de hace unos minutos en la cascada.
De pronto, Kion, viendo de que la hiena estaba de buen humor, decidió empezar una conversación importante y seria...

Tú Puedes Cambiar | La Guardia Del León Donde viven las historias. Descúbrelo ahora