Capítulo 5: Paseo por las lejanías

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Kion entró a las lejanías y se dirigió al lugar donde habían acordado verse.
Al principio se perdió un poco, pero logró llegar al lugar.
Y para su sorpresa, Janja estaba ahí parado esperándolo mientras miraba el cielo.
No esperaba que Janja estuviera ahí... sabía que lo habían acordado... pero igual pensaba que lo iba a olvidar o simplemente no le interesara.
— ¿Janja? —llamó la atención de la hiena.
—Oh, hola Kion —saludo Janja acercándose con una sonrisa.
—Al parecer si te interesa mi idea —dijo Kion entre risas.
—Eh, si —dijo Janja de mala gana, pero Kion no lo noto —A ver si entendí, ¿nadie más sabe que tú me estás ofreciendo tu amistad? —preguntó Janja levantándole una ceja.
—Exacto, nadie más lo sabe... pero... más adelante, si todo sale bien, hablaré con mis padres y la guardia del león, para que te dejen vivir en las praderas, junto con tu clan —explicó Kion.
— ¿Y tú crees que me perdonarán? ¿Luego de todas las cosas que he hecho? —preguntó.
—Pues... si les explico bien y tú les demuestras que en realidad has cambiado, tal vez acepten —dijo Kion sonriendo.
—Bien, haré todo lo posible para que todo esto vaya bien —dijo Janja sonriendo.
—Bien, entonces... empezando a conocernos... ¿que quisieras hacer? —preguntó el cachorro leon.
—Mmm —pensó la hiena —podríamos ir a pasear por las lejanías —sugirió.
—Buena idea Janja, y ahí podríamos ir conversando mientras nos conocemos más —sonrió Kion.
Janja asintió y se puso delante de Kion.
—Yo dirijo —sonrió Janja.
Kion rodó los ojos mientras reía. Igual Janja tenía que dirigir, el conocía las lejanías.

Pasaron por unos callejones en las lejanías, eran oscuros pero para Janja no se le hacía problema, conocía muy bien las lejanías.
A Kion si se le hizo problema... era demasiado oscuro, esto era muy diferente a las praderas.
Janja lo miro y veía que estaba algo nervioso.
— ¿Asustado? —bromeó Janja.
Kion lo miro y frunció el ceño.
—No —contestó —solo que... esto es más oscuro que las praderas —miro el cielo —debe ser por el volcán, bota mucho humo, ¿como puedes vivir aquí así?
—Nos acostumbramos, además, el volcán es lo mejor de aquí en las lejanías — sonrió mirando a Kion fijamente, a lo que el lo miro con una expresión de '¿por qué?' —tienes la mejor vista a las praderas.
—Ah... y es así como haces tus planes —comprende Kion todavía con el ceño fruncido.
— ¡Si! — dijo Janja orgulloso —así que tú también acostúmbrate a las lejanías por mientras, ya que vendrás todos los días en la madrugada ¿no? —preguntó.
—Si... ¿pero no es peligroso? Podrían aparecer chacales... o buitres... —dijo Kion.
No es peligroso —dijo Janja continuando caminando —los buitres trabajan para mi, me informan todo lo qué pasa en las praderas, ademas... las hienas nos podemos proteger solas, somos fuertes, inteligentes...
—Pero aquí solo estás tú, tú clan está eh... en otra parte supongo —dijo interrumpiéndolo.
—Pero tú estás aquí —sonrió —tienes tu rugido...
Kion rodó los ojos.
—Janja, no lo puedo usar aquí, por dos razones: estamos muy cerca del volcán, si rujo, podría causar una erupción...
—Oh Perfecto —sonrió —me encanta cuando el volcán erupciona... aunque solo lo he visto una vez —rodó los ojos.
Kion ignoró lo que dijo.
—Y lo segundo es que si rujo, las praderas escucharían, mis padres y la guardia del león lo escucharían y vendrían aquí, me preguntarían qué hago aquí y todo el plan fallaría... —explicó Kion.
—Uh... tienes razón —dijo Janja pensándolo bien —aunque no creo que algún molestoso y cobarde chacal aparezca por aquí Jajajaja —rió Janja burlonamente, pero paró de reír cuando Kion se puso en una posición de combate, y miraba algo que estaba detrás de Janja.
Janja rápidamente volteó a ver que era lo que Kion tanto miraba, y al ver lo que era trago saliva nervioso.
—Vaya vaya... ¿que decías sobre los chacales? —Rei Rei apareció subiendo a una roca adelante de la hiena y el león.
—P-Pues... ¡nada! —sonrió nerviosamente Janja.
— ¿Que hacen en el territorio de los chacales? —preguntó bajando de la roca con una mirada molesta.
— ¡Ja! ¿Territorio de los chacales? Pero si este es mi territorio —gruñó Janja.
Kion se acercó a Janja.
Eh Janja... creo que no es tu territorio... —susurro el león.
Janja lo miro confundido y volteo a ver a todas partes y si, el león tenía razón: estaban en el territorio de Rei Rei. Se habían quedado hablando que no se dieron cuenta de por donde estaban caminando.
—Uh... —se quedó pensando Janja.
—Nos iremos —dijo Kion frunciendo el ceño mientras se retiraba, y justo Janja iba a seguirle el paso.
—Jajajajaja, no crean que se escaparan, de aquí no saldrán... —dijo Rei Rei.
—Al parecer quieres pelear —sonrió Janja —somos dos contra uno.
Rei Rei negó con la cabeza mientras reía.
—Te equivocas hiena... somos dos contra dos...
Atrás de Kion apareció Goi Goi.
—Sorpresa —dijo Goi Goi con una sonrisa.
Janja gruñó y rápidamente se abalanzó contra Goi Goi, y Rei Rei hizo lo mismo pero con Kion.
Rei Rei trataba de morder a Kion, pero el cachorro de León no se dejaba.
Es el líder de la guardia del león, el más feroz de las praderas, pero a veces no es fácil vencer a sus enemigos... y menos sin el rugido.
Janja logró sacarse a Goi Goi de encima.
— ¡Jajajaja! Aquí está claro sobre quién es más fuerte entre las hienas y los chacales —sonrió Janja mientras estaba encima de Goi Goi, a punto de morderlo, pero volteo a un lado a ver qué Rei Rei le estaba ganando a Kion.
La hiena se sentía feliz, por fin vería a su mayor enemigo morir... (aunque él no lo mate), pero luego recordó que Kion le había ofrecido su amistad, y todo su plan que tenía por delante... no podía permitir que lo mate... arruinaría todo...
Soltó a Goi Goi que este huyó rápidamente y se abalanzó contra rei rei, a lo que ella respondió con un grito asustado.
¡¿Acaso Janja estaba salvando a Kion?!
Janja se encontraba encima de Rei Rei mientras le mostraba los dientes gruñendo.
—Está bien, está bien, ¡váyanse! —pidió Rei Rei.
Janja sonrió y le dio una mirada a Kion para retirarse.
Rei Rei se levantó lentamente mientras procesaba lo que acababa de suceder.
¿Janja acaba de salvar a Kion?

—Janja... me... salvaste... —dijo sorprendido Kion.
Janja río.
—Pues... si, ¿no era que íbamos a ser amigos? —sonrió divertidamente.
Kion también rio, pero luego puso una cara nerviosa.
—Es que... pensaba que no te lo tomabas muy enserio... —sonrió nerviosamente.
Janja le sonrió... Aunque... temía que esta conversación llegara más lejos...
—Bueno, tengo que volver con mi clan, y tú a tus amadas praderas jajaja —río.
—Jeje si, ¿nos vemos mañana? —preguntó Kion.
—Mañana —asintió.
Kion le sonrió.
Una sonrisa amable y dulce. Como una señal del inicio de una nueva amistad.

A la mañana siguiente, Kion volvió a levantarse tarde, pero esta vez el mismo se despertó, no necesito de la ayuda de Ono.
Salió de la cueva y se topó con la garza.
— ¿Algún problema Ono? —preguntó Kion.
—Negativo, todo esta tranquilo en las praderas —contestó —creo que hoy no habrá ataques de desterrados.
Kion sonrió, al parecer Janja no atacará.
—Bien, dile a los demás que descansen por hoy, pero igual mantente atento ante cualquier caso —ordenó Kion.
—Afirmativo —y se alejó volando, dejando solo a Kion.
Al parecer en este día no iban a ver problemas... por ahora...

Kion camino por las praderas, mientras descansaba luego de jugar con Bunga con una fruta del baobab.
Estaba cansado.
Pero de pronto vio como alguien se acercaba a él.
No era el de la vista más aguda de las praderas, y le dificultaba ver quien era en realidad.
Hasta que se acercó lo suficiente para descifrarlo.
—Hola Kion —saludó con una sonrisa — ¿te puedo hacer una pregunta?

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