Tú Puedes Cambiar | La Guardia Del León

Capítulo 9: Desaparecido

— ¡Kion! —gritaba Bunga tratando de alcanzarlo hasta que lo perdió de vista.
Dejo de correr un rato y se tiro al suelo y empezó a respirar rápidamente, se había cansado de correr.
Luego de descansar un poco, siguió corriendo buscando a su amigo, y lo logro ver entrando a la cueva de la guardia del león.
—Kion... —susurro con una sonrisa al lograr verlo.
Entro a la cueva y vio a Kion frente al estanque de Beshte... con una mirada perdida.
A Bunga le preocupaba ver a su amigo así.
Se acercó con un paso lento y se sentó junto a él silenciosamente.
Kion se había dado cuenta de que el tejón mielero estaba a su costado, pero no movió ni un músculo.
Bunga, algo incómodo, empezó a mover sus pequeñas piernas, con un poco de nervios balanceándolas.
Dio un suspiro rápido y con sus pequeñas manos hizo un movimiento nervioso, hasta que decidió hablar.
—Kion... ¿estás bien? —preguntó.
—Si... —mintió el león.
—Kion... te conozco, soy tu mejor amigo, se que algo te preocupa, puedes decírmelo, prometo no contarle a nadie y ayudarte... hasta el fin de las praderas —sonrió.
Kion quería sonreír ante las palabras de su amigo, pero no tenía ganas... así que dijo...
—Es algo... complicado Bunga —suspiro.
—Tranquilo, lo comprenderé y te ayudaré —dijo.
Kion decidió decirle la verdad. Sin mentiras.
Igual necesitaba desahogarse con alguien.
—Bien... pero prométeme que no le contarás a nadie... ni a la guardia, ni a Timón ni a Pumba —advirtió Kion.
—Lo prometo —dijo levantando su mano en señal de 'prometer'.
—Bien... le ofrecí a Janja mi amistad —dijo Kion.
Hubo un pequeño silencio.
— ¿¡Que!? —exclamó Bunga.
—Si... es que... ven —se paró y se dirigió a una parte de la cueva con muchas pinturas. Bunga lo siguió y vio todas las pinturas de esa parte.
Si, toda esa parte con pinturas de todas las guardias del león, peleando contra el mismo enemigo: hienas.
—Si... hemos peleado contra chacales y buitres también, pero con el que más tenemos rivalidad son con las hienas —lo miro con el ceño fruncido —y yo quiero cambiar eso.
Bunga no sabía qué decir al respecto, pero luego encontró las palabras.
—Tranquilo Kion, es una gran idea, un poco loca... pero se que funcionará, y yo siempre estaré para apoyarte —sonrió.
Kion también sonrió.
—Gracias Bunga —agradeció.
—Hakuna Matata Kion —dijo.
El tejón mielero iba a salir de la cueva pero Kion lo paró.
—Pero... necesito tu ayuda —pidió.
—Claro, ¿en que te ayudo? —preguntó Bunga.
—Si escuchas a Fuli o a alguien más sospechar sobre esto, me avisas por favor —pidió.
—Claro Kion, vigilaré todo —puso su mano en su frente como si estuviera vigilando.
—Jeje gracias —agradeció de nuevo.

Kion vago por las praderas, ya más calmado luego de su charla con Bunga... le había tranquilizado.
Todo estaba bien... hasta que escucho una vocecita gritando su nombre.
— ¡Kion! ¡Kion! —gritaba.
Era Laini, que corrió y se puso en la boca de Kion, que este luego la quito suavemente.
— ¿Que sucede Laini? ¿Hay algún ataque? —pregunto.
—Ehhh no, solo que... ¡No encuentro a Kukosa! —gritó desesperada agarrando sus orejas mientras las jalaba asustada, como hacía de costumbre.
Kukosa era la pareja de Laini. Había "desaparecido".
Kion se sorprendió por lo que dijo Laini, no se lo esperaba; se esperaba de que hubiera un ataque o algo así...
—Guíame Laini donde "desapareció" —ordenó.
—Si, si, ven —dijo rápidamente nerviosa.

Laini dirigió a Kion al lugar donde decía que había desaparecido.
—El me dijo que iría por frutas, siempre va a este lugar, casi cerca a las lejanías...
—Las Lejanías... —pensó Kion.
—Pero nunca regresó —se aguantó las lágrimas.
—Mmm... déjame investigar sobre esto, por mientras anda con los demás galagos, no es seguro estar aquí por lo que acaba de pasar —dijo.
—E-esta bien Kion —dijo Laini retirándose.
—Mmm... —pensó Kion, y se le ocurrió una idea, tal vez Janja habría visto algo, le preguntará.

Llegó a las lejanías en la noche, y buscó a Janja.
— ¡Janja! —lo llamaba.
—Aquí estoy... Kion —dijo Janja encima de una roca alta mirándolo fijamente sonriendo.
—Baja de ahí Janja, tengo que preguntarte algo —dijo.
—Bien —dijo de mala gana y bajo — ¿qué pasa?
— ¿Viste a algún chacal o buitre atacando a un galago cerca de las lejanías? —preguntó levantando una ceja.
Janja se puso nervioso, el cachorro de León ya se había enterado sobre ese galago.
Él y su clan habían atacado a ese galago, y se lo devoraron.
—Ehh no, no he visto nada —respondió Janja, mintiendo.
—Oh... entiendo, bueno si ves algo, me avisas —sonrió nerviosamente.
Janja asintió y luego Kion se retiró.
Janja lo veía alejarse mientras sonreía malvadamente, ese cachorro de León se lo creyó. Pero... algo pasó dentro de él... se había sentido un poco mal haberle mentido...
Negó con la cabeza y gruñó y volvió con su clan.
No podía sentir pena... por Kion, ¿o si?
Lo que no sabían, era de que una hiena hembra los observaba.
Kion estaba con Janja. Hablando. En la madrugada. Sin ataques.
—Definitivamente es Kion —pensó.
Esa hiena, era Jasiri.
Ahora solo tenía que avisarles a Fuli y a Ono.

A la mañana siguiente, Kion se dirigió al territorio de Laini, donde ella se encontraba encima de un árbol, con una mirada triste.
—Mmm... ¿Laini? —la llamo.
—Oh, ¡hola Kion! —saludó — ¿y apareció Kukosa?
Kion suspiro.
—Laini... no... no lo he encontrado... y no creo que aparezca... lo lamento... —dijo triste Kion.
Le daba mucha pena Laini.
—Oh... ¿y cómo desapareció? —preguntó Laini.
—No lo se... tal vez fue atacado por chacales o buitres... —dijo Kion.
—O hienas —añadió Laini levantando un dedo.
Kion abrió los ojos sorprendidos, no podían ser las hienas, Janja prometió no atacar ni cazar...
—Bueno, me debo ir, te aviso cualquier cosa —dijo Kion retirándose nerviosamente, mientras Laini lo despedía con su manita con una mirada triste, sabiendo de que su pareja nunca iba a regresar...

...

Una hiena entró a las praderas, con una mirada preocupada. Corrió y se reunió junto a una cheetah y una garza.
—Tengo noticias... y no son buenas... —dijo la hiena.

Kukosa significa "desaparecido" del idioma suajili.