8. PÍDEMELO A MI.

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~~JO~~
Continúo sirviendo en las mesas, las chicas bailan y todo va como normalmente.

—Quiero dos tragos de bourbon —me pide un cliente con un amigo a su lado, anoto y voy por los tragos, Pat me los da para que se los lleve a los hombres que me sonríen amables.

Nadie más pide tragos y los que lo hacen son atendidos por las otras tres meseras. Son apenas las 10, recuerdo que Sheila quedó en mandarme las diapositivas de su parte de la exposición de mañana a las 9 de la noche así que voy hacia los camerinos para dejarla en leído y que no piense que me quede dormida.

Olivia y Marina están hablando mientras se cepillan el cabello, las otras chicas deben haber salido a hablar con los clientes.

Abro mi casillero para coger mi mochila, de allí saco mi celular para mirar el mensaje de Sheila a mi correo, le mando un mensaje por WhatsApp y manda un emoji de carita feliz, guardo el celular de nuevo.

—Déjanos solas un rato, por favor —escucho a Marina, miro hacia ella y se lo pidió a Olivia, le hace caso yéndose. Creí que era a mí.

Guardo mi mochila de nuevo y me paro detrás de Marina que está sentada mirándose al espejo.

—¿Qué necesitas? —curioseo mirándola a través del espejo, le acomodo un poco el cabello. Su mirada sobre mí es como la de una fiera a su presa.

—Nathaniel, ¿Es el jefe? —ensancha la sonrisa.

Trago en seco y mis dedos se quedan quietos entre sus cabellos. Cierto, le había contado.

—Descuida, no le diré a nadie, solo me gusta que apuntes alto, más allá del cielo —. Pongo mis manos en sus hombros.

—No sabía quién era cuando pasó, pero ahora que lo sé procuraré que no se me acerque.

—Note como se miraban —enlaza su mirada con la mía—, la mente no olvida algo que el cuerpo exclama tener —. Me río levemente.

—Sé que quieres que deje de ser virgen, pero esto no va a servir.

—Fue un simple consejo.

—No necesito consejos.

Se pone de pie plantándose frente a mí, lleva un traje verde y los labios negros.

—Y ahora te quiero pedir un favor.

Frunzo el entrecejo. Marina pidiendo un favor significa que hay un unicornio suelto en algún lugar.

—Si puedo hacer algo...

—Sí puedes, en realidad, este es un favor para Olivia, que dijo que no podía pedírtelo de nuevo —sé por dónde va esto—, pero yo sí, su mamá está en coma y no quiere dejarla, tampoco quiere hablar con el jefe porque es improbable que le dé un tiempo, te pido que la cubras por una semana, solo eso, para que pueda estar con su mamá.

—¿Y mi trabajo? —le cuestiono.

—Habla con el jefe, es posible que a ti te conceda ese favor.

—¿Acaso no escuchaste que no quiero que se me acerque? —le reclamo.

—Lo escuché, pero podrías utilizarlo un poco, por una amiga —comenta como si realmente se tratara de algo tan simple—, sabes que haríamos esto por ti y bueno, si no nos dejas ayudarte con tus problemas es porque no quieres, ahora mismo no estarías aquí.

Respiro hondo. Mi madre viene a mi mente, también viene la posibilidad de que la madre de Olivia no vuelva a despertar o le fallen los órganos y no pueda estar a su lado.

Odio ser así, dar todo y más por alguien que me importa, ser capaz de todo por alguien más pero no por mí.

—Voy a hablar con Nathaniel, para que la deje faltar una semana, pero no prometo nada.

LUMINISCENCIA (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora