4. CÚBREME.

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~~JO~~

¿Tienes miedo a no poder controlarte? su mirada me quema, su voz es un afrodisíaco.

Me río ligeramente y miro pierdo la mirada en los árboles.

Me gusta ponerte nerviosa afirma en voz baja.

«Dios...». Mantengo mi mirada en la ventana con miedo de que mis latidos se escuchen.

¿Podemos regresar? Tengo que ir al trabajo mi voz no refleja lo vulnerable que me siento.

Mírame pide con un tono autoritario.

Finjo que no escuché.

Mírame ya —repite.

Este es el momento en el que me mata y esconde mi cuerpo, nadie me va a encontrar...

Sí no me miras voy a ponerle seguro a la puerta y te voy a obligar a mirarme me advierte.

Algo me dice que eso es lo quiere. Me giro para mirarlo, se me corta la respiración cuando quedo a centímetros de su rostro.

«¿Cuándo se acercó tanto?»

Observo sus abundantes pestañas y cejas, eso es algo muy atractivo, mi mirada baja instintivamente a sus labios carnosos, sonríe y alzo mi mirada para encontrarme con sus ojos.

Me hiciste pedírtelo tres veces, ¿No mereces un castigo? sus dedos alzan mi mentón y mis labios se entreabren.

Este momento es tan irreal que necesito que alguien me pellizque.

No quiero alejarme a pesar de que sé que debo, sigue siendo un desconocido, un desconocido muy atractivo, pero un desconocido.

No creo que debamos estar tan cerca —murmuro. Mi estabilidad se bajó del auto y se quedó en el piso, el cuerpo me pide que lo bese, los labios me pican.

Su mirada parece estar incitándome a que lo haga y la tensión sexual nubla mis sentidos así que lo hago.

Sus labios no esperan a responderme, su otra mano va a mi nuca y me impide alejarme, la mano en mi mentón baja lentamente por mi cuello, nuestros labios saborean con ansias.

«¿Por qué besa tan rico? No quiero dejar de besarlo». Esto no es suficiente.

Como si me leyera la mente sus manos van a mi cintura y me lleva a su regazo, mis piernas quedan a sus costados, sus manos bajan a mi trasero en tanto mis manos van a su cabello, gruñe cuando le muerdo levemente el labio inferior, su miembro se restriega en mi sexo.

«¿Si lo dejo de besar como voy a verlo a la cara? ¿Y si seguimos como voy a verlo a la cara?»

Se mantiene besándome fervientemente y de la nada me alejo, sus manos suben a mi cintura, respiramos agitados.

«¿Qué se supone que hago ahora?»

Tengo que irme al trabajo recuerdo en voz baja, sus ojos siguen mirando los míos, solo que ahora son pasión pura.

¿Dónde es? Voy a dejarte sus labios van a mi cuello y chupa mi piel, reparte besos.

Me pierdo en eso, todo el auto tiene su fragancia que es exquisita.

En el gme quedo callada—, solo déjame en la parada del autobús más cercana.

Una de sus manos se mete bajo mi camiseta, va a mi pecho y lo estruja levemente por sobre mi brasier que es de tela, al notarlo su pulgar acaricia y presiona mi pezón.

LUMINISCENCIA (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora