11. Mi sta solo infastidendo, giusto?

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yj.

Era graciosa la manera en el que las cosas se habían torcido estos últimos meses.  Se acercaba el otoño, esta época era la que menos me desagrada, amaba el otoño. Mire hacía atrás, recordando el otoño del año anterior, y comparándolo con el presente, deje escapar una sonrisa de manera inconsciente. La vida era tan cómica.

En este momento me encontraba observando desde debajo de las gradas al cierto castaño de personalidad retraída y complaciente.  Se encontraba charlando animadamente con el desagradable enano pelirrojo. Él reía mucho cuando estaba con él. A mi me gustaba oír como el chico reía, tenía una risa ruidosa pero bastante característica, mi mente no había tardado en relacionar su risa con su rostro. Creo que podría reconocerlo a kilómetros de distancia.

Molestarlo se había vuelto la razón por la cual me emocionaba ir a la Universidad estos últimos meses. Suspire al recordar como trataba de luchar estando acorralado por mi, como jadeaba cuando mordisqueaba su cuello, como se sonrojaba cuando tocaba sus labios con mi pulgar. Me di cuenta de que el chico tenía una clara tendencia a dejar que todos se aprovecharán de él de alguna u otra forma, no había cambiado mucho con el paso del tiempo.

Parecía no tener una fuerza de voluntad propia. 

Observarlo era uno de mis pasatiempos favoritos.

Nunca comía nada con mucha salsa, también descubrí que siempre llevaba un bálsamo labial transparente en el bolsillo, eso explicaba el por qué sus labios siempre tuvieran un brillo muy provocativo. Noté también que siempre pedía el mismo sabor de jugo en la cafetería, uva. También tendía a usar muchos suéteres, demasiados, de diferentes colores y tamaños, nunca lo había visto con una camiseta de mangas cortas a decir verdad. También parecía tener una colección envidiables de tenis y calzados deportivos.

Era alguien sencillo y bastante ordinario en cuanto a ropa. Totalmente opuesto al estilo que yo tenia.

Era bastante inteligente, y por eso de dar tutorías en la Universidad en algunas materias como química y inglés se le daba bastante bien. Hasta ahora, tenía a pocos a quienes daba tutoría. Uno de ellos era el liliputiense inoportuno con el que siempre hablaba, y el otro era un chico de su salón de química.

En este momento me encontraba esperando el momento en el que él quedará sólo, para poder arrástralo hasta aquí, y jugar un poco.

Cosa que pasó más rápido de lo que esperaba.

Ya que el pelirrojo tenía unas charlas a las que debía asistir, según escuché. Se fue, dejando sólo a su indefenso amigo. Sonreí, y lo más rápido que pude salí de ese lugar.

Kai se sorprendió en un instante al verme salir de debajo de las gradas. Sin decir nada le tomé de la muñeca y como era de esperar, Huening simplemente se dejó guiar por mi. Protestando todo rato cosas como "Estamos afuera, Yeonjun-hyung" "¿No será peligroso?" "¿Y si nos ve alguien?" y más tonterías.

No me importaba. Nunca me ponía a pensar en la coherencia de mis acciones en momentos como este. No me cuestionaba. Simplemente me gustaba, y lo hacía. Sin importar que sea. ¿Quizás eso era demasiado... gay? Quizás, y la sola idea me daba náuseas, pero tales emociones desaparecían cuando me encontraba besando a  Kamal.

—Hoy enserio no puedo quedarme aquí Yeonjun-hyung— dijo cuando lo acorralé debajo de las gradas. Yo sonreí al escucharlo.— Tengo clases...

Era mentira, yo sabía que él no tenía clases y que él simplemente se quedaba a esperar a que el enano saliera  para poder irse juntos a casa.

—¿Con qué tienes clases, eh?.— él pareció darse cuenta de que no me estaba creyendo nada de lo que estaba soltando como excusa.

—¿Por qué haces estas cosas tan raras, Hyung? Creí que a ti no te gustaban los hombres...—soltó cuando acorralé sus manos arriba de su cabeza. Yo sonreí ante lo que dijo.

—Y no me gustan... Me dan asco—y no estaba mintiendo.

—Sí sabes que yo soy un chico... ¿Verdad?.—susurró, temeroso.

Me carcajeé. Dios, era tan gracioso.

—Claro que sí, no es tan difícil darse cuenta de eso.

Y por fin, él me dejó libre acceso a su cuello, ya manchada de mis otras mordidas, estaba tan orgulloso de cada una de ellas. Empecé a lamer las marcas, lentamente. Lamí la extensión de su cuello hasta parar en el lóbulo de su oreja y morderlo. Como esperaba, Kamal siempre suspiraba, jadeaba o se estremecía cuando llegaba a ese punto. Esta vez sentí su cuerpo y sus manos temblar.

Esa vez, no se porque razón decidí mirar su rostro. Oh santo infierno.

Él tenía los ojos acuosos, mejillas rosas, y se encontraba mordiendo levemente su labio inferior, también respiraba de manera alterada. Estaba temblando, y tenía los ojos entre cerrados, inconscientemente me acerqué a su rostro, sentí su aliento en mi boca, este olía a caramelo de uva barato, relamí mis labios. ¿Qué estoy por hacer?.

Sin darme cuenta me encontraba mirando sus labios, estos estaban brillosos y húmedos a causa de su lengua que se paseaba de manera constante por éstos. Yo hice lo mismo que siempre hacía, lleve mi pulgar a su labio inferior, apreté este entre el pulgar y el índice. Tenía el corazón latiendo descolocado cuando, por fin después de mucho, lo hice. Besé a Hueningkai, maldición, lo hice, nunca lo había besado.

Él quedó paralizado.

Mientras yo chupaba su labio inferior, y lo tomaba del mentón para que abriera la boca, no quería llegar tan lejos, pero metí mi lengua, y maldición, el interior de su boca sabía a uva, yo sentí como mi mente se nublaba, él intento alejarse. Yo no se lo permití, quizás debería alejarme, pero mi lengua se topó con la suya y santo cielo, sentí como Hueningkai correspondió a mí moviendo su lengua, muy despacio. Y yo, no me resistí a meter más adentro mi lengua, saboreé el caramelo en su lengua.

El me aparto bruscamente, me miro horrorizado, las palabras se quedaron atorados en su garganta, echo a correr lejos antes de que yo pudiera reaccionar.

Maldición, que fue lo que hice.


'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora