47. Il vulcano sveglio.

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Yj.

—¿En serio no piensas salir hoy? ¡Vamos! Superalo, es una guitarra, amigo... —Rodé los ojos, Seokjin del otro lado de la línea seguía balbuceando palabras que por supuesto que deje de escuchar hace rato. Seguro no era más que un discurso inspiracional ridículo que no estaba dispuesto a escuchar más de una vez por día. Le colgué mientras seguía hablando y apague el celular, para luego tirarlo en uno de los cojines del sofá detrás de mí.

Ya era miércoles, dejé de ir a la escuela desde el lunes de la semana pasada, luego de encontrar a mi guitarra en el bote de un parque cerca del lago, ni siquiera devolví la bicicleta que había tomado prestado de algún sujeto desconocido. Vine directo a casa y me dediqué a vivir como un parásito desde ese entonces. Comía, iba al baño, si mi padre me lo exigía me bañaba, luego salía de mi cuarto para pasar el resto de la tarde en la sala, fumando o bebiendo, razón por la cual mi padre se enfurecía después de llegar del trabajo y encontraaba botellas y latas de cerveza y vino barato esparcido por toda su sala, además del olor del tabaco impregnado en las cortinas y cojines.

Vivía con la expresión en blanco, y pensaba seguir así hasta que la rabia me poseyera y tuviera los huevos para salir y hacer algo al respecto.

Hasta que esa misma tarde de un miércoles el timbre sonó, en un primer instante, supuse que sería algún vendedor por lo que no hice caso y ni me inmute, mientras seguía calando de un cigarrillo, seguí con mis ojos fijos en la televisión. Pero la voz de Soobin ordenando que le habrá la puerta me obligó a levantar en trasero del suelo, al abrir la puerta tuve que entrecerrar los ojos por la iluminación exuberante de las tres de la tarde, a diferencia de lo lúgubre y a oscuras que estaba la sala.

—Al fin, creí que tendría que tirar la puerta abajo —Se auto-invitó y entro a la casa empujándome para pasar, rodé los ojos, más no dije nada, simplemente cerré la puerta y le imite la acción al sentarme en el sofá—Oye amigo, siento lo de tu guitarra, sé que era especial para ti... Un momento ¿Eso es tabaco? ¿No que habías dejado de fumar?.

Le dedique una sonrisa cínica—Pues fíjate, estoy fumando nuevamente.

Rodó los ojos—Como sea, siento lo de tu guitarra.

—No tiene caso que lo sientas, no me la trae de nuevo —termine de fumar el cigarrillo para después de sacar otro de la cajilla que había dejado encima de la mesilla.

Después de un silencio, Soobin soltó—Te extrañamos en la universidad.

—Lo dudo... —él me dio un golpe en el antebrazo.

—¿Qué te sucede? ¿Es ese pozo vicioso de miseria en la que te undes por periodos indeterminados?

Me encogí de hombros, Soobin, a pesar de no conocerme de toda la vida, sabía perfectamente lo que tramaba con sólo verme, lo que me sucedía sin ser explícito en ello, él tenía una intuición poderosa, pese a eso, jamás intentaba determe de hacer estupideces, y aunque tuviese todo el derecho, nunca dejaba de hablarme después de cagarla. Era un buen amigo. En el fondo aunque no lo dijese directamente, lo apreciaba mucho.

—Vamos amigo, no me jodas que te vas a dormir —Soobin se quejó cuando me vio recostar la cabeza en el respaldo del sofá y cerrando los ojos mientras el cigarrillo descansaba en mis dedos—Dame conversación, no me dejes así, anda...

—No estoy de el mejor humor del universo, Choi —le solté, con la esperanza de que se fuera resignado de nuevo por donde vino—Ademas... ¿No deberías estar en clases? Son más nueve de la mañana y es miércoles...

—Lo dice el sujeto que ya por su segunda semana de falta.

—Tengo mis razones —Respondí sin más, mientras seguía con los ojos cerrados y la cabeza recostada en el sofá.

Él no discutió ni indagó en eso, ya que era obvio a lo que me refería. Pero al abrir los ojos ligeramente para mirarle mientras me llevaba el cigarrillo a los labios ciertamente él parecía algo hostigado y ofendido, no lo sabía exactamente, pero es lo que me daba a entender con esa expresión en su rostro, con las cejas arrugadas y los labios en una mueca, mientras me miraba como si estuviera por arrastrarme a alguna fiesta mal montada a las afueras de la ciudad.

—¿Qué tanto miras de ese modo? Te echaré si lo sigues haciendo...

—¿No piensas hacer algo al respecto? Que esto no te consuma, hombre —cerré los ojos nuevamente, soltando un resoplido.

—Pienso hacerlo —Solte un bostezo—Pero por el momento no. Me siento miserable, Soobin. Sabes que de chiquillo he trabajado mucho por esa guitarra de segunda mano, fue lo primero que compre después de mis primeros arduos meses de trabajo. Gracias a esa guitarra no me volví loco cuando mi madre aún vivía aquí, me acompañaba, gracias a esa guitarra descubrí muchas cosas de mi persona, gracias a esa vieja guitarra conseguí un trabajo que me gusta con una paga decente.

Él no dijo nada, lo agradecí internamente por ello, ya que ya era lo suficientemente bochornoso hablar sobre esto de esta manera en voz alta con una persona presente. Pero sentía que explotaría si no lo saltaba, pero era agobiante, tanto que mis ojos empezaban a picar y la garganta empezaba a rascar con molestia, entrecortando mi voz al hablar. Quería llorar, lo necesitaba.

—Es lo único en lo que no apesto tanto, e incluso en eso apesto, pero me hace sentir bien ¿Sabes? —Sentí las primeras lágrimas deslizarse por mi mejilla, miré hacia otra dirección, Soobin palmeó mi hombro delicadamente—Es tonto llorar por una guitarra, hay montones, y quizás pueda conseguir otro mejor, pero ya le había tomado cariño a ese vejestorio—sonreí con tristeza y me tragué las lágrimas, secándomelas con el antebrazo.

—No insinues tal estupidez como que eres malo tocando la guitarra, porque no es así, créeme...—Sonreí, a Soobin le había costado decir aquello, lo sabía, normalmente no era de demostrar aprecio, apoyo o hermandad de manera verbal, por lo que el hecho de que se estuviese esforzando por animarme en lo más mínimo realmente significó un gran detalle para mí—... Te ayudaré a llegar al fondo de esto, y atraparemos al inútil detrás de esto.


.....

Hk.

La adrenalina que sentí en el momento en el que yo y Taehyun salimos del edificio de la facultad con la guitarra en manos fue inexplicable, fuimos veloces después de todo, al menos estaba seguro un noventa por ciento de que nadie nos había pillado o visto de algún modo. Ese día no asistimos al resto de las clases, Taehyun me dio el privilegio de destruir la guitarra mientras el lo filmaba, en el segundo me sentí culpable por lo que estaba por hacer, lo sentía un acto muy cruel, pero lo único que tuve que hacer para recuperar toda aquella furia y sed de venganza fue recordar todas las volteretas mentales que tuve gracias a Yeonjun.

Todas las veces en las que él me pegaba, me molestaba, y se burlaba de mi en mí propia cara. No necesite nada más que recordar eso y una fuerza que desconocía que al parecer tenía me llevo a estrellar el instrumento por el suelo de cemento del vacío parque.

Una y otra, y otra, y otra, y otra hasta dejar al objeto como un inútil cúmulo de piezas rotas e inservibles.

Cuando aquella desconocida furia se esfumó de mi pecho y mi yo normal y fuera de cualquier tipo de insano temperamento volvió, cuando volví a ser yo, y vi el vídeo filmado por Taehyun, me vi a mi en aquella faceta que desconocía por completo, temí de mi mismo.

Era como un volcán dormido.

'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora