6. Scherzo sgradevole.

972 161 122
                                    


hk.

Ya había pasado dos meses desde que las clases habían comenzado, y digamos que las materias en administración de empresas no eran tan complicadas, pero habían otros problemas a los que tuve que enfrentarme.

Y ese problema venía acompañado de un dejavú y tenía nombre y apellido; Choi Yeonjun. Él no paraba de meterse conmigo, en clase, en el almuerzo, en el baño, he incluso se metió en las mismas clases curriculares para molestarme. Siempre compitiendo conmigo, llamándome "ratito" u otros insultos a los que ya estaba acostumbrado, en frente de todos.

Sus amigos tenían poco o nada que ver, pero era algo decepcionante que no hicieran nada por defenderme después de haber hablado toda una tarde juntos. Él único que hablaba conmigo de forma constante era Soobin, hasta se sentó conmigo en las gradas cuando me vio sólo. Era agradable hablar con él, aunque no me ayudará cuando su amigo se estaba metiendo conmigo.

Justo como hoy, día en el que Yeonjun me acorralaba contra la pared para pedirme dinero, dinero el cual no tenía. Y Soobin y su otro amigo, Woozi, fingían no ver nada de lo que estaba pasando a una considerable distancia.

—No me gusta insistir, rarito, así que dame los cinco wones que te estoy pidiendo—me amenazó por tercera vez, apretando su mano que tenía rodeando mi cuello.

—Y-ya te dije que no tengo cinco wones, t-tengo un dólar, si quieres te puedo dar eso— logré decir casi sin aliento, pero él volvió a apretar alrededor de mi cuello. Se acercó horriblemente.

—¿Y eso a mi de que me sirve...?—bruscamente soltó mi cuello, y agarrado de mi camisa me tiro al suelo.—¡Será mejor que para mañana tengas al menos cinco dólares o te vas a arrepentir!—y se marchó, Soobin se quedó atrás para mirar si me encontraba bien. No se acercó pero pude ver que quiso hacerlo, luego simplemente se fue.

Mientras tanto yo lloraba y tosía en el piso, era ridículo. Ya tenía dieciocho años, ¿Porque estas cosas seguían afectándome? Se supone que ya lo había superado. Sentí las manos de Yeonjun en mi cuello.

Saqué el móvil del bolsillo para ver, y si, como sospechaba, tenía la marca de sus manos en mi cuello, demasiado notorias como para esconder, hasta estaba seguro de que dejaría moratones.

Mientras sollozaba incapaz de levantarme, observé unas converse negras acercarse a mi lado. Levanté la cabeza hacía arriba, un chico pelirrojo me miraba con curiosidad desde arriba.

—¿Por qué dejas que te trate así?—preguntó poniéndose a mi altura. Yo retrocedi con temor, ¿Cómo me aseguraba de que no se burlaria de mí o algo incluso peor?—Hey, tranquilo, vine en paz—levantó las manos y se alejó un poco, sentándose a mi lado en el suelo.

—¿Quien eres?—pregunté con recelo, sonándome la nariz con un pañuelo que tenía en el bolsillo.

—Soy Kang Taehyun, y te he estado observando un buen tiempo, hombre... y vaya mierda la tuya, ¿Porque ese idiota es así contigo?.

—Larga historia, yo simplemente no le agrado—sonreí algo nervioso, junte mis manos para poder calmarme.

—Creo que deberías darle una buena paliza— dijo con algo de coraje.

—Mmmh... Yo no soy bueno en esas cosas.

—¿Cómo te llamas?—preguntó para luego procedió a ofrecerme unas chocolatinas.

Yo acepté las chocolatinas—Me llamo Kai Kamal Huening.

—Que nombre tan curioso—mencionó mientras él se llevaba otras chocolatinas a la boca—Es obvio que no eres coreano. ¿Eres norteamericano o algo así?—asentí sonriendo.

—¿Cuantos años tienes?.—pregunté con verdadera curiosidad.

—Diecinueve. Tu dieciocho... ¿verdad?.

—¿Cómo lo sabías?

—Bueno a decir verdad, investigue un poco sobre ti—dijo con algo de pena—Te vi por primera vez en la cafetería, te iba a invitar para que me acompañaras pero ya tenías de compañía a los mister idiotas.

Solté una risa. Había dejado de llorar hace rato. El resto de la tarde me la pase hablando con Taehyun, teníamos mucho en común, él había vivido en New Orleans durante cuatro años, y dijo que conocía a Yeonjun porque trabajaba en el bar de su tío. ¡Hasta intercambiamos números! Me acompaño a casa y me prometió que iría al día siguiente recogerme para ir juntos a la Universidad ya que él vivía a unas cuadras de mi casa. También prometió que iba a cuidarme de Yeonjun.

Esa noche dormí feliz, quizás Taehyun sea un buen consuelo luego de amargos encuentros. De todos modos, al día siguiente, por si las dudas, lleve conmigo cinco dólares y diez wones.

'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora