'di nuovo tu?' ─yeonkai.

2. Ti ricordi di me?.

hk.

¡Sabía que no era buena idea dormir tan tarde! Pero es que no podía si quiera cerrar un ojo debido al jetlag, estos últimos años, había estado estudiando en el extranjero, y en los últimos meses del año pasado, mi padre se había quedado sin voluntad para enviarme capital, debido a que una de mis hermanas también había empezado con la parte pesada de los estudios, yo me ofrecí a regresar, mi padre me inscribió a duras penas en una Universidad decente pero bien llevada, y con "bien llevada" me refiero a que era una más barata.

Volar desde Hawai, hasta Seúl fue agotador ¡Una semana y aún no se me había pasado el jetlag! Odiaba viajar en avión, la cuestión es que todo eso tuvo un no tan agradable desenlace.

Ahora me encontraba implorando casi de rodillas a mi nuevo profesor, y por si fuera poco este no se dignaba a creerme, bueno, tampoco es que estuviera diciendo la verdad, pero ¡No había llegado tarde apropósito! Él debería notar mi arrepentimiento.

Además ¿Qué clase de maestro universitario perdería el tiempo con algún alumno que llegaba tarde? Ni que fuera la preparatoria.

¿No se supone que en las universidades entras y sales cuando se te da la gana?

Todo empeoró cuando dos chicos detrás de mi llegaron como Pedro por su casa, escuchaba que uno de ellos se reía de mí, cuando ambos estábamos en la misma situación, supuse que no era una persona muy agradable.

El tal profesor Lee, muy molesto, nos dejó a los tres por nuestra cuenta en el pasillo.

Genial, simplemente fantástico...

—Bueno, era de esperarse, ese hombre es de los únicos profesores en el mundo que se preocupan por hacer un teatro por estas cosas, siempre está de mala leche— Mencionó el bajito encogiéndose de hombros ¿Cómo es que no estaba ni un poco preocupado?

—No puedo creerlo...—Dije yo en un susurró inaudible, estaba algo cansado y más con toda esta gritadera innecesaria, hizo que la sien me empezará a latir. Me senté en el suelo, esperando a que sea la hora para ir a mi siguiente clase, después de todo es lo único que me quedaba.

Ambos chicos frente a mi hicieron lo mismo, pero del otro lado del pasillo, recostados de la otra pared.

—No hay nada de qué preocuparse, ¿verdad, Hueningie?—Abrí mis ojos con incrédula sorpresa, levanté la cabeza con lentitud, enfocando mi vista hacía el chico que había dicho aquello—¿Aún te acuerdas de mí, verdad, Kamal? Tu nombre aún se me hace ridículo, por si se te había olvidado.

Claro que sí era él, por un momento dude de si había escuchado bien.

Oh no... ¿Y ahora que?.

El más bajito sólo se limitó a reír aunque no entendía nada. Intercalando su mirada entre el chico peli-rosa a su lado y yo.

—Un gusto volver a encontrarte, Yeonjun-hyung—Solté, con la intención de calmar las aguas entre él y yo. No tenía ganas de caerle mal por lo que sea esta vez, ya no quería problemas como los de la vez pasada. Sonreí lo mas amable que pude, Choi simplemente me miro, y soltó una risita, altanero e incrédulo.

—No me llames "hyung"—respondió él con sequedad.

—¿Cómo prefieres que te llame? ¿"Yeonjun-ssi"?—Pregunté, con intención de aligerar la tensión, que hasta el chico bajito que se encontraba cerca de Yeonjun, había empezado a sentir, a pesar de no tener idea de que pasaba.

—Ustedes dos parecen conocerse ¿Me equivoco?— Preguntó el  chico con una sonrisita tensa.

—Ni te lo imaginas— Soltó el peli-rosa.

Luego sin poder más con la presión, tomé mi mochila con prisa y me levanté.

—Un gusto, pero me tengo que ir—dije con una apurada reverencia, y sin escuchar o prestar atención a lo que sea que hayan dicho, me fui de allí con apresurados pasos, que a la larga se transformaron en zancadas.

Una vez estuve lo suficientemente lejos, suspire con alivio.

—No, otra vez no— solté maldiciones mentales.

Choi Yeonjun, el chico que se la pasaba atormentado mis recreos, el que se la pasaba jugando con mis loncheras, el que me empujaba en los pasillos, el que me golpeaba en los baños, el que aprovechaba cada mínima oportunidad para humillarme, la razón por la cual me alejé de todo y todos.

Sé que era infantil quebrantarse por esto, quizá había cambiado. Bueno, tal parece que no...

Después de tantos años, de nuevo él.