13. Ricorda che ti amo.

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Maldición, si era él. Claro que era él. Cuando nos despedimos me prometió que cuando por fin tuviera un teléfono conseguiría mi número y lo primero que haría con su nuevo celular era llamarme. Quedé sonriendo como idiota, y ahora el que reía era yo. No podía creerlo.

—Me encanta volver a escuchar tu risa, es reconfortante —soltó. Yo sonreí.

—Hola también, Christ —dije risueño, era lo que tenía hablar con él, me convertía en una masa, totalmente moldeable, incluso más de lo que normalmente era.

—¿Qué tal todo por la gran Seúl? —preguntó, de fondo se escuchan las olas del mar, chocando con la arena en la playa. Como quisiera regresar.

—Bien, no me quejo... —del otro lado escuché como él chasqueaba la boca.

—Oh no, cuando Hueningie dice eso, quiere decir en realidad no todo anda bien, ¿Es así?—Esto solía ocurrir con frecuencia cuando estaba con él. A sus ojos, era sencillo leerme, era como un cuento para niños. Simplemente reí, mientras jugaba con el jabón en la tina.

—¿Por qué siempre haces eso? —dije apenado, él rió—Porque no hablamos de que por fin... tienes un nuevo celular.

—Ah eso, no es la gran cosa, de hecho es frustrante, y algo decepcionante, no me veo tan bonito como tu cuando lo tengo en manos— Lo sentía de nuevo, mis mejillas ardiendo, y eso que ni siquiera estaba conmigo.

Yo reí ante su comentario. Él solía decir que yo me veía bonito cuando tenía el celular en manos. Eran cosas ridículas o incluso tontas en las que solamente él podría fijarse.

—No digas esas cosas, me apenas.

Mi relación con él era algo confusa, pero no era estresante, al principio era esas relaciones en las que él me decía un montón de cumplidos y yo apenado me sonrojaba a cada de una de ellas. Y luego él simplemente empezó a acercarse, más de lo usual. Venía a mi departamento a dormir seguido, jugábamos por horas a la consola, luego él intentaba cocinar algo. Y digo intentaba, porque al final siempre pedíamos pizzas, con piñas por que a él le gustaban así.

Luego pasamos a una relación en la que él, antes de dormir, me besaba, y mucho, me animaba a corresponder dando suaves lametones en mis labios, y yo con nerviosismo y cero experiencia, correspondía de manera vergonzosa, él siempre sonreía por esto, y luego simplemente él tomaba el control, poniendo su mano en mi nunca, y guiando mis movimientos.

Él nunca mencionó algo de lo que éramos, simplemente comenzó a hacerlo desde algún punto.

Al parecer a la gente nunca se molestaba en avisarme que empezarían a besarme de manera constante.

Mis mejillas se teñián de rojo cuando mi mente recordaba aquella noche en la que el beso nocturno había escalado al siguiente nivel, me moría de la vergüenza recordar mis torpes acciones, él sabía que yo era un novato, yo incluso en ese momento le advertí que quizás no seria muy divertido tocarme y hacer eso conmigo en general. Recuerdo que él simplemente se carcajeo por esto, y calló mis parloteos dándome un beso.

Ah, hyung... No estoy seguro de quieras hacer esto conmigo— dije con la cara ardiendo de vergüenza, mientras Chan-hyung se quitaba la camisa estando encima de mi—Soy algo torpe, además nunca lo he hecho, ni siquiera con una chica, quizás no sea muy divertido.

Observé como empezó a reír, creí que había dicho algo ridículo, mientras el brillo en sus ojos me dijo que todo está bien.

—¿No puedes dejar de ser tierno ni en un momento como este?—cuestionó terminado de quitarse la camisa, ver a Chan-hyung sin camisa no era algo nuevo para mí, pero en esta ocasión parecía darme más pena de lo normal— Sólo relájate, y disfrútalo, dime lo que te gusta y lo que no, también quiero que disfrutes esto.

Ante lo que el dijo, me encogí de hombros, frunciendo los labios, no me consideraba tierno, si no más bien torpe y algo retraído, pero él desde el primer día me dijo que era muy tierno. A lo cual yo jamás sabía como responder.

De repente el se acercó, colocando una de sus manos en mi rostro, sosteniendólo, mientras con la otra mano se sostenía para quedar encima de mi. Luego de estar mirando mis labios como normalmente hacía, me beso, y este beso fue algo diferente a los que él me había acostumbrado.

Este tenía mas movimiento, utilizaba su lengua, así que yo también lo hacía, él chupaba, mordia y jugueteaba con mi boca, yo gracias a mi vergüenza, inexperiencia y el hecho de estar abrumado por tantas emociones apenas y movía mi lengua. Esto de la primera vez era todo un caso.

Empezó a bajar, sentí su lengua en mi cuello, lamiendo ese lugar con insistencia, para luego morderlo, subía y bajaba, pasó desde mis clavículas hasta un punto en donde se me hizo imposible retener los  sonidos que querían salir, él lamio y mordió el lóbulo de mi oreja. Sentí como él sonreía, ya que sentí su aliento chocar con mi piel húmeda.

Siempre me he preguntado cuales eran tus puntos frágiles, Hueningie, y al parecer ya encontré uno—susurró cerca de mi oído, erizando mi piel. Rayos, en este momento mi cara ha de estar extremadamente roja.

Esa noche él simplemente hizo lo que quería hacer conmigo, y yo se lo permití. Luego de eso, él tomo un poco de más de distancia, claro que siempre estaba conmigo, hasta que por fin, una noche cuando estábamos por dormir, fui yo el que dio el primer paso.

hyung...—susurre mientras me acomodaba encima de su pecho. Él murmuró algo dando a entender que me escuchabahyung...

—¿Qué sucede, Kai?—respondió con los ojos cerrados, mientras acariciaba mi cabeza.

— Creo que quiero hacerlo...—él abrió los ojos, yo sonreí y con rapidez y agilidad que desconocía de donde habían salido, me subí encima de él, sentado encima de sus caderas, y con las manos en su pecho.

Dios, que vergüenza.

—Y Hueningkai... Espera con ansias tu cumpleaños, porque te aseguro que valdrá la pena.—No entendí en un principio lo que quiso dar a entender. Pero luego de terminar la conversación y colgar, salir del baño, vestirme cómodamente y acomodarme en mi cama.

Entendí que quizás él tenía planes de venir para acá por mi cumpleaños.

'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora