20. Entrambi perdenti.

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—Pesas como mil demonios...—Mencioné sin aliento cuando al fin deje caer el cuerpo del castaño en el sofá de su apartamento, el cuál no quedaba tan lejos del bar, y el cuál se supone que compartía con Yoongi, cosa que era extraño, ya que ahí no había visto nada del pálido, ni siquiera su batería—... ¿Te han bateado, eh?.

—Cierra la boca, él no me ha dejado—Respondió furioso, me sorprende que las personas sean tan caprichosas al no aceptar lo obvio. Rodé los ojos—Él sólo necesita pensar y un poco de espacio.

—¿Por qué insistes con él? Es obvio que literalmente te mando a volar en público...—Escuché un resoplido de su parte, quizás no era el momento de decirle todas estas cosas, pero si es que no las decía ahora, quizás luego se me olviden—... ¿No tienes dignidad?.

—Yeonjun... si sigues hablando, te estas ganando una buena patada...—Dijo mientras se incorporaba. Yo sonreí.

—Veamos si si quiera puedes mover los dedos después de que los destrozos que hiciste hoy en el bar—Respondí altanero, confiado en que el chico no podría mover sus manos en una semana—Vamos, recuéstate... te vendare esas manos...

Él obedeció maldiciéndome, yo negué, era tan inmaduro—Ya veo porque Yoongi te mando a volar...—dije para mí mismo, pero de alguna forma, logró escucharlo.

—Te escuché—afirmó—Espero que estés agradecido de que mis manos sean inútiles ahora, de no ser así, te hubiera arrancado esa ridícula melena rosa que tienes—Rodé los ojos. Me gire hacía él, tirando encima de su estómago la botella de alcohol y un pedazo de tela que arranqué de una de sus camisetas para la venda, él se encogió, más no dijo nada.

—Estas tentando tu suerte, dentudo—le amenacé, apuntándolo con el índice—El que puede arrancar melenas ahora aquí, soy yo, así que silencio—él me miro con cansancio, más tampoco dijo nada—Debes aceptar que a veces eres todo un capullo, y que yo sólo estoy haciendo esto porque me das pena...

Me acerqué a la orilla de la cama, en donde él estaba, me senté a su lado, y empecé a limpiar la sangre de sus nudillos con el alcohol, para luego vendarlos con la tela negra. Me despedí al terminar y me fui de ahí lo más rápido posible. Lidiar con un despechado alcoholizado era todo un tema, y más si tenía la afilada lengua de Jeon. Él no paro de insultarme hasta que me despedí, metiéndose con mi pelo, en especial, con mi preciosa melena, la cual siempre acostumbraba a llevar en una semi coleta.

Me alegré al recordar que; tenía un nuevo tutor.

Reí, era obvio que no lo había solicitado para estudiar, simplemente quería fastidiarlo, y quizás aprovechar y hacer que me haga las tareas.

También lo hacía para molestar a Soobin, y al amigo de Huening, en especial a ese idiota.


'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora