33. arrivederci, maglione azzurro.

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yj.

—Eres patético por sorprenderte, tú sabías que no me quedaría sin hacer nada por lo de esta semana.

—Tú eres el patético, ¿Acaso estabas asustado?.

En el fondo me sorprendí, generalmente, no solía ser tan suelto de palabras, solía quedarse callado, temblando y lloriqueando, pero al parecer, hoy mo era un día común. La expresión de desafío en sus rostro logró molestarme, ¿Qué estaba pasando? ¿Tramaba algo?.

>>—¿Estabas asustado, hyung?.—Lo suave y seguro que sonó su voz en mi cuello logró molestarme también.

Tomé su rostro con mi mano derecha, estrujándola para que no diga ninguna palabra.

—No te tengo miedo, Hueningkai.

Él liberó su rostro de mis manos, y volvió a mirarme desafiante.

—Yo ya no te tengo miedo, Yeonjun.—Era la primera vez que le escuchaba que me llámase por mi nombre, sin ningún honorífico al lado.

Nuestros ojos conectaron, por primera vez en la noche, sin poder separarlos del otro. Entonces Hueningkai hizo algo que jamás creí que se atrevería a hacer, sin previo aviso tomo mi rostro en sus manos, y sin rodeos, pegó mis labios con los suyos. Pensaba apartarme en ese momento y romperle la nariz, pero cuando él, sin pensarlo dos veces, metió su lengua hasta el fondo de mí boca, no pude apartarme.

También utilicé mi lengua, comenzando una no muy discreta batalla entre ambos, los chasquidos de nuestras bocas juntas, ese sonido, quedaría grabada en mi cabeza por un buen tiempo. Hueningkai se esforzaba por ganarme, dandome una buena batalla, pero a pesar de eso, no logró comandar el beso que el mismo inició, gimiendo resignado cuando mordí su lengua de manera brusca, incluso logrando sacar sangre.

Al separarme, observé la imagen de Hueningkai, el cabello revuelto y los labios hinchados, y más rojos de lo normal, demasiado tentador. Sus ojos brillosos lo hacían lucir somnoliento.

De repente él se incorporó y volvió a juntar nuestras bocas. Maldición, joder, quise mandar todo a la mierda cuando enrosco sus piernas a mi cadera, joder, no.

Rompí el beso, me separé y me incorporé, él lucia desorientado y confundido.

Luego por alguna razón, el muy idiota, soltó una carcajada.

Fruncí el ceño.

—¿Qué es tan gracioso?.

A duras penas, él señaló a mi entrepierna mientras seguía riendo. Yo fui está vez el que soltó una carcajada.>>—...¿Te has visto en el espejo? Tu gemiste incluso, idiota.

—Jamás creí que esto me pasaría.—Soltó entre risas, incorporándose. —Es gracioso, hace unos años tu estarías pegándome contra los casilleros, y mírate ahora...

¿Qué es lo que quería lograr diciendo eso?.

Fruncí el ceño cuando empezó a acercarse.

>>—...Si tan patético te parezco... Me hubieras apartado... Si tanto me odias, simplemente me hubieras ignorado todo este tiempo, pero desde el momento en el que nos conocimos, de niños, tu hiciste todo lo contrario...

—¿Qué estás balbuceando? Hueningkai... ¡No te acerques más!.

—¿Porque, Hyung? ¿Ahora me tienes miedo?—Mis rodillas chocaron con el sofá, sus manos me empujaron nuevamente a caer sobre éste.

Mi rostro no podía apartar la vista de sus ojos. Los cuales me miraban con resentimiento perdido, tristeza, y diversión a la vez. Su voz por momentos sonaba quebrada.

En este momento, no sabía que sentir, ni que hacer; ¿Qué debatía hacer?.

—Hueningkai, deten esto.—Ordené, a lo que él soltó una carcajada, que con el pasar de los segundos se volvieron en lágrimas deslizándose por sus mejillas.

Él cayó encima mío, con las rodillas en el suelo recostando la cabeza sobre mis muslos, de la nada y sin explicar, me dio un golpe en el estómago, contuve un quejido de dolor. En ese momento le tomé del suéter para volver a subirlo en el sofá, dejándolo debajo de mí nuevamente. —¿Qué demonios te sucede? ¡Ríete y llora todo lo que quieras, pero no te mentas conmigo, imbécil!.

Empezaba a temer de este Hueningkai, quien expresaba muchas emociones a la vez al mirarle a los ojos. Ojos que me hacían sentir culpable, lágrimas en sus mejillas y una suave risa mezclada con un sollozo.

—Te odio, Yeonjun—eso salió de sus labios, yo no dije nada, sabía que no podía decir nada, cualquier cosa que diga en este momento sólo podría condenarme más, porque yo sabía que no tenía ningún tipo de justificación.

Gracias al cielo, en ese momento, el celular de Hueningkai empezó a sonar.

>>—Vete... por favor.

Apartó la vista acuosa de mis ojos.

Yo le hice caso.

Al salir azote la puerta al cerrarla.

Ni siquiera le dije adiós.















xdon.

cualquier error lo arreglo más tarde 🏃

por cierto... pueden recomendar canciones que les den vibes a esta historia? para poner en la playlist :3

'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora