53. Amicizia odiosa.

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Hk.

Luego de ese caluroso reencuentro en el aeropuerto, ayudé a Christopher con sus maletas, pedimos al taxista que nos dejase justo en frente de mi casa, le dictamos la dirección exacta y mientras esperábamos a llegar, él consideró que sería buena idea ir abrazados, yo acepté, también me hacía falta un poco de afecto caluroso, y él es una de las personas más afectuosas y cariñosas que conocí en mi vida. Además, sería como viajar años atrás, exactamente a cuando aún era un puberto de diecisiete años. Esos días en los que recién nos conocimos, nos la pasábamos abrazados como par de tortolos enamorados.

Sonreí ante el recuerdo, mi cabeza recostada sobre su torso y sus brazos rodeándome se sentían igual sin importar el paso del tiempo, la ocasión o el lugar. Era el mismo cálido sentimiento.

──Ya llegamos, jóvenes.

Esa fue la señal que necesitábamos para separarnos. Él fue el primero en hablar y agradecerle al hombre por su trabajo, y pese a que traté de detenerlo, no pude y el que terminó pagando fue él. Cuando estuvismos afuera, bajamos las maletas del maletero apresurados debido a la creciente llovizna, trote hasta la entrada, saque las llaves de mis bolsillos y abrí la puerta, le deje paso libre a Christopher y a sus maletas para que entrarán primeros, cuando ya estuvimos todos adentro, observe a Christ ojeando en las fotos enmarcadas que tenía en la sala.

Cuando paso por el florero que tenía un montón de margaritas las acaricio suavemente con sus dedos.

──Está sala grita que fue decorada por ti, y que tú eres el que vive aquí ─Solté una carcajada ligera debido a la forma en la que lo dijo, como si fuera conocimiento general.

──¿Ah si? ¿Y que te hace pensar eso? ─Murmuré con una voz melosa mientras me iba acercando a él quien seguía embobado viendo a su alrededor, si  darse cuenta de que yo estaba básicamente a milímetros de su rostro.

──Bueno... ─Giró el rostro y su expresión se desfiguro en sorpresa al notar la cercanía, empecé a enrollar mis brazos alrededor de sus hombros, casi colgandome de estos─Hay margaritas en varios de estos floreros─Continuo hablando, y como si nada enredó sus brazos a mi cintura─ los cuales casualmente son verdes, y él verde casualmente es el color que más te gusta.

──Me conoces muy bien, Christ ─Mi tono de voz al hablar iba descendiendo hasta ser susurros; a la par que tarareaba una canción, el sueño empezando a ganarme debido a la calidez de estar así con una persona.

──Es que eres una de las personas más especiales en mi vida, Hueningkai ─Como si él me correpondiera, también bajo la voz hasta susurrar y cuando no hablaba, tarareaba conmigo la misma canción.

Sonreí, cerré los ojos y recosté mi cabeza en la curvatura de su hombro, había escogido tararear esa canción apropósito, ya que "La vie en rose" es una de las canciones que más veces escuchamos juntos. Era la canción que él ponía cada que estábamos en silencio, simplemente coexistiendo juntos en una habitación, era la canción que tocaba en el ukelele las tardes en la playa, era la canción que contábamos en las noches de verano, tumbados en la arena mientras mirábamos las estrellas.

──Feliz cumpleaños Huening ─Susurró cuando la melodía terminó. Ante ello, sonreí.

──Aún faltan dos días ─Le corregí con gracia en la voz. Nos tumbamos en en el sofá, él se acurruco encima mío después de quitarse los zapatos. Yo hice los mismo, pero con mis propios pies, ya que yo no necesitaba desamarrar los cordones, simplemente estos salían al empujar un poco, debido a que me quedaban grandes.

──No importa, déjame amarte  como si todos los días fuesen tus cumpleaños.










lol, no tienen idea de lo XD
que fue escribir esto.
espero que les guste
mañana o pasado
mañana traigo
otro cap
u.u

'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora