42. Benvenuto nella mia stanza.

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Hk.

Maldita sea, lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba.

¿Por qué, por qué, por qué? ¿No podía simplemente ignorarlo y seguir adelante? La frustración me hacía pedirle al hombre detrás de la barra que en algún punto dejé de reconocer, que me sirviera más vino, más y más, cada que pensaba en él, o cada que mis ojos tomaban la iniciativa de buscar una cabellera rosa entre la multitud.

No debería de ser así, debería odiarlo, debería estar planeando como matarlo, venganza o algo así. Pero no, tan solo estaba actuando de forma miserable, enterrado la cabeza entre mis brazos, recostado en la barra, borracho y miserable.

-¿Hueningkai? -Escuché a Taehyun murmurar en mi derecha debido al alto volumen de los parlantes, como respuesta solté un gruñido, haciéndole saber qué le escuchaba-Mi tío me necesita, volveré en un rato, no vayas muy lejos ¿Esta bien?

Volví a murmurar algo hacia él, no estaba de humor para prestar demasiado atención. Cuando lo sentí alejarse, levante la vista y... Maldita sea, la mala suerte y las desgracias me perseguían. Lo primero que vi, de manera muy conveniente, al levantar la vista del hueco entre mis brazos, fue la cabellera rosa entre la gente, saliendo tambaleante del baño. Solté un resoplido, sentía el impulso de levantarme y seguirle consumirme.

Finalmente cedí ante aquel impulso y me levanté, sintiendo al mundo volverse confuso ante mis sentidos. Mareado y perdido, pero aún así distinguir aquel rosa entre las luces y la oscuridad fue fácil. Esquivando a la inquieta multitud, con la vista puesta en él, y solo en él, así logré salir afuera, donde lo único que había eran vehículos y motocicletas estacionados de manera fraudulenta, ya que, aquel lugar no era un lugar de parqueo, aparte de eso, también había basura, y la iluminación de un tono morado alumbrar.

El sonido retumbaba menos allí, lo cuál dejo un molesto pitido. Vi a Yeonjun tropezarse con un arbusto y caer del otro lado, no parecía tener idea de que yo estaba detrás de él. Sin pensarlo mucho, también hice lo mismo y me dejé caer del otro lado. Él me observó extrañado luego de un rato.

-Lo único bueno de esta noche fueron las luces que colocaron aquí en frente -solté para romper el hielo, o al menos, tratar, hacia frío aquí, el pasto húmedo por la serena de la noche mojaba mi camiseta. Él no dijo nada, quedó analizando mi rostro en silencio, hasta que finalmente soltó una afirmación, -Yeonjun-ssi... -dije cuando el se encontraba cerrando los ojos-¿Hace cuánto tiempo tocas aquí?

La pregunta había surgido debido a los flashbacks de el tocando hace horas atrás, las expresiones faciales, sus manos manejando aquel instrumento como si hubiera nacido con eso, la atmósfera que generaba, llamaba la atención simplemente, por lo cual, decidí preguntar.

Aún que de nada sirvió, ya que él respondió con el ceño fruncido-¿Por qué deberías saberlo?.

Apoye mis brazos en el suelo y recosté mi cabeza sobre mis manos, quedando así a escasos centímetros de su cara-Me dio curiosidad -Yeonjun se pronunció ante mi repentina cercanía.

-¿Qué diablos haces? -Solté una risa, divertido por aquella expresión de asco absoluto.

-¿Te incomoda? -pregunté acercándome aún más.

No respondió durante unos segundos.

-Estás ebrio hasta las cejas, apártate.

Levanté las cejas-¿Tú no lo estás?.

De nuevo, pareció sumido ante un pensamiento y quedó en silencio por unos diez segundos-Maldición sí, lo estoy -cerró los ojos nuevamente.

-¿Quieres salir de este lugar? Yo sí - pregunté con picardía, sin tener idea del porque.

'di nuovo tu?' ─yeonkai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora